Me decidí a ver esta serie porque me llamó la atención los carteles de las paradas de autobuses. No sabía prácticamente nada de ella. 8 capítulos después puedo decir que me ha parecido espectacular.

La historia se centra en las consecuencias que un atraco a mano armada con final violento tiene en diversas personas involucradas en el mismo. No quiero desvelar mucho más porque es de esas historias que cuanto menos sepa uno mejor. El guión está entretejido de tal manera que cuenta con una cantidad de giros y sorpresas que uno nunca puede dar nada por hecho. La historia juega con el espectador en cada capítulo (en más de una ocasión me ha recordado al cine de Oriol Paulo) hasta llegar a un desenlace no menos impactante.

Dividida en 8 capítulos muy cortitos (entre 20 y 30 minutos), dado la cantidad de acontecimientos que ocurren a medida que avanza, el espectador no tiene descanso y cuando ya se le está contestando una pregunta le surgen otras tres. Sí que es cierto que hay alguna leve inconsistencia una vez que se resuelven ¿todas? las incógnitas, pero no quitan que la cinta sea disfrutable y que los amantes del suspense se divertirán como niños. Además, el guión esconde más de una crítica social de temas que están bastante candentes hoy en día.

Otro de los pilares de esta serie es las actuaciones. Cuenta con un elenco con caras conocidas como Michelle Jenner, Ana Polvorosa, Paco Tous o Ana Wagener. Prácticamente todos y cada uno del plantel de actrices y actores cumple con creces en su papel, creando un abanico de personajes variopintos y con personalidades y rasgos bastante diferenciados que hacen que el espectador conecte con ellos ya sea de forma positiva o negativa. Como excepción que confirma la regla, Jose Manuel Poga. No digo que sea mal actor (aunque a mí no me parece bueno ni convincente), pero le cogí tantísimo asco en "La Casa de Papel" que no puedo ni verlo.

La dirección por parte de David Victori y Jordi Vallejo está al nivel de las grandes producciones nacionales. Se nota que Victori tiene experiencia en este tipo de thrillers cargados de suspense, como ya hiciera en "No Matarás", y queda bien reflejado en esta producción de Legendary.

En definitiva, 8 capítulos adictivos como la peor de las drogas, con una historia de las más intrigantes que he visto últimamente. No dudo que será de las producciones españolas más disfrutables del año.

Los fans del terror lo estábamos esperando desde hace meses. Por fin regresa a las salas una de las sagas del género más queridas, considerada por muchos de culto, esta vez como secuela directa de la trilogía original, una práctica que parece estar muy de moda últimamente. Tras el remake de Fede Álvarez, el cual reconozco me gustó bastante, las expectativas estaban altas y reconozco que la he disfrutado muchísimo.

La historia nos traslada a un edificio a punto de ser derrumbado, donde una familia debe luchar contra un ente demoníaco adorador del sufrimiento y la sangre tras haber encontrado un antiguo libro. Nada nuevo dentro de la saga más allá del lugar de los hechos y, aún así, el guion consigue por momentos darle un toque especial y casi fresco que diferencia esta secuela de las anteriores. Sí que es cierto que cuenta con bastantes clichés del género y escenas que pueden resultar predecibles y llena de decisiones digamos estúpidas, pero aún con todo la balanza de la historia se inclina hacia lo positivo.

La actuación de Alyssa Sutherland es simplemente genial, llenando al diabólico personaje de personalidad y desparpajo y captando la atención del espectador cada vez que aparece en escena. El resto del reparto protagonista, con sus más y sus menos, cumple en sus respectivos papeles (sabemos que siempre es difícil desarrollar papeles de niños en cintas de terror que no estén llenos de rasgos desesperantes para los espectadores; afortunadamente aquí no ocurre en exceso).

Uno de los puntos más importantes dentro de la saga es el toque de humor con el que cuentan todas las entregas, y aquí no va a ser menos. Chistes y escenas que te sacan alguna risotada y sin duda hacen rememorar y sirven como seña de identidad de que estamos ante una entrega real de la franquicia. Otro aspecto imprescindible dentro de las películas de "Posesión Infernal" es la sangre, y aquí hay y muchísima. Buenas dosis de tortura, dolor y peleas encarnizadas, que, pese a que quizá podrían haber ido un pelín más allá como ya hiciera Álvarez en su remake de 2013, no se queda corta y satisface con creces.

