A ver, TÁR me ha gustado, pero sobre todo por la interpretación de Cate Blanchett, que siempre está maravillosa. Es prácticamente imposible encontrarla en un renuncio y todo lo que hace es de manera perfecta, implicada, visceral...

Lo malo que tiene la película es que en su segunda parte se dispersa mucho en las desgracias y los distintos eventos que ocurren en la vida de la protagonista, que hacen que el brillante principio no acabe de cuajar en el conjunto. Pero como una actriz puede levantar una película normal, esto la convierte en algo más interesante.

De todos modos, lograr que una directora de orquesta sea interesante también es un logro de Todd Field, que llevaba años sin hacer una película y que se podía prodigar más porque "En la habitación" y "Juegos secretos" eran muy interesantes y tanto Sissy Spacek como Kate Winslet sustituían a la magnífica Cate como protagonistas femeninas de gran calado.

Bill de Caledonia.

Siempre me ha gustado Darren Aronofsky. "El luchador" fue una película de gran interés, o "Cisne negro", "Pi" y "Réquiem por un sueño". Todas tenían un punto que se movía entre la locura y el derrotismo de sus personajes.

Pero aparece "La ballena" y la cosa se estropea. Por una razón muy sencilla, porque no se explica cómo nadie hace nada por nadie y solo se dedican a hablar y destrozarse unos a otros con sus reproches absurdos. Está claro que lo que se busca es que el espectador pene a causa de la obesidad mórbida del protagonista. Por eso todos se comportan de manera contraria a como lo haría alguien con un poco de inteligencia y humanidad. Vamos, una historia de gente sin ningún tipo de miramientos ni fuste.

En cuanto a Brendan Fraser hay que reconocer que está muy bien caracterizado, pero de ahí a que haga una interpretación maravillosa va un mundo, que yo no estoy dispuesto a arropar. Es una actuación correcta y punto, aunque ya partiendo del absurdo total a mí ni me llena ni me genera ningún tipo de sentimiento.

Bill de Caledonia

En Disney se han vuelto dementes desde que han comenzado a aplicar su absurdo código Woke, que está bastante mal aplicado, por cierto. No es que trabajen por la integración de razas y sexos, sino que la fuerzan tanto que consiguen pastiches infumables que no hay quien se trague.

Esto, unido a que han comprado Marvel y han destrozado su mundo, la convierten en una de las compañías más despreciadas en la actualidad.

A mí me gustó "Black Panther", era muy entretenida y visualmente interesante. Pero la triste desaparición de Chadwick Boseman hizo que la saga se reinventara, con la hermana aburriendo al personal con sus discursos para colegiales de primer grado. De hecho, yo no entiendo cómo no usa esa verborrea como superpoder, para acabar con sus enemigos acuáticos matándolos de aburrimiento. Una idea para la tercera parte que espero que no exista jamás.

Angela Basset es maravillosa, todo hay que decirlo, y la pobre hace lo que puede para dignificar un guión sin ningún fuste que dura una hora y media más de lo que debiera. De hecho, si hubieran cortado todas las secuencias en la que aparece la Wright habría quedado una película más o menos decente.

Bill de Caledonia

Me ha encantado Andrea Riseborough, lo reconozco. Y eso que su personaje en "To Leslie" es de todo menos agradable. Dan ganas de cogerla y darle cuatro indicaciones básicas de lo que es la vida. Pero eso es lo bueno del cine, que te despierta las bajas pasiones, y las altas también.

Ha habido cierta polémica sobre por qué está nominada al Oscar ella en vez de Letitia Wright, de "Wakanda forever". Pues es muy sencillo, porque le da cien vueltas y la segunda parte de Black Panther es un rollo considerable, que no hay quien se lo trague, como la mayoría del universo Marvel de la era Disney.

Obviedades aparte, la película está dirigida por Michael Morris, que se ha curtido en el mundo de las series de televisión, entre las que se halla "Better call Saul", lo que ya es garantía de calidad.

El director toma un hecho real y lo convierte en una buena películas sobre sentimientos a flor de piel y búsqueda de cariño, en la que la mayoría de los protagonistas buscan lo mismo por uno u otro lados.

La vida en los moteles me encanta, lo que ya hace que le suba un punto, pero si además se adereza con grandes interpretaciones, muy realistas, y una buena trama de redención pues ya está todo dicho. Muy interesante.

Bill de Caledonia

Vi El padre y me gustó bastante, he de reconocerlo. Allí Anthony Hopkins bordaba su papel y ganó el Oscar merecidamente. Por eso estaba muy interesado el ver El hijo de Florian Zeller, para ver si mantenía el interés. La respuesta es no.

Y no es porque no le pongan intención Hugh Jackman y Laura Dern, que me parecen muy buenos actores, sino que trabajan sobre la base de un guion que está adulterado por completo por la búsqueda de la lágrima fácil y el pavor del espectador. De hecho, hay muchas situaciones incomprensibles, sobre todo la que desencadena el final, que con un poco de cuidado se habría solucionado fácilmente.

Zen McGrath está bien, pero tampoco es para tirar cohetes, lo que pasa es que su personaje es tan trágico que gusta en Hollywood, donde interesa todo lo excesivo, aunque no esté pulido y esté hecho con trazo grueso.

Decisiones incomprensibles y descuidos imperdonables dan un final perfectamente planificado para conseguir lo que se busca toda la película.

(Bill de Caledonia)