Esta película es precisamente lo opuesto al cine comercial promedio. Y demuestra lo inútil de las producciones costosas cuando un film contiene lo elemental: actuación, dirección, fotografía.

Me pregunto qué público verá este tipo de películas en las que ni música hay, ¿serán intelectuales? ¿amantes del cine?, ¿será la pareja promedio de la suburbia? Probablemene sean los primeros quienes tienen la competencia para disfrutar una especie de destilado cinematográfico en el que se ha deshechado todo lo que podría sobrar; quizás este tipo de cine sea el del futuro.

Muy buena producción, pero de un naturalismo aburrido. Algunos espectadores estamos acostumbrados a lo que se entiende por "drama", esto es a una trama con nudos emocionales, peripecias sicológicas y desenlace. Todo este tejido produce interés y reacciones emotivas mucho más intensas que ver combates de aviones. Es curioso que el cine alemán contemporaneo produzca films tan descuidados guionísticamente habiendo realizado muchas obras maestras. Finalmente esta segunda versión del tema ( la primera fue gringa) soprende por lo descarado de su propaganda: el barón es pacifista, un caballero, etc. Y, cosa insólita, hay pilotos judíos. En fin que la guerra puede ser honorable si se respetan ciertas reglas, etc.
¡Ridículo! Nada mas hay que recordar Sin novedad en el frente o Sendas de Gloria.

Esta película tuvo serios problemas de exhibición en Estados Unidos y en México la dictadura del PRI simplemente la prohibió en los años 60. Vista ahora tiene extraordinarias virtudes como el manejo paralelo de la lucha proletaria y la feminista.

Sorprende ver el nivel económico de los mineros huelguistas: todos con buenos coches para la época y hasta con armas deportivas. Seguramente, cuando la película fue vista en la Unión Soviética causó la misma sorpresa que las Viñas de la Ira pues en ambas películas ¡el proletariado cuenta con coche!

Y es que es el mismo problema de siempre, ni siquiera la ONU ha podido determinar unos parámetros de pobreza universales.

Por cierto ¿qué sería del director Biberman, me pregunto?

La excelencia está en la actuación, la dirección y sobre todo en lo extraordinario del tema. No dejo de ver una crítica al sueño americano y un retrato de la pobreza en el imperio.

El defecto de esta película son los aspectos de cine policíaco: pistolas, tiros que son de risa loca.

Es curioso cómo la directora realiza escenas perfectamente mal y que podrían ser prescindibles, por eso la califico con 8.

Lo mejor de Swing es la música, en seguida la actricita y sus ojos maravillosos. Película sin pretenciones ni sociológicas, ni musicales, simplemente se complace en el misterio del amor y en esos seres extraños que son los gitanos. Se agradece la honestidad del director que nunca trata de impresionarnos sino solamente comparte una historia mínima con nosotros.