A pesar de que la primera película de Wonder Woman fuera pasable, esta se convierte en la pretenciosidad por excelencia. Una historia que dura 2h y 30 minutos que se podía haber contado en 1 hora. No hay por donde cogerla. Ni la premisa es buena, ni la ejecución es buena, ni si quiera el enfoque de la misma. «Son tantas cosas...» por las que decir que esta película es de lo peor que me he encontrado en mucho tiempo. Y es por ello que mi única pregunta una vez terminada es: ¿ a caso es así de mala a propósito?

Makoto Shinkai es capaz de transmitirnos a través de sus dibujos una melancolía jamás expresada en el cine de animación. El director nos sitúa perfectamente en el entorno, transmitiéndonos a través de los pensamientos del personaje principal. El papel de gran importancia de la lluvia a lo largo de la trama y del paso de las estaciones en general a lo largo de todo el film es digna de admiración, pues a través de la pantalla podemos sentir el frío y el Tokyo ardiente de transeúntes yendo y viniendo hacia la temida jungla hecha de rascacielos y maletines en la hora punta del metro. Pero es ahí, en medio de tanto bullicio, donde Makoto Shinkai nos proporciona un hueco de paz donde las almas jóvenes y no tan jóvenes de los personajes prosperan en el hilo argumental de la película, dándonos un respiro entre tanta locura, dándonos en definitiva tiempo de paz.

Bob Esponja ha sido sin lugar a dudas un personaje muy característico para nuestros niños, pero también para los adultos. Bob Esponja se ha convertido en lo más divertido de ver en familia desde hace mucho tiempo. Un humor tan blanco y alegre destinado a los más pequeños como a los adultos como nosotros. En esta película, que va más allá del tributo realizado hacia su creador es la viva imagen de esa mezcla de que los adultos podemos divertirnos tanto como los niños viendo una película y compartiéndola juntos.

Woody Allen no se queda atrás con los años, a pesar de que el Woody Allen de ahora no es como el de "Anne Hall", o "Granujas de medio pelo", sigue siendo esa esa esencia de Allen.
Como tomar una metáfora tan rica como la lluvia y hacerla suya, hacer magia con una simple escena con un piano, y Nueva York de fondo.
Woody Allen sigue captando algo en las pequeñas cosas que nosotros aún no hemos descubierto, o casi todos.
Sin duda Woody Allen refleja fidelidad ante su cine, ante su humor y ante su manera de ver las cosas.
Y sí, no es la mejor película del director, pero te cautiva como todas las demás.

La serie podría ser perfectamente una producción de cualquier otro país, el único problema que le veo a toda la trama es el reparto. Y bien es cierto que algunos de los estudiantes se escapan de esta generalización. Pero por la mayoría dejan bastante qué desear. En cuanto el argumento es pasable los diálogos a veces se hacen muy pesados por los actores.