Me resulta inconcebible que en todo el documental no se mencione a Asimov, o no se comente indirectamente el papel en el desarrollo de la robótica real, la inspiración de aquella robótica retrofuturista de mitad del S. XX, representada inmejorablemente por las novelas de robots de Asimov. Es un hecho aceptado por casi cualquier tecnólogo que la ciencia-ficción y la ciencia son dos disciplinas interconectadas que se retroalimentan, y teniendo en cuenta, que la primera de las Leyes de la Robótica es: "Un robot no puede dañar a un ser humano", reitero: ¿cómo puede ser que no se mencione a Asimov ni una sola vez? Teniendo en cuenta que el grueso del documental es explorar la dimensión ética del uso de los robots con fines militares y el impacto que los nuevos robots gobernados por IA, puede tener en la sociedad y en la vida de las personas, es absolutamente ridículo que no se aborde la perspectiva de Asimov, ni siquiera desde el "marco teórico".

Se puede coincidir con este principio, o argumentar contra él, pero lo que no se puede hacer es obviarlo deliberadamente. El documental está bien, y es interesante, pero omitir lo que académicamente entraría de lleno en el "Estado de la cuestión", es un error totalmente injustificable. Solamente por "cultura popular", debería haberse mencionado, igual que ocurre en documentales de robots más antiguos.

Aceptable serie de mixtura entre documental de animales y recreación de vida prehistórica. Sin embargo, en mi opinión, creo que la serie funciona mejor como la primera, con magníficas tomas fotográficas, que como la segunda. La serie brilla cuando detalla formas de vida como hongos, líquenes, y pequeñas formas de vida, o escenas de caza. Por ejemplo, la batalla de hormigas y termitas resulta realmente fascinante.

En cuanto a la faceta prehistórica, se presentan varias irregularidades que detallo en el spoiler. Nada queda aquí comparable a la legendaria Caminando entre dinosaurios (y las otras secuelas), con su magnífica banda sonora orquestal de la BBC, y su narración científico-poética. A pesar de sus contundentes recursos cinematográficos, mucho más cercanos al "tráiler" que a un documental tradicional, da la sensación de que la serie de repite en varios puntos. Narrativamente hablando, la serie hace demasiados saltos (o símiles) con la fauna contemporánea. Eso no sería problema si se aclararan las etapas geológicas de la Tierra con precisión, pero salvo "devónico" y "triásico", nunca se mencionan de manera clara. La serie se mueve demasiado en la escala temporal.

La serie se mueve en términos narrativos de "reinado", "dinastía", "ascenso", lo cual otorga a la serie un carácter épico, pero a menudo parece alejarse del objetivismo científico.

Los primeros 6 capítulos pues, dejan buena sensación de boca, aunque no entusiasman, si que entretenien.

Enésimo producto woke cuyo objetivo no es otro que el de enganchar al "público joven" y seguir fidelizándolo al corporativismo de Apple y asegurarse la estabilidad financiera con su merchandising. Esas nuevas gafas de realidad aumentada que promete la manzana, parecen caras, y claro, no se van a vender solas. Hay que contentar a una serie de lobbies e inversores que obviamente, verían muy mal que Salvor Hardin, primer ALCALDE (en masculino) fuera un varón, y especialmente blanco. Lo mismo que Gaal Dornick.

Como tantos aquí, no soy más que otro amante asimoviano estafado, cuya juventud discurrió entre robots, naves y bóvedas de acero, y a sus treinta, está viendo con desilusión cómo las neo-agendas culturales siguen perfectamente impunes en su afán de reescribir la historia, ya saben, en aquello de: "donde ese escritor puso esto, lo sustituiremos por aquello".

Pero, de acuerdo. Aceptemos barco. Después de un primer capítulo muy prometedor y con licencias aceptables, ¿dónde está la Fundación? A partir del tercer capítulo la cosa se encalla en un aburrido e innecesario largo tiroteo de estrógenos. Una estampa totalmente anti-Asimoviana que nada tiene que ver los fundamentos de la saga. A partir de la mitad de la serie, las incongruencias circulan libremente por una galaxia plagada de clichés y bastante aburrimiento acumulado fuera de Trántor.

Solamente la música de McCreary, que es un compositor muy bueno, los actores Harris, Lee Pace y los efectos especiales, son salvables en esta Fundación que esperamos que permanezca perdida en el espacio-tiempo un largo tiempo.

Gracias a los creadores para incentivarme a releer Asimov.
@cgreche.music

Colosal e hipnótica película del primer al último compás. Magistral simbiosis entre el drama y el retrato del mundo actual liderada por una gigantesca Blanchett que apunta al Oscar con su batuta. Trata al espectador con respeto e inteligencia, dejando entrever piezas del puzzle que configura la vida de la protagonista, sin masticaciones evidentes. Como periodista musical, me petrifica la línea que separa la ficción de la realidad. Silenciosa pero repleta de música diegética, la película es en sí un estudio humano acerca de la inspiración, el poder, la vida sentimental y los fantasmas del artista. Imperdible.

Malísima y cansina cinta de color marrón anaranjado pesadísimo que trata sobre catástrofes y numerología. Resulta decepciomante cómo Proyas y su guion pasan olímpicamente de la ciencia para centrarse en una trama de sectas alienígenas rodeada por catástrofes y predicciones aleatorias. Es un disparate monumental. Funcionaría mejor con más acción, o bien con menos y más ciencia, desarrollo y razonamiento. El final es una fumada descomunal. Casi inigualable.


2 estrellas por la música (y Beethoven), el toque retro-ochentero y la catástrofe final. Spoiler: