Verdadera obra de culto de la mejor pareja cómica de la historia del cine. Ciertamente ví esta película cuando su estreno y cuando la volví a ver en televísión dentro de aquellos clásicos de telecinco en los que intercalaban anuncios con la película volvió a gustarme tanto como la primera vez. Destacar la musiquilla de fondo, al pirata, y al japonés loco y por supuesto los galletones del tío Bud y el ágil Terence.

Interesante explotaiton italiana del incombustible y al vez infame Ruggero Deodato (si, el de la venerada por algunos Holocausto Canibal).En esta ocasión unos tipos por arte de magia y debido a una serie peripecias aparecen en la atlantida que para colmo está dominada por los clásicos gamberros que siembran el terror por donde van, todo ello aderezado con la clásica estética de mad max y similares. A destacar la violencia de algunas escenas y la constante acción de la película cuyo ritmo no decae en absoluto.En definitiva una película entretenida y sin demasiadas pretensiones que consigue entretener que no es poco.

El gran Manolo Escobar en un bodriete de estratosféricas dimensiones, cuyo guion es un momento a la incoherencia. Manolo se convierte en un falsificador del tres al cuarto dedicándose a viajar por todo el pais y regalandonos a cada momento temazos de incontestable calidad. En definitiva producto a la mayor gloria del machote patrio . Solo para fans del hombre del carro y del danacol.

El tío Chuck en un alarde de heroismo salva a su amado pais de la invasión de los malísimos rusos que increiblemente intentar invadir el pais por vìa maritima. Clásico total de los 80 que fue saboreado por la juventud àvida de violencia gratuita y a la que no le importaba en absoluto la veracidad del guiòn. Chuck con su cara de cemento es capaz de pegarle a un camello un tiro en los huevos, de subirse a un coche en marcha, y por último de salvar a la humanidad de los rusos que en aquel momento eran el mismo diablo.En antena tres la habrán pasado aproximadamente quince o veinte veces. A destacar también la escena en la que Chuck con su lanzallamas aparece de la nada y se enfrenta al malísimo ruso que interpreta el pésimo actor Richard Lynch conocido por grandes películas como Cut and Run del infame Ruggero Deodatto.

Joselito absolutamente revolucionado de hormonas, rebosante de testosterona, intenta darse a la mala vida con unos gamberretes intentando ligar con una italiana amante de los tallarines al pesto y de la pizza carbonara. El niño de la voz de pito se da cuenta de que no le conviene y huye. Durante su huida caerá en el mundo de las drogas, el alcohol y la prostitución llegando a cantar en un club de alterne para pagarse sus "vicios ocultos". En definitiva, una obra maestra olvidada del entrañable cantante y exmercenario.