Sempre Xonxa fue el primer film gallego, es decir, el primer largometraje en formato 35 mm. A partir de este dato podremos entender su trascendencia dentro de un contexto cinematográfico concreto. Sempre Xonxa, sin entrar en un análisis estilístico, es el clásico gallego por excelencia, por eso de ser el primero, pero sobre todo por estar perfectamente enraizado en la memoria colectiva de un país.
Es la historia de un triángulo amoroso a través de las estaciones del año y de las edades del hombre -niñez, juventud, vida adulta y madurez-, en la aldea gallega de Trasdomonte. Birutiñas, próximo a partir emigrado, le pide a Xonxa que le espere para casarse en cuanto regrese, pero esta no consiente y se casa con Pancho. Cuando Birutas regresa para pedir la mano de Xonxa se encuentra con el joven matrimonio, que ya tiene una hija, y decide vengarse.
La unión telúrica entre el paisaje y sus habitantes, la emigración vista a través de los ojos de una de las viúdas de vivos de las que hablaba Rosalía, el regreso a Ítaca del que fuera Birutiñas en Trasdomonte, lo real-maravillososo gracias a la presencia icónica del genio-loco Caladiño, el mundo de la niñez en el medio rural gallego, etc., marcan la temática del film y hacen de "Sempre Xonxa" un verdadero trabajo de etnología gallega.