En definitiva, los amantes de la saga (y del terror en general) lo pasarán en grande y, aquellos que se topen con ella pese a no ser consumidores habituales, pueden encontrarse con una cinta que quizá no olviden fácilmente. Muy recomendable.

No resulta sorprendente que cuando se anunció una adaptación animada de la saga por excelencia de Nintendo la gente estuviera al mismo tiempo entusiasmada y reticente, sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de adaptaciones que han salido rana. Yo, como fan no acérrimo de Super Mario (uno de los juegos de la infancia de toda mi generación), tenía bastantes ganas de verla (sí, pese a las críticas profesionales) y la verdad que me ha encantado.

La historia parece ser lo que no ha convencido a la crítica. Da la sensación de que hoy en día todas las películas de animación tienen que tener un mensaje moral y estar llena de metáforas y paralelismos (culpa de Pixar) o, de lo contrario, será vapuleada por la crítica. Tengamos en cuenta de que el cine como entretenimiento sin más ha existido siempre, y de hecho se podría decir que fue como surgió en sus orígenes. Valoremos esas películas que nos hacen viajar a mundos ficticios y nos ayudan a evadirnos de los problemas terrenales durante un ratito. Me ha pasado con esta y yo, como cinéfilo que me considero, sé agradecerlo.

Es cierto que la película tiene alguna que otra adición que no nos son familiares, como puede ser el inicio, donde se nos da a conocer a la familia de los hermanos Bros. Desde mi punto de vista es algo que puede gustar más o menos, a mí no me ha terminado de encajar pero considero que es un mal menor subsanado por la innumerable cantidad de aspectos positivos con los que cuenta la cinta.

Los seguidores de la saga se encontrarán un sinfín de guiños no solo de los videojuegos principales de Mario, sino de muchos otros spin-offs, derivados e incluso otras sagas clásicas de Nintendo que solo sirven para deleitar a los fans más entusiastas. Y es que uno se pasa toda la película sonriendo a medida que va reconociendo mundos, personajes, objetos y muchas otras cosas que tanto han calado y marcado a las últimas generaciones.

Los personajes están perfectamente desarrollados y sus personalidades, tal como en los juegos originales, cuadran y cautivan a seguidores y desconocedores de la saga videojueguil, y en parte es gracias al gran trabajo de doblaje que se esconde detrás de la cinta. Creo que la selección de actores difícilmente podría haber sido más acertada. A través de su personificación, casi se desprende un amor a la saga de videojuegos que traspasa la pantalla. Destaco por encima de todos a Toad; trabajo brillante tanto de desarrollo como de doblaje, se roba el protagonismo cada vez que aparece en pantalla.

En cuanto al apartado técnico, poco hay que decir. Illumination ha creado una de las sagas más exitosas de la animación de los últimos años y eso normalmente no se consigue si no sabes hacer bien el trabajo. Paisajes idílicos y llenos de colores vivos por todas partes, con una iluminación, criaturas y entornos de una factura técnica envidiable que solo facilita el trabajo de la película de hacerte vivir con ilusión las hazañas de nuestro variopinto equipo protagonista. No hay que dejar atrás la banda sonora, adaptada con maestría en la gran pantalla con cierta "modernización" pero sin dejar de ser 100% reconocible y regocijable.

Creo que los seguidores, si se dejan llevar y se introducen en la película, vivirán una aventura colorida y divertidísima que les transportará a tantas horas que pasamos pegados a la pantalla intentando acabar con la maldita tortuga gigante. Y aquéllos que se topan con esta cinta sin ser conocedores fieles de la saga, podrán igualmente disfrutar de una cinta de animación hecha con amor y mucho mimo.

Hace unos días, un conocido me recomendó este documental del cual no había oído hablar nunca. No suelo consumir este tipo de productos pero decidí dejarme llevar por sus sugerencias y he de decir que merece totalmente la pena.

