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España España · Ferrol
Críticas de Vagalume
Críticas 4
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
8
25 de diciembre de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tengo ciertos problemas de objetividad a la hora de hacer la crítica de esta película. Por una parte, soy capaz de reconocer sus más evidentes fallos, en los que profundizaré más adelante (excesivo metraje, mala construcción de algunos personajes, escenas metidas con calzador), pero por otro... hasta sus más evidentes fallos me hacen disfrutar. Porque estamos en la Tierra Media, qué demonios. Sé que, a priori y opinando con la mente, eso no es garantía de nada. Pero opinando con el corazón... ay, Tierra Media de Tolkien & Jackson, qué alegrías más grandes me has dado. Qué noches en vela devorando la trilogía de "El Señor de los Anillos" (mi ejemplar reúne las tres novelas en un solo tomo, así de paso hago brazo). Qué absoluto estupor al ver por primera vez "La Comunidad del Anillo" y descubrir que Jackson había realizado una versión de la Comarca, Hobbiton, las minas de Moria, Rivendell y demás enclaves míticos de la saga casi idéntica a la que había visualizado yo en mi mente. Y qué lagrimones al final de "El Retorno del Rey", señoras y señoras.
Por eso la subjetividad me puede con lo que respecta a las películas de estas dos sagas. Y por eso no me importa tragarme 160 minutos de material nuevo (es más, yo encantada), pero, evidentemente, me gusta que tenga cierta coherencia. No entiendo a los que se asombran de la gran cantidad de escenas de relleno que podemos encontrar en esta nueva entrega de la trilogía: a ver, es una novelita de 200 páginas llevada a la gran pantalla en tres películas de casi tres horas cada una. Sabíais a lo que veníais. No me importan las escenas de relleno, siempre y cuando encajen con la historia que se narre y sirvan para un propósito en la misma. Aun cuando en "La Desolación de Smaug" hay escenas que podríamos incluir en esta categoría, mucho del "relleno" no cumple estas condiciones. Más espectáculo visual, más elfos imbatibles, más enanos determinados en llegar hasta el fin de su misión, y Peter Jackson y el espectador tan contentos. (No obstante, he de reconocer que la escena orcos/enanos en barriles/Legolas me pareció una joya, por lo divertida y adrenalínica).
Sigamos con los personajes y actores: como siempre, chapeau para Martin Freeman, que parece ser, más que interpretar, un Bilbo en cuyos hombros recae el peso de una importantísima misión que lo aleja cada día más de la cómoda y tranquila existencia que llevaba en su hogar. El hobbit se muestra en cada peripecia más astuto, más determinado, más apegado al grupo de enanos y también a ese Anillo de la discordia que tantos problemas le traerá a su sobrino. Gandalf observa y aprecia esta evolución, como nos hace ver con esa mirada que le echa a Bilbo en la escena de Beorn (Ian McKellen retoma su papel con la misma soltura y gracia a la que nos tenía acostumbrados en las anteriores películas). Los enanos están bien, aunque la atención se centra en unos pocos (por no decir solamente en Thorin y Kili). Se agradecería más desarrollo de cada uno de estos personajes como individuos, y no me vale la excusa de "falta de tiempo", porque bien que lo utilizan para otras cosas, a mi juicio, más prescindibles e irrelevantes para el corazón de la historia.
Se ha hablado mucho del "retorno" de Orlando Bloom como Legolas. Yo pensaba que iba a ser uno de esos cameos que se anuncian a bombo y platillo como si fuesen a ser relevantes para la trama pero que al final se quedan en nada más que en estrategia publicitaria. Pero me llevé una sorpresa al ver que Legolas tiene aquí un papel secundario bastante importante, demostrándonos una década después de su última aparición en el cine que, años antes de que tuviese lugar la aventura del Anillo, él ya era un elfo molón, de sangre fría, rápido en combate, ágil, dinámico... y esta vez nos viene con una nueva faceta: la de pretendiente/vértice de un triángulo amoroso. ¡¿Pero usted qué me cuenta, Mr. Jackson?! Entiendo su decisión de introducir a Tauriel para darle más peso femenino a la historia (podría haberse inventado un personaje mucho peor, a fin de cuentas), pero lo que está haciendo con Legolas es pasarse un poco por el forro el carácter del personaje original, tanto que hay momentos en los que uno tiene que echar mano de pequeños detallitos para darse cuenta que es el mismo elfo que en la primera trilogía acompañó en sus correrías a Aragorn, Frodo y compañía (detallitos como la genial e inesperada mención a Gimli por parte de su padre, Glóin). Nadie se cree el asunto Kili/Tauriel/Legolas, pero esperemos que en la siguiente entrega le pongan punto final de una forma más o menos decente.
