Va al grano, no sobra nada, fluye como la seda pero avanza implacable. La música acompaña con energía, el sonido es arrollador,no juzga a sus personajes: los muestra. Hace que sus actores y actrices interpreten uno de los mejores papeles de su carrera, los mejora. Ahí están Denzel Washington y John Goodman, sobre todo.

Los primeros 26 minutos de película es una de los mejores comienzos de los últimos años. Nada que que ver con cierto "lánguido" cine europeo, me refiero a muchos de esos filmes nominados en el festival de Venecia o de Berlin, que llevas 40 minutos de metraje y no pasó nada.

Pero eso sólo es el comienzo, ¡vean el resto! Hay mucho más. Es una historia de redención, sobre las adicciones y lo realmente difícil que es salir de ellas. Y sobre quienes somos.

Otra magnífica película de Woody Allen, y ya son muchísimas. Su cine es inmortal pero el hombre no lo es, disfrutemos de lo que nos queda, de lo que año tras año nos sigue presentando este genial artista.

El director a lo largo de su carrera siempre fue irregular, o mejor dicho: hay pelis que nos gustan más y otras menos, y en mi opinión, Magia a la luz de la luna es de las "buenas".Claro que la peli tiene algún que otro altibajo, ¡es una obra humana! Pero estar pendiente de ellos, buscar o poner en evidencia los fallos, para eso ya están los críticos.

No a todo el mundo le tienen que agradar las películas de Woody Allen, para nada, pero sí nos deberían gustar o hacer cierta gracias las buenas películas, y esta lo es.

Tenía muchas ganas de ver ésta película, la cual destacaba rotundamente por los comentarios vertidos sobre ella. Los críticos la elogiaban casi de forma unánime, cosa rara, pero así es.
Pero el film no me pareció nada de otro jueves. La historia sí lo es. Se suele decir “que la historia supera la ficción”, pero eso no es mérito de quien la cuenta, el mérito reside en cómo se cuenta. Y en este punto no hay mucho de singular en Rush. Sólo un ruido atronador de motores.
Y podría darse el caso que fuese poco objetivo si no me gustasen las carreras. Pero no es así. Tenía 11 años cuando conocí a Niki Lauda. Mi padre fue su anfitrión durante un día por las fechas del Gran Premio de Argentina en el '77, y estuve presente cuando le relataba, en alemán, como fueron los instantes de aquel tremendo accidente que sufrió. Fue sólo una conversación de un cuarto de hora, luego montó en una avioneta y regresó a Buenos Aires. Pero aquello fue suficiente material para que me aficionara a la Fórmula 1, y aquel año fui un joven forofo muy satisfecho porque Niki Lauda volvió a ser campeón. Y en algunos momentos de la película vibré con cierta emoción que da la competitividad, y que está muy bien retratada por una estupenda fotografía. Pero…al final lo que allí se relata es poco más que la competitividad, y esa rivalidad que deviene en respeto, pero eso, para mí, no basta. Lo mejor: los dos actores protagonistas.

Esta película es un 3 o un 10, creo que como pocas influye el estado de ánimo con que se ve. A mi me sorprendió gratamente porque no esperaba gran cosa de ella, lo típico que pasa con lo de las expectativas. Y de pronto como quien no quiere la cosa ya tenía mas de medio film en el bote, a pesar de lo sencillo de su argumento.Pero es fácil dejarse llevar por ese desierto de almas y la geografía calcinada. El planteamiento no es original, pero de alguna manera te despierta la curiosidad por saber que les pasará a los dos protagonistas y quieres verla acabar. Amo a esos 2 personajes.