No puedo valorar esta serie porque he sido incapaz de pasar del capítulo uno, que me ha resultado decepcionante, extraño y, sobre todo, perturbador y oscuro. Lo poco que he visto actuar a Tahar Rahim en otras series y películas me había fascinado, pero aquí su personaje es plano y gélido. El único capítulo que he visto se me ha hecho eterno, con cansinos saltos en el tiempo hacia delante y hacia atrás, y al terminarlo me ha dejado una sensación desasosegante, aumentada al pensar que esos personajes están basados en personas reales. Esta es mi modesta opinión, personalísima por supuesto.

Absolutamente recomendable para todo tipo de público. Me ha sorprendido gratamente Salva Reina en un papel dramático. Hay que verla y, si eres malagueño, es imprescindible. Es elegante, entretenida y tiene un guión que ya quisieran muchas series.

Solo diré que no pude terminarla, aguanté los dos primeros capítulos, pero el tercero, a pesar de las actrices que lo protagonizan, no pude acabarlo. Es una historia que parece escrita por un adolescente que no sabe escribir, no tiene sentido alguno. El elenco de actores es de lo mejorcito que tenemos, pero si el guión no puede soportar la historia, de nada valen sus actuaciones.

Maravillosas actuaciones, pero algo falla. No me creo a los personajes, en lugar de verles a ellos veo a los actores interpretando a los personajes. Y no me creo al pueblo, no es un pueblo, es un decorado. Tampoco me creo la historia. Todo me parece de cartón piedra. A eso, únele un metraje excesivo y voilá, tienes el título de esta crítica.

Es una mala copia de la maravillosa "La gran belleza". Si ésta era, a mi entender, una película redonda, La juventud es prepotente, cargante, tediosa y, a veces, hasta insoportable.