El dragón es una auténtica maravilla, y por momentos su gloriosa escena con Bilbo recuerda al famoso encuentro de este con Gollum en la primera película. La actuación de Freeman, estupenda ya de por sí, alcanza máximos en este crucial momento de la aventura.
En definitva, ¿recomendable? Un rotundo sí, sobre todo (y especialmente) para los irremediablemente enamorados de la personal versión de Jackson del mundo de J.R.R. Tolkien. "La Desolación de Smaug" rezuma espíritu de "El Señor de los Anillos" por lo cuatro costados (nuevo cameo de Jackson en Bree incluido). Se trata fundamentalmente de una película de aventuras que recorre localizaciones de la Tierra Media (la morada de Beorn, la ciudad del lago con Bardo, el hogar de los elfos, el escondite de Smaug...) con el propósito de meter a nuestros enanos en un lío más grande cada vez. No tiene la profundidad emocional ni la complejidad argumental de su saga predecesora, pero, de 200 páginas más los apéndices, era imposible lograr un grado de epicidad igual o equivalente.
Aun así, estimados lectores... Sé con seguridad que no fui la única que casi me lanzo desde el borde del asiento como ese "¿Qué hemos hecho?" del final.
Vagalume
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9
22 de agosto de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como dice Carlos Ruiz Zafón en esa obra maestra de la literatura de la última década que es "La sombra del viento", "París no se ve en dos días, ni en dos meses, ni en dos años". Ni tampoco en esta película de Woody Allen, pero poco le falta.
Un prólogo absolutamente delicioso para la vista, recorriendo los principales enclaves de París y dejándonos sumergir de forma lenta pero segura en el ambiente cosmopolita a la vez que mágico y dulce de la ciudad de la luz (una contraposición que se acentuará a lo largo de la película mediante la relación entre nuestro protagonista Gil y su prometida Inez y los padres de esta) precede a un planteamiento de la historia tan rápidamente humorístico como nostálgico. Los toques fantásticos de la película se introducen con el descubrimiento de Gil de que tras la medianoche puede acceder a su París de ensueño, su idealización de la ciudad en los años 20, en un carruaje que lo viene a buscar, como si de una suerte de Cenicienta a la inversa se tratase.
Durante las noches que pasa "viajando en el tiempo" (pues nunca se explica este misterio, ¿será un delirio motivado por la decepción con la vida, la frustración y la pura nostalgia de Gil, encarnación excelente del escritor pesimista y desencantado?, ¿serán sus más internos y fervientes deseos hechos metáfora?, ¿será un viaje en el tiempo "de verdad"?) conoce a sus ídolos literarios, habla con Picasso, Dalí y Buñuel, se enamora y se descubre a sí mismo perfectamente metido en el ambiente intelectual y artístico de la época, para volver todas las mañanas a una realidad que le impone el casamiento venidero con una mujer con la que cada vez tiene menos en común y más problemas y la fría y distante relación con sus suegros.
Un auténtico canto a la nostalgia, a los deseos imposibles de cumplir, al amor por la capital francesa y a las dudas y la ansiedad de un hombre que lamenta el haber nacido demasiado tarde y consecuentemente perderse la única época en la que parece encajar y sentirse feliz.
Me has tocado hondo, "Midnight in Paris".
Vagalume
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9
2 de julio de 2013
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Es una auténtica pena que en España no esté ni de lejos tan arraigada toda la tradición que acompaña a esta película: las representaciones interactivas, los pases nocturnos, frases integradas en la cultura popular... El desenfreno, la diversión, la liberación, el "Don't dream it, be it". Después de todo, de esto trata "Rocky Horror", ¿o no?
No busquéis una historia con sentido. Ni una trama compleja y profunda. Ni giros argumentales inesperados (bueno... a lo mejor de esto sí que hay un poco). ¿Personajes a los que les acabas tomando cariño, a pesar (o precisamente gracias a) lo extravagantes y exagerados que son y caricaturizados que están? Sí. ¿Puro espectáculo visual sin necesidad de recurrir al 3D ni a modernos y sofisticados efectos especiales? Sí. ¿Estrambótica cultura glam setentera? En abundancia. ¿Y una buena banda sonora, ya que al fin y al cabo es una peli musical? POR DESCONTADO. El bailoteo del "Time Warp", lo sexy de "Sweet Transvestite", lo provocativo de "Touch-a Touch-a Touch Me", lo pegadizo de "Dammit Janet"... En serio, es un "sube-ánimos" de los mejores que hay en el mundo.
