El documental no tiene ningún interés, por la sencilla rezón de que la retratada no lo tiene. Una mujer que no sabe hacer nada, a la que tampoco le ha ocurrido nada especial en la vida y que no tiene mucho en qué pensar. Sólo habla de naderías, como una ametralladora. La mujer cae hasta mal, y la irritación se contagia al filme.

Hay un detalle que convierte a Can Tunis en una obra diferente. Casi todo documental es en el fondo una hagiografía de lo "documentalizado". Aquí no. En un acto de valentía encomiable, esta película propone que los personajes retratados pueden llegar a ser deplorables. El protagonista puede llegar a ser moralmente repugnante, y la película no nos lo escamotea. Hay que ser muy valiente para rodar y para montar así.

Película típica de esas en las que los japoneses atacan poniéndose delante de los americanos, qué táctica curiosa. Pero como va en planos largos y secuencias morosas, los críticos caen rendidos. Vaya engañifa.

Fascinante película sobre el fracaso a ras de tierra. Es de maestros saber ambientar tan bien tanta tristeza en el supuesto mundo de la alegría (el de los bares nocturnos y la música cañera). Realización excelente, con saltos, dinamismo y buen hacer.

Para todos los públicos en sentido literal. Se trata de una historia muy bella que huye como de la peste de gazmoñerías, ambientada con una música y unos decorados dirigidos a niños que ya no se tragan cualquier cosa. El trabajo de animación es muy bueno, como propio de otras cinematografías. Eso es lo bueno: una factura "americana" con un guión europeo que no desprecia nuesra tradición romántica.