Prefiero creer que este documental es un poco de humo por lo que paso a comentar. En primer lugar me parecería inaceptable pensar que el director es tan mala persona como para permitir que una persona tan "naive" como el infiltrado corriera esos riesgos (no hay que olvidar como trata Corea del Norte a los espías o los traidores, incluso cuando no lo son). La motivaciones del infiltrado solo revelan que se trata de una persona con algún tipo de problema psicológico (falta de autoestima, necesidad de hacer algo en la vida) que le ha impedido ver el verdadero riesgo personal y sobre su familia que estaba asumiendo. Por eso digo que creo que algo huele mal.
Por otro lado, aunque a veces se han descritos fallos de seguridad inesperados y flagrantes en los servicios secretos a muy alto nivel, no me creo que los coreanos no supieran que se enfrentaban a un engaño. Creo que todos sabían que se trataba de un engaño y solo pretendían intentar captar alguna información del infiltrado y James (vete a saber si pensaban que eran agentes y pretendían finalmente reclutarlos a su favor de alguna manera). Por otra parte, el actor que hace de James es una persona que tiene cierta mundología y dudo que hubiera querido asumir esos riesgos si pensaba que el riesgo era real.
Si en todo lo que he escrito me he equivocado, y realmente los coreanos y Alejandro se tragaron el montaje del infiltrado y de James, tengo que felicitar al director diciéndole al mismo tiempo que es una mala persona, y al infiltrado, diciéndole que se preparara para una separación de su esposa y para una posible venganza por parte de los coreanos.

Una película en clave de niños. Las interpretaciones de los actores infantiles son soberbias, y el guión muy creíble en lo que se refiere a la relación entre ellos. Unos nazis algo dulcificados o quizás - y esto debería ser bueno - cuenta lo que ven los niños, muchas veces ajenos y censurados de ver la violencia directa. No hay escenas de sangre, ni de acción trepidante, y esto es quizás lo que más diferencia a esta película de otras que hablan del tema. No es una película de acción, ni es una película bélica, ni de suspense. Parece estar realizada de los recuerdos de un niño, la película es en el fondo en primera persona, y uno esperaba al final ver al protagonista anciano recordándolo todo. Por eso, los pocos matices de los personajes adultos y sus conversaciones encajan perfectamente.

Genial Steve Coogan con ese aire deprimido de perdedor y hombre insensible durante toda la película. Judi Dench magnífica transmite sentimiento, los ojos impresionantes (¿han utilizado algún efecto especial extraño para darles ese azul eléctrico cuando la cámara se para en ellos durante un rato?). Aire de documental, pero llegando a emocionar y, lo mejor, sin caer en la sensiblería. No se permite la protagonista caer en la autocompasión ni en la rabia. Lo mejor de la película, probablemente, es la historia real que subyace, pero Frears ha sabido contarla con un gusto exquisito sin caer en ninguna de las tentaciones que amenazan a estas películas de pérdidas personales.

De acuerdo, cine independiente, muy buenas tomas, bajo presupuesto. Todo eso está muy bien, pero la historia no puede estar contada de forma tan burda y con tan poco detalle. Lo bueno, el sabor a cine antiguo, en parte a cine negro, los actores parecen sacados de otra época, aspecto mafioso de cine negro de los 50. Lo malo, el autismo del protagonista, lo escaso de los diálogos, tan pocos matices. Me ha dejado frío, el personaje no encandila, no te importa lo que le pueda pasar. No se, no me ha gustado, tenía muchas esperanzas, pero creo que el casi 7 de puntuación que tiene de media en el momento de hacer mi crítica me parece excesivo.

Hennicke lo borda, quizás por su propia anatomía, enjuta y seca, que hace creíble la frialdad y el cálculo de un serial killer. Los primeros minutos de película merecen ser vistos, luego comienza a agonizar lentamente hasta la mediocridad. Película un poco claustrofóbica, intenta montar la trama del rompecabezas, del suspense añadido al horror del monstruo. No lo consigue. Hay muy poca continuidad en el discurso del monstruo, en las entrevistas con el policía protagonista. Möhring hace bien su papel de hombre que no da para más, ni como marido o padre, ni como policía. Sabe transmitir la vena de extremismo cristiano, ensimismamiento y obcecación. El resto de sus colegas parecen sacados de una comedia policial americana, no funcionan bien. El ambiente rural, el pueblo como grupo, anónimo, solamente personificado en el cruel y sádico suegro – uno se plantea a veces si no tendrá razón - que al final es quien más me gustó actuando. El conjunto acaba siendo un poco raro. Hay una escena final que parece un homenaje a bambi que te termina de dejar listo, y te preguntas, ¿por qué aguanto este tipo de películas?.