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Reino Unido Reino Unido · Londres
Críticas de afrancesado
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Críticas 22
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
4 de diciembre de 2014
91 de 128 usuarios han encontrado esta crítica útil
A favor o en contra de los remakes? Un debate perdido de antemano pues los remakes han existido desde siempre, y la historia bíblica de Moisés daría para un buen ciclo monográfico sobre el asunto: tenemos una película muda de 1923 dirigida por Cecil B. DeMille, otra a color que fue dirigida por el mismo director 33 años más tarde, la nada desdeñable adaptación animada que hizo Dreamworks en 1998, alguna adaptación televisiva no muy lejana y estoy seguro de que alguna versión más que me dejo en el tintero.

En todo caso la más famosa y mejor recordada es sin duda la segunda película de esa lista, protagonizada por Charlton Heston. Hace no mucho la pasaban cada año por la tele en determinadas fechas, junto con Ben-Hur una de esos clásicos de épica religiosa que todo el mundo había visto… Pero eso ya se acabó, el concepto de cultura general que hemos compartido las generaciones anteriores está hoy cambiando a velocidad de vértigo, y es hoy abrumadora mayoría la juventud que no ha visto esas películas, que les provoca urticaria sentarse a ver algo que parece tan viejo, y que además la figura de Moisés les suena muy poco… o nada. Por ello si nos ponemos realistas, en vez de envilecer al señor Ridley Scott, habría casi que darle las gracias por modernizar una vez más esta historia.

Entrando ya en materia, estamos ante un grandísimo deleite visual, si los chavales no se pueden tomar en serio el cartón piedra de “Los Diez Mandamientos” con esta “Exodus” no tienen excusa que valga. Jamás el Antiguo Egipto ha lucido tan bien en pantalla, tan real y palpable, con todo lujo de detalles sientes que estás viviendo en una ciudad del Nilo, con su centro monumental de poder, separado de los mercados, talleres y viviendas de las clases medias urbanas, y por último los arrabales de los pobres. No es casualidad que toda adaptación de este mito hebreo se haya tomado su tiempo en enseñar el esplendor de la civilización egipcia con toda la fastuosidad que solo una superproducción de Hollywood puede ofrecernos. Aunque en la tradición “democrática” de la propaganda americana a los egipcios les toca ser el imperio tirano y esclavista, igual que en Ben-Hur lo era Roma (casualmente los hebreos estaban de por medio en ambas) y en 300 le tocó al Imperio Persa. Para más detalles sobre la historicidad del mito de Moisés me remito a la crítica que escribí en su día sobre “Los Diez Mandamientos”.

Pese a que el apartado visual es la gran baza de esta película en ningún caso podemos decir que es tan icónica como la versión más famosa, plagada de escenas y momentos que se quedaron grabadas en la memoria de todos los que la vieron. Si algo tiene la cualidad de hacerse un hueco en tu cerebro hay un motivo, y si lo hace en el de millones de personas tiene mucho mérito.

Narrativamente hablando me temo que estamos ante una versión muy editada a la baja, la tijera se nota sobre todo en el primer tercio de película donde abundan unas elipsis atropelladas. El origen de Moisés está expuesto de forma muy pobre y confusa, me resisto a creer que en la sala de montaje no se ha quedado toda una escena introductoria sobre la profecía, la orden de dar muerte a todos los judíos recién nacidos y el canasto que se salva en el Nilo. No sería la primera película de Scott que acaba saliendo en DVD con casi una hora extra de metraje extendido.

En cuanto a personajes suscribo la crítica de nuestro compañero Oscar DLC, la película se centra exclusivamente en dos protagonistas absolutos (y si acaso Dios sería el tercero), no hay secundarios de relevancia, solo Turturro y Kingsley en sus primeras apariciones pero luego nada más. No hay más secundarios de peso en la narración, por lo menos en este corte final estrenado en cines, reforzando todavía más el estereotipo caudillista de la película antigua (en el Biblia se nos habla de un Moisés sin talento para la oratoria, su hermano mayor Aarón era quien se encargaba de la comunicación). También nos quedamos con un pueblo de Israel desprovisto de cualquier personalidad, una masa informe de gente que se mueve de un lado a otro de la pantalla, muy lejos de la vida que les imprimía la película de 1956, donde eran un personaje más de la historia.

Christian Bale está más que correcto, aunque solo en un par de fases parece darle tiempo de desarrollar a su personaje, al principio en el papel de hermano que no puede heredar el trono, y durante su exilio en que renace con una nueva vida. Joel Edgerton en cambio es un caso más subjetivo de valorar, su interpretación se apoya en gran medida en el lenguaje corporal y el vestuario, posiblemente porque era la mejor forma de adornar y exprimir al personaje que le daba el guión. En todo caso bebe mucho del Ramsés de Yul Brynner. El conflicto y la tensión amor-odio entre ambos personajes está ahí desde el principio pero le falta mayor desarrollo, cuando se reencuentran después de años separados nunca llega a igualar en fuerza a la dinámica Heston-Brynner.

Arriesgada es por cierto la decisión de poner a muchos occidentales de ojos azules a hacer de egipcios (es muy larga la controversia sobre la composición racial de los antiguos egipcios), pero con el correspondiente uso de maquillaje y/o bronceado pienso que la mayoría dan el pego bastante bien.

(sigo en Spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
afrancesado
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8
10 de mayo de 2013
14 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claro que no es enteramente histórica y se toma libertades, pues bebe de la más pura tradición del teatro, donde es una necesidad buscarle motivaciones dramáticas a los personajes y ponerlas en sus bocas con diálogos poéticos y retóricos, aunque se trate de personajes históricos de los que es casi imposible saber su verdadera personalidad y motivaciones ateniéndonos a las más estrictas fuentes históricas, que normalmente solo recogen hechos o interpretaciones interesadas.

De ahí ese gusto del teatro por el drama y la retórica. Se ha hecho siempre, lo hacían los griegos al convertir en obras de teatro sus antiguos mitos, y lo hacía Lope o lo hacía Shakespeare reimaginándose por ejemplo a antiguos romanos famosos.

Lo que es más difícil de encontrar es que esas técnicas funcionaran traducidas al cine. Casi nunca. El cine suele buscar lo implícito, el subtexto, las acciones y no tanto los diálogos, o que los diálogos no digan lo que piensa el personaje, y en cualquier caso que sean cortos y no dominen a la imagen.

El cómo esta película consigue, con un ritmo endiablado y unas interpretaciones geniales, que el teatro funcione en cine, es digno de estudio.
afrancesado
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Un vistazo a El Padrino
Documental
Estados Unidos1990
7,2
355
Documental, Intervenciones de: Francis Ford Coppola, Mario Puzo, Al Pacino, Diane Keaton ...
7
30 de enero de 2013
18 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existen los 'making of' rutinarios, promocionales y aquellos 'making of' que se mojan, que afloran detalles e indagan en las parcelas más delicadas y de más enjundia de una producción cinematográfica. Personalmente encuentro más sabrosos aquellos que profundizan en la escritura (y reescrituras) del guión y en el casting de actores (la selección, las pruebas, los ensayos, la relación entre actores y director, etc...)

Este documental es de los que se moja con El Padrino I, y al mismo tiempo es puro material promocional de El Padrino III. Lógico si miramos que el año de su estreno y del documental coinciden, 1990. De El Padrino II se habla poco, mayormente de su famoso montaje en paralelo.

En el caso de El Padrino I al ser una adaptación no tiene mucha miga hablar del guión. Es sabido que Hollywood estaba en la peor crisis de su historia, la Paramount tenía los derechos de una novela todavía sin publicar, y querían un director italoamericano para hacer rápido una película medio barata sobre la mafia. A Coppola le costó aceptar el proyecto, y siempre lo vio como un trabajo de encargo, un profesional que pone su mejor empeño y habilidades al servicio de una adaptación.

Aunque cada vez le ve más interés al hecho de hacer protagonista absoluto a una familia, desde sus protagonistas hasta los invitados a una boda. Ese enfoque hará que el público medio pueda sentir una gran cercanía e identificación; aunque se dediquen al crimen se comportan como una buena y tradicional familia. Si además le añadimos un toque costumbrista y folclórico, en un país lleno de minorías desarraigadas, el resultado sería un efecto espectacular sobre la mentalidad americana, después de El Padrino por primera vez se podía estar orgulloso públicamente de tener orígenes extranjeros.

Despojada de sus grandes temas y el disfraz de la cultura italoamericana, la trama es simple: una historia de sucesión, de un rey con tres herederos. Coppola no esconde su admiración hacia Shakespeare, y en El Padrino además de puro cine hay reminiscencias de la tragedia y el teatro. No es casualidad que guste tanto cuando los temas de herencias y sucesiones ya se encontraban entre los más recurrentes de la mitología griega, han obsesionado a los hombres desde hace miles de años, y no en vano han articulado sus sistemas legales, económicos y sociales.

Y entonces la novela se convierte en un éxito inesperado y sensacional, y pone todo el peso sobre los hombros del director. Ahora los productores miran con lupa el proyecto y les parece una mala apuesta un director sin experiencia con grandes producciones. Sus temores se confirman cuando les presenta los actores que tiene en mente. La estrella conflictiva y caída en desgracia Marlon Brando, y un puñado de actores jóvenes y desconocidos…

Sin duda son premonitorias las enormes dudas de los ejecutivos respecto de Al Pacino, quien se sabía con un pie y medio fuera durante el rodaje. Era soso y aburrido, querían a Robert Redford. Quizás no entendieron que Michael no es el protagonista hasta que las circunstancias le obligan a serlo. Esa es su historia dentro de la película, esa es la relación de su personaje con su familia, pasa de estar fuera a estar dentro, se ve en la puesta en escena, de estar sentado a un lado, apartado, mientras Sonny, Tom y Clemenza discuten y planean, a acabar más tarde en el centro y presidiendo.

En el rodaje todo cambió a partir de la escena del encuentro con Sollozzo en el restaurante, los productores por fin dejaron en paz el tema Pacino. Todo cambia también en la trama con esa escena, durante los primeros 30-40 minutos, el protagonista es Vito (Brando), luego Sonny y poco a poco Michael actúa y toma la iniciativa (incluso en Sicilia saborea los dulces del estatus y el poder, toma lo que se le antoja, de querer ser complacido por los demás). Finalmente Michael “heredaría”, narrativamente también, el protagonismo total con la muerte de su hermano y de su padre.

Aunque nunca dejarían de desconfiar de Coppola, a quien acusaban de darle un estilo y planteamiento demasiado clásico a una película que exigía rentabilizar los gustos del nuevo público dominante, los jóvenes. Incluso le insistirían a Coppola para que metiera más violencia en la historia (las vueltas que da la vida). Pero todo ello también es clave para entender que hoy muchos puedan decir que nos encontramos ante la mejor película que ha dado el séptimo arte. Y es que yo creo que no hay ninguna película tan clásica y moderna al mismo tiempo como El Padrino, estás viendo algo clásico y elegante y al mismo tiempo de género y efectista, encauzando las influencias de Arthur Penn o Cassavetes. Si hasta se junta un Brando traído del cine clásico con las las nuevas estrellas de los 70 que no eran caras bonitas, sino auténticas e interesantes.

Por cierto Diane Keaton magnífica para el papel, otro personaje que podría haber quedado soso y aburrido, y que Coppola supo ver a la única actriz que podía aportarle un punto imprevisible y natural.

Por último añadiría que las curiosidades más llamativas de este making of es ver como prueban a James Caan de Michael o a Robert de Niro de Sonny (Coppola con mucho sentido dice que queda como un matón de calle , pero le gustó tanto De Niro que más tarde se acordaría de él para hacer de Vito joven en El Padrino II).
afrancesado
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7
21 de enero de 2013
34 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo making of para terminar de enmarcar a "Blade Runner" como joya incomprendida de su tiempo que resurgió cual ave fénix de sus cenizas con el que podría ser uno de los "Director's Cut" más famosos de la historia del cine.

Tradicionalmente cuando directores y distribuidoras han tenido sus muchos rifirrafes sobre el montaje de una película tenía que ver con la duración y la eliminación de escenas (por ejemplo el caso también famoso de la versión americana de "Erase una vez en América" de Sergio Leone). En "Blade Runner" todo giró en torno a añadir o quitar una narración en off durante toda la película y una escena de final feliz. Algún detalle más por supuesto, pero fundamentalmente ese par de decisiones y su impacto en la valoración final de la película son las que tanto han dado que hablar a los críticos y cinéfilos.

"Dangerous Days: Making Blade Runner" repasa el desarrollo completo de la película para poder llegar a ese momento fundamental que todos esperan ¿Por qué hacía falta una voz en off y un final feliz? ¿Y por qué aún así fracasó "Blade Runner"?

El documental es esclarecedor al dedicar la mayor parte de su duración al apartado visual y de diseño de producción del universo de la película, confirmando que la gran pasión de Ridley Scott es la estética y el crear mundos, fusionar la fotografía y la iluminación con los decorados, supervisar hasta el mínimo detalle los departamentos de arte y tirarse horas preparando la iluminación de un plano. Pero no nos engañemos, Ridley también tiene buen ojo para elegir actores (o directoras de casting, quien sabe), aunque no sea este el apartado que más minutos merece en el making of.

El resultado final en la película es que cuando la trama no está contando nada, lo cuenta la ambientación, el decorado, la luz, la tenue música, la cara de los actores, la puesta en escena... Lo que en inglés se resume con la palabra "mood", estado emocional o de ánimo que flota en la atmósfera. "Blade Runner" es puro cine en el sentido más visual, hipnótico y expresivo, es un coche volador que despega entre la lluvia y el humo o un harrison ford que deambula entre calles abarrotadas de peatones, paraguas y neones.

Y cuando crees que estás sumergido y aletargado en esta película de pronto te salpica con momentos en que el guión resurge con un dramatismo y una fuerza wagneriana, los personajes hablan y actúan, y resulta que las pocas escenas en que ocurren cosas alcanzan unas cotas de profundidad existencial y psicológica que parecía vedada al cine "de género", siendo la cumbre esa lucha final y muerte poética de Roy Batty.

¿El veredicto del director al quedar montada la película? "He visto algo maravilloso", pero "no funciona".

La famosa voz en off hace más evidente la trama ante el miedo de un público que no se enteraría de nada en todos esos momentos aparentemente muertos, pobres en acontecimientos o de baja intensidad; y esa misma voz en off que disfraza a un protagonista que roza lo depresivo, tan opuesto a un "villano" con irrefrenables ganas de vivir.

Es curioso que es algo que nunca le ha vuelto a pasar en su cine, nunca el cine de Scott ha vuelto a fallar (o acertar) por falta de exposición en la trama o ser poco explicativo en los diálogos.

En cualquier caso la voz en off fue una chapuza de la productora, el propio Scott reconocía que podía ser una solución, pero había que trabajar en ello para que encajara; en cualquier caso acabó apartado, pagaron a un escritor para hacerlas de prisa y corriendo y se obligó por contrato a Harrison Ford para que las grabara.

Lo que nadie vio venir es que años después del fracaso en taquilla el tiempo la acabaría redimiendo contra todo pronóstico, porque esos sectores minoritarios pero influyentes, que son los fans fetichistas de los ochenta y los críticos y cinéfilos que gustan de rescatar y reivindicar películas, encontraron una mina de oro en "Blade Runner", el material perfecto para analizar, desmenuzar y comentar en los cine-forum. Era ciencia ficción con factura de Hollywood y era cine de autor con un toque de nouvelle vague, en donde no todo tiene que tener un sentido evidente, en donde triunfa lo expresivo sobre lo explicativo, lo emocional sobre lo racional, lo orgánico sobre lo mecánico...

Para mí "Blade Runner" es el "Apocalypse Now" de la ciencia ficción (encuentro incluso paralelismos sorprendentes en ambas tramas), pero "Apocalypse Now" fue un éxito, y "Blade Runner" no, lo que demuestra que efectivamente los 80 desde muy pronto fueron en otra dirección, como se apunta en el documental, era la década de E.T., de Indiana Jones, de héroes, acción y épica (en la propia secuela del gran éxito de Scott "Alien" se aprecia ese cambio abismal de una década a otra).

Viendo los trailers tramposos de "Blade Runner" el público se esperaba entretenimiento de calidad, naves, robots, acción y persecuciones. Y se encontraron con esa extraña mezcla de film noir nietzscheniano, pesimista y contemplativo... Visualmente adelantada a su tiempo, pero ¿narrativamente por detrás de su tiempo? ¿Espiritualmente más cercana de Apocalypse Now o Taxi Driver?

Y es que como dice el propio Ridley, si vas por delante de tu tiempo tienes un problema, igual que si vas por detrás.
afrancesado
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6
4 de junio de 2012
110 de 127 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y es que la precuela que uno podía imaginarse al ver 'Alien' era mucho mejor que lo que nos ofrece Ridley Scott en esta 'Prometheus'.

Comparar ambas películas es lo más interesante que podemos sacar de 'Prometheus', una marcó época y tendencias, y la otra es parte de otra época y sus tendencias. Una supo sacar partido con gran ingenio y artesanía de los recursos limitados de su época, otra apuesta por la espectacularidad visual de la infografía y los megapresupuestos de las superproducciones actuales.

Pero sobre todo es interesante comparar la calidad de los guiones, 'Alien' fue un guión que sufrió muchos cambios y su producción muchos retrasos, pero el resultado final es un guión cerrado y depurado, con un manejo extraordinario del ritmo y el desarrollo de personajes. 'Prometheus' en cambio deja la sensación de haber quedado a medias, haber sufrido muchos cambios de rumbo y de foco, de girar y rectificar, detallar y abandonar, de tener personajes de relleno e inacabados.

A Ridley Scott ya le pasó con ‘Robin Hood’ de cambiar 180º el guión ya metidos en preproducción, y luego se notó en la propia película que el guión no estaba cerrado ni pulido, que se fue haciendo y ajustando sobre la marcha, tirando de soluciones tópicas y nada originales.

'Alien' fue una película redonda, que entre otros muchos aciertos (ambientación y dirección artística, dominio de los géneros, terror y ciencia ficción, dirección de actores e interpretaciones) supo dar la información justa y necesaria, y lo mejor de todo, con maestría, con imágenes y pocas palabras, no hacía falta entrar en explicaciones detalladas: una señal enviada al espacio (mas tarde sabríamos que de advertencia, lo opuesto a un SOS), una nave abandonada en un planeta en medio del infinito, un extratrerrestre ("spacejockey") muerto con un agujero en el torax (mas tarde sabríamos la causa), y un cargamento de huevos. ¿Hacen falta más detalles? ¿Hay que inventarse más explicaciones que al final no conducen a ningún sitio? (sigo en spoiler)
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
afrancesado
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