Lo entretenida que es esta serie es inversamente proporcional al nivel de exigencia con que la veas. Disfrutada de forma comedida, tiene ingredientes suficientes para satisfacer tu hambre como espectador, algunas escenas mejores que otras y un ritmo que intenta mantenerse constante incluso a veces consiguiéndolo. No obstante, las situaciones se tornan tan inverosímiles que, a pesar de hacer un esfuerzo, cuesta no salirse de la pantalla. Las actuaciones no son extremadamente destacables pero aprobadas, aunque nuestra protagonista se recrea quizás demasiado en exagerar los rasgos inherentes a su personaje, a veces hiperbolizándolo. Sin ser muy larga, se hace pesada en ocasiones, tratando de incidir en escenas y situaciones que ya no te sorprenden ni te ofrecen nada nuevo, es por eso que de la mitad de los capítulos hasta el final decae un poco a mi juicio. Aprobada, porque el nivel actual tampoco está para tirar cohetes. Dejaremos para otro debate si es mérito propio o demérito del resto.

"From" te castiga. Es una serie que te enamora en su primera temporada, que te sirve en bandeja unos ingredientes prometedores (actuaciones, intriga, ambientación...) pero te traiciona. De lejos se huele la trampa, pues no existe resolución posible a este puzzle, un puzzle que solo añade piezas. No obstante, sucumbes porque sigue siendo muy disfrutable.

Visto el capítulo 7 de la segunda temporada, debo decir que la paciencia humana tiene un límite y que los señores directores y guionistas se han propuesto ponerla a prueba. Cuando juegas con lo más valioso de un espectador, SU TIEMPO, suceden cosas como el abandono. Desesperante al extremo. No puede ser, capítulo tras capítulo el caramelito en la boca, mañana otro sabor, y pasado otro caramelito... pero nunca te lo da. Es como ir a un restaurante donde solo puedes pagar por oler la comida. La serie no sabe adonde va, lo único que quiere es tenerte enganchado hasta todo lo que aguantes.

Una lástima, porque prometía.

Muchísimo tráiler, como cuando te venden una hamburguesa espectacular por la tele y cuando la pides te llega reventada y pegada al cartón del envase. Sabemos del engaño pero nos dejamos engañar. Una de las razones por las que quería ver esta película en el cine era por el sonido y no por esperarme algo diferente. Estruendos más fuertes que un divorcio y música apocalíptica acompañan un guion lleno de sin sentidos, que no cuenta nada y que se resuelve igual que lo cuenta.

No puedo compararla con otras películas de la saga porque no las he visto, pero si esta película (según los críticos) es la más eléctrica y fresca de todas, me ahorraré las demás (aunque estaría haciéndole caso a los críticos y eso tampoco me conviene). ¿Aterradora? Bueno, hay gente que se asusta con la publicidad que le salta en los vídeos de Youtube. ¿Visceral? ¿Violenta? ¿Desgarradora? Sin duda, aunque según el estómago que tengas y el CV de películas parecidas que hayas visto a lo largo de tu vida fliparás más o menos. Por mi parte no destaco ninguna escena fuera de lo común. Son escenas que siguen bebiendo de esas fuentes pioneras que en su día ya pusieron nombre y apellidos a lo macabro. ¿Actuaciones? Quizás a destacar la niña pequeña. La caracterización de Alyssa Sutherland no sé si puede considerarse actuación, esto ya sería más mérito del equipo de maquillaje y diseño.

He leído que para muchas personas ha sido una película muy aburrida, y lo cierto es que para mí no lo ha sido. Si bien es un producto muy efervescente al inicio y que cuando te haces a su sabor no te dice nada especial, no se hace larga (en parte porque no lo es) y cuenta con un ritmo rápido. La considero una película para echar la tarde cuyo punto fuerte (el sonido) es para disfrutarlo en su máximo esplendor, es decir, en una sala de cine. Pero, ¿merece la pena gastarte el dinero para justificar tan poco? Pienso que no.

La moraleja es que el verdadero demonio es la publicidad de las superproduciones, y los poseídos todos los que nos hemos vuelto a casa con el ticket. Va siendo hora de cortarles el grifo y dejar de caer en sus mentiras. ¿El despertar? Lo mismo ahí está la respuesta.

Quizás no merece una nota humillante porque la ambientación no está mal. Aún así, un 3 para esta película me suena a aprobado. La trama está repleta de inconexiones. Como te pares a pensar el desarrollo de los elementos que nos presentan terminas concluyendo que la escribieron bajo los efectos de la droga. Las actuaciones puedes llegar a creértelas, sin embargo, bajo un papel tan simple no se puede exigir más a los profesionales de la interpretación. Te la puedes ahorrar perfectamente, ni te acordarás de ella transcurridos catorce segundos de su visionado y los sustos serán una batería de risas aseguradas (por lo malos que son).

Por lo general, cuando te mudas, cambia el continente pero no el contenido. Si estás podrido por dentro, puede surgir alguna oportunidad de que cuatro paredes nuevas revitalicen lo que parece enterrado para siempre, pero rara vez ocurre. Un ejemplo sería cómo Netflix trata de ''mudar'' una y otra vez sus guiones, tramas y personajes a otro escenario con la esperanza de que el producto resucite a una nueva mejor versión. Nada más lejos. Estamos ante otra tomadura de pelo en la que el hilo argumental de la historia y el miedo deambulan directos al precipicio. Ese precipicio suele estar determinado por algún giro de guion ridículo y lamentable que trate de salvar el sinsentido que nos han servido durante más de hora y media, como es el caso. ''Mudanza mortal'' peca de repetir la fórmula de la anti-originalidad terrorífica pero con una producción mucho más pobre. Si el resultado en las grandes producciones ya flaquea por todos sitios, imaginad lo que pasa cuando lo mejor que tienes son actores que apenas se creen su papel. Tampoco llega a ser entretenida en ningún momento, no te interesa el ''misterio'' que ofrece y, por consecuencia, para cuando te pega el giro de guion tú ya no puedes soportar el peso de los párpados.

Para mudanza mortal la que haré con mi suscripción de Netflix el próximo año.