Dirigido por Kurt Kuenne, la historia se centra en un caso real ocurrido a Andrew Bagby, amigo del director, quien fue asesinado y, tras este hecho, se dio a conocer que su entonces expareja estaba embarazada. Kuenne aprovecha la ocasión para recorre todo Estados Unidos y parte de Inglaterra recopilando testimonios en vídeo sobre todas las personas a las que su Andrew marcó su vida para dejárselo como legado a su hijo no nato, al que deciden llamar Zachary.

La cinta está llena de escenas realmente emotivas, con testimonios preciosos dedicados a la víctima. El espectador llega a sentir de verdad el cariño que tanta gente tenía hacia Andrew, quien parecía ser una persona excepcional. Destacar el papel de los padres de este y sus enormes sacrificios para con su nieto; las barreras que llegan a romper para poder darle todo lo que necesite.

Aunque se trate de un documental true crime, el guion está montado e hilado de una manera que sorprende, con giros en la historia que pueden dejar en shock al mayor aficionado del thriller (siempre y cuando no conozcas la historia, como era mi caso). A medida que se van desvelando los hechos, uno pasa por una montaña rusa de emociones, de la alegría al llanto pasando por la rabia y el odio, y es que lo ocurrido es realmente duro y devastador.

Queda claro que esta pieza cinematográfica que empezó siendo un homenaje hacia una persona querida acabó conteniendo retazos de crítica social al sistema judicial canadiense y ha gestado un icono de la lucha por las víctimas de crímenes violentos.

No puedo hacer otra cosa que alabar el resultado de esta humilde producción y recomendarla allá donde vaya, pues me ha parecido un ejercicio soberbio y creo que todo el mundo debería darle una oportunidad. Eso sí, recomiendo que quien esté interesado en verla lo haga sabiendo cuanto menos sobre el caso mejor.

He de decir que no soy especialmente fan de las películas sobre niños demoníacos/psicópatas, aunque reconozco que he visto algunas que me han encantado (como puede ser "The Children"). Aún así, me he animado a ver esta historia por lo peculiar que me resultan los peques protagonistas y, para mí, se deja ver sin más.

La historia sigue a una pareja que pierde a los bebés que estaban esperando y, como resultado, la mujer resulta dañada internamente, con la imposibilidad de volver a concebir. Devastados por esta noticia, acuden a un convento con la intención de adoptar un niño y se topan con dos hermanos de siete años particularmente llamativos y con los que la mujer parece tener una conexión especial, así que deciden llevárselos a casa, sin ser conscientes de los perturbadores eventos que se desencadenarán. La premisa no es nada original, la hemos visto en otras ocasiones como en la notable "La Huérfana", y, siendo honestos, el desarrollo de "Tin y Tina" es previsible en gran parte de su metraje. Y pese a todo, en general es una película entretenida y a grandes rasgos disfrutable que desgraciadamente no destaca dentro de un mercado relativamente explotado como es el de los niños terroríficos.

La cinta guarda, desde mi punto de vista, un mensaje subliminal bastante claro que se puede considerar una crítica al adoctrinamiento religioso en las mentes en desarrollo de los niños, y da bastante que pensar al respecto. Trata también el tema de la pérdida de la fe a causa de una desgracia y el camino para recuperarla o no, aunque considero que lo hace de una manera crítica que deriva en una consecuencia a mi parecer inverosímil. Y este es otro de los "pecados" de la historia; es, por muchos momentos, altamente surrealista. Las decisiones de los personajes resultan muy poco creíbles en más de una ocasión y esto hace que el espectador desconecte y pierda algo de interés en el desarrollo. Además, el padre de familia, encarnado como puede por Jaime Lorente, resulta incongruente (yo diría que hasta bipolar), cansino y, a ratos, repulsivo.

Como punto positivo, hay varias escenas que pueden llegar a tensar los nervios del espectador, pues gracias a la lúgubre atmósfera de esa casa enorme y sombría y a la actuación de los pequeños diablillos se consiguen crear momentos desesperantes y agobiantes. Por otro lado, Milena Smit cumple como madre de familia traumatizada y deprimida que pierde la fe, y su evolución a lo largo de la cinta es de lo más destacable (aunque su desenlace no resulte convincente).

En resumen, es una cinta curiosa que pese a no ser nada del otro mundo tampoco resulta difícil de ver. Para pasar el rato.