El viejo argumento de comedia sobre personaje peculiar de clase baja que se ve trabajando para un millonario, que recorre toda la comedia estadounidense y fue recurrente en los años 80, da pie a un guion de manual y una estética impersonal, que le da al público lo que hoy día se considera "realista": "Intocable" coquetea con el drama y tiende a olvidar que es una comedia (conserva al menos un momento muy ochentero, el baile del protagonista con los músicos de orquesta), a la vez que juega con una suerte de realismo social (la vida de la familia del protagonista) que resulta otro compromiso con el gusto de hoy día y lo aceptable (sin embargo, el acercamiento a la vida del millonario responde a modos más genéricas, cinematogáficos). Apenas hay alguna idea de puesta en escena en la película, visualmente tosca y con un análisis social infantil y tópico, repleto de personajes estereotipados. Quizás el público se sienta un poquito "mejor" al terminar el film (la película funciona en algunos momentos), aunque se trate de un producto coyuntural desde su nacimiento.

El film tiene cierto cariz ochentero (los ochenta duraron hasta principios