Y es que 100 minutos con Frank-N-Furter, "sweet transvestite" y científico loco, Brad y Janet, recién prometidos y puritanos (al menos hasta pasar un rato en el castillo...), Riff Raff, Magenta, Eddie, Columbia, Dr. Scott, Rocky... animan a cualquiera.
LET'S DO THE TIME WARP AGAIN!!!!!!
Vagalume
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9
18 de febrero de 2013
8 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mi historia con esta historia (y valga la redundancia) ya tiene su tiempo. Hace casi dos años que leí por vez primera "The perks of being a wallflower", la novela de Stephen Chbosky en la cual se basa esta película, dirigida por el propio autor. Y qué queréis que os diga, desde entonces la he releído varias veces, en inglés y ahora que ha sido traducida al castellano, y no me canso de ella. Maravillosamente escrita, desbordante de reflexión y melancolía y con unos personajes que son su baza más potente; desde luego, una lectura más que recomendable. Pero como esto no es una página de reseñas literarias, centrémonos en su hermana cinematográfica. ¿Cumple o no cumple?
Mi respuesta es un rotundo SÍ. La influencia de Chbosky se percibe en todo; nadie mejor que él para saber cómo llevar a la pantalla esta historia de difícil clasificación: no hagáis caso si alguien os la describe como "película de instituto/adolescentes", porque aunque es verdad que sus personajes principales están atravesando esa confusa y amarga etapa de la vida, se aleja por completo de los topicazos que suelen pulular por películas de esta temática. Por una vez, el protagonista "marginado" no se acaba convirtiendo en la estrella del equipo de rugby. Por una vez, la chica de la que se enamora no es la jefa de las animadoras. Por una vez, su grupo de amigos no se limita a ser una mera recopilación de estereotipos andantes. Ni falta que les hace a ninguno. Y por una vez, "película juvenil" no es sinónimo de "película creada para un público al que se presupone idiota". De hecho, es fácilmente disfrutable también por adultos.
Y es que aunque ya haga algún tiempo que hayas dejado atrás la adolescencia, de una forma u otra te identificarás con alguno, o varios, de los personajes. Logan Lerman interpreta magistralmente a Charlie, a pesar de todas las dificultades que esto supone. Reservado, inteligente, observador y sensible, intenta abrirse paso en esa jungla que es la escuela secundaria mientras lidia con sus propios traumas y problemas personales. Le cogí muchísimo cariño en la novela, y en la película no se queda atrás. Cuenta con la ayuda de sus dos nuevos amigos: los hermanastros Patrick, interpretado por un excelente Ezra Miller, y Sam, a la que da vida Emma Watson, que nos deja en sus conversaciones con Charlie algunas de las escenas más emotivas y trascendentales de la película. Ellos dos lo introducirán en su pandilla, en las fiestas, en la diversión... y sobre todo lo harán sentirse aceptado, le harán ver que encaja en alguna parte, una sensación hasta ahora desconocida para Charlie.
Te reirás algunas veces, esbozarás una sonrisita otras, pero si vas buscando una comedia ligera para pasar el rato, recurre a otra opción en la cartelera. La que ahora nos ocupa es una auténtica montaña rusa de emociones, como lo es la adolescencia, y desde luego el público no se sentirá igual al montar en la atracción que al bajar de ella. O al menos yo no. Vamos, que la peli funciona. Y muy bien. Y qué banda sonora... Qué banda sonora.
No obstante, hay algunas cosas que no terminan de convencerme, pero como en su mayoría están relacionadas con "spoilers", las cuento en el apartado siguiente. Si no estáis familiarizados con la historia, os recomiendo que dejéis de leer aquí, que os leáis el libro y veáis la adaptación cinematográfica. Creedme: los "spoilers" siempre son molestos, pero aquí todavía más. Es el tipo de viaje que se necesita realizar sin ninguna idea preconcebida, para llegar a un final que es mejor descubrir por uno mismo y que trae consigo "lecciones vitales" que no dejan indiferente a nadie.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Vagalume
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