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A) En la trilogía de "ESDLA", Peter Jackson dedicó un promedio de un minuto de película por cada tres páginas de libro. En "El Hobbit", Peter Jackson dedicará un promedio de dos minutos de película por cada página del libro.

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B) La desinteresada trama principal avanza como un cojo en la arena. El ritmo se rompe con escenas infinitas de humor de parvulario. El público (y adulto) lejos de protestar, se ríe de lo gracioso de la película y su comicidad.

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C) A falta de épica, lo mejor de la peli según los propios realizadores, es su pasada visual, su realismo de 3D y sus 48 fps.

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Conclusión:

Mientras PeterJackson multiplica por seis sus escenas, su dinero, tu sopor y su morro, nosotros le reímos sus payasadas que rellenan la mediocre historia en lo que con las gafitas 3D buscamos la inexistente profundidad y/o personalidad de sus personajes, en lo que parece ser, y de hecho es, un videojuego para mancos, y no un mundo de fantasía.

Si has sucumbido a este producto, sabrás de mala tinta que hace falta comentar esta aventura a tiempo real de su visionado para abarcar todas y cada una de sus incongruencias, porque si no lo haces te queda la sensación de que te has dejado mil motivos en el tintero que sentencian el film como lo que es.

Al contrario que a la mayoría, el punto de partida que se marca el Niccol sobre el trueque de tiempo ya me parece insostenible, y me lo parece sencillamente porque si ya es difícil esquivar gilipollas saliendo una noche a día de hoy, como para que venga por deporte un niñato con una pipa a chuparte la vida del antebrazo, literalmente. El mundo se iría al cuerno tan rápido que sería digno del origen del planeta de los simios.

¿Y solo es por eso, tiquismiquis? Pues sí, solo por eso. Cúrratelo más, Andrés, que con esto te forras.

Hoy he tenido un día muy largo, antes de ver "In time" (bueno, ya fue ayer, un saludo validadores) y la cabeza no me da (daba) para mucho. Pero de todas formas el radar siempre está al loro, e incluso a la mitad de peli, cuando te la suda ya ver como la chica invierte su temperamento en menos de lo que soplas por el culo, cuando ves que se enamoran de forma incomprensible, cuando los personajes semi-esbozados desaperecen con situaciones dignas del Condemor, cuando la pareja ajusticia al pueblo alunizando en bancos hechos de cartón, cuando la peli se ha vuelto una señora mierda, tú te sigues matando con preguntas a las que solo llega tu resignación, y que jamás te responderá el autor, porque a nadie le gusta que le vean el pajarito.

En el spoiler brindo, por si os sirve, la respuesta común a esas infinitas cuestiones de los infinitos visionados universales que me desveló un día un amigo viendo otra ponzoña, y que supongo que a los que disfrutan de la coherencia en el cine les ofende.

El "tic ocular" que "The Artist" tiene con otras obras reconocidas no perjudica la historia ni la entorpece, la alimenta; hace de combustible y le brinda una dosis de humildad al autor. Es un sello de respeto.

En la obra se procuran las pautas de antaño: se suprime el aspecto panorámico del fotograma, se ralentiza la cantidad de planos por minuto y se incrementan los cortos y generales. Los actores se ajustan al rol teatral. Se escatiman los efectos especiales, y de haberlos, son siempre primarios.

La música lleva en volandas las imágenes en momentos críticos, evadiendo el efectivo instrumental propio de la etapa no sonora cuando conviene. Como en cualquier película que aspire a un mínimo de notabilidad, se permite sus estridencias. No es algo positivo, pero a mí no me estorba, culpa seguramente de que coincida siempre con un protagonista acertadísimo.

El guion será muy simple, pero tu tía Conchi no sabría escribirlo. De todos modos hay un argumento, y como lo hay, solo queda contarlo de forma elegante y pasional; lo que te sugirió en un principio el tráiler y el cartel, que a veces, para milagro, pasa que no engañan.

"The artist" es una historia fácil, sí, la tienes en la sinopsis, no está repleta de grandes frases (elemental, querido...) ni de giros que te dejen los cuartos mojados, pero recoge tus últimos cinco años e introduce en cien minutos los momentos personales más intensos y remarcables. El film hace lo mismo...

... y cualquier persona que priorice ponerse un film mudo en sus ratos libres antes que otro plan, debería considerar al menos un segundo de visionado de esta película, y más a estas alturas, como un pequeño regalo personal.

Odio a todos los viejos, así, en general. No los soporto de ninguna de las maneras. Culpa suya por supuesto.

• Los viejos creen llevar siempre la razón: sobre política, sobre moral, sobre la casa, los hijos... sus juicios son inesquivables. Si realmente están o no en lo cierto, se la trae floja, ellos, wikipedias andantes.

• Son tercos como mulas, se pasan la mitad del tiempo cabreados y dando voces. El mundo gira en torno a sus reglas y no al revés. Si sus fuerzas salieran no solo por la boca, mañana, todos a hacer la mili.

• Se castigan día sí y día sí para que rezumes compasión por ellos. Manipuladores. Tras el día a grito pelao, de noche no te dejan dormir con sus ronquidos, no hay antídoto. Algunos llegan a producir vibraciones en los cimientos del hogar; la cama se mueve, el suelo tiembla, tú te acojonas.

• Sales de casa y te putean por todos lados; en el bus, en el bar, hasta en la acera joder, y les tienes que ceder paso en cualquier parte. En la cola del super es imprescindible que se te cuele algún abuelo, por tu bien, no por el suyo, que los tacos también saben llover.

• No iba a decirlo, pero huelen mal. El olor corporal incrementa conforme desciende el recibo de agua, lo que nos lleva a que son tacaños. No es cuestión de dinero, es ley de vida. De suponer es que al cielo, con todo precio por las nubes, más de uno quiere llevarse un buen pellizco.

On the top, el guion de la peli... y la filosófica frase final de Kim, que es la caña.

Los simbolitos que hay entre los puntitos son los diálogos.

Cuando un silencio no dice nada, no sumerge, no transmite, se le llama espacio. También pueden admitirse vocablos varios. Desde "morro" hasta "infantilismo". ¡La PAJA!, joder.

El perfil de los personajes es de lo peor. En el primer encuentro se enamoran en un plis plas sin palabras y ya no hay quién los separe, porque se aman mucho, claro. Se supone que destilan romanticismo a troche y moche. No sé. Visto lo visto se conformaban con follar. Bueno. No hacen gestos apenas, alguno muy forzado. Su equivalente en una peli de intriga sería como si yo y mi primo echásemos un serio cara a cara durante una hora. Eso sí sería grande.

¡Eh, eh, eh! ¡Cuidado! La iluminación y el colorido es magnífico. Un 10 para el atrezo y los focos.

Las escenas cuando son ridículas, son ridículas, aquí, en China y en Corea. No hago la vista gorda, y menos si nos caen sin ton ni son pretendiendo que nos acostumbremos a sus normas. Y es que el que se gaste un esquema poético para dar rienda suelta a su ridículo da más pena todavía. Le saca los colores. A él como autor y a mí como víctima.

El hecho de que este ladrillo invisible (no visible, que no se puede ver) sea considerado una obra maestra, es otra prueba más del apestoso boca a boca que pulula por ahí. Lost in Translation, por comparar, con toda su pedantería, es mucho mejor que esta, que te mata a fuego lento con su pretenciosidad.

Y la música es muy, muy bonita. Vale. Pues que bien, tú.

Aquí un humilde usuario que ya está HASTA LOS HUEVOS de esos directores que haciendo porque sí cualquier chorrada que les salga de la punta del pitorro reciben el aplauso borreguil de todo el mundo.

Por cierto, la película además es un coñazo, ¿lo dije ya?