Es extraño que coincida con la crítica de Kurtz, pero en esta ocasión sería mi alma gemela. La película no necesita todo eso que él comenta, además añado, le sobra la persecución, el jocker es malo, vale, retorcido, vale, pero sublime, y lo sublime se capta en esos diálogos, en esa mirada, en esos tics, en esa moral del mal que no entiende de ruidos y fuegos artificiales, es mejor, mucho mejor, la risa tortuosa del torturado Jocker cuando le pegan en la cárcel. Me aburrí al final porque esperaba, una hora antes, justo aquello que pasó para convencerme, una vez más, que al buen cine le sobran artificios. Esa maldita manía americana de justificar superlativamente lo que una frase demuestra sencillamente.

A ver: Domingo por la tarde, hora de la siesta, despiertas y en la tele, que has dejado encendida, un telefilme de esos completamente previsibles de familias amenazadas por odios, amores y pasados ocultos...
Lo que no sé todavía es como la Sarandon se metió en este sarao, que sin ella, probablemente, habría pasado completamente desapercibido y yo, por ejemplo, no la hubiera visto.

Desde Blade Runner no sa había hecho nada parecido en ciencia ficción. Su verde atmosférico, como metáfora de la red, es simplemente una idea genial.
A veces la historia queda atropellada por lo apabullante de la acción pero es un mal menor, frente a la intención de espectáculo paralizador que propone el film.
Pasado el tiempo su perturbador mensaje te atrapa de tal forma que ya nunca podrás apartarlo de tu mente.

Vale, no es perfecta. Vista con la distancia que da el tiempo se aprecian mejor sus fallos. Pero eso no le quita mérito.
Marcó una época y el futuro de lo que debía ser la ciencia ficción hasta ese inquietante color verde atmosférico de Matrix. Con Blade Runner caímos en la cuenta de que, por fin, el futuro había llegado y tenía los mismos colores del desasosiego que tiene el presente.

Vaya por delante que la película es preciosa....si se ve como un videoclip. Las imágenes muy poéticas, las animaciones increibles, pero ya está. Que esté llena de guiños a los jugadores no la obliga aser incomprensible para el resto de mortales. Sobre todo, porque en ningún sitio se avisa de ello.
A la película le falta ritmo y prueba de ello son los cortes que se producen entre secuencias que se rellenan incomprensiblemente con música coral, como si eso diese más profundidad al asunto. Lo dicho. Videoclip bonito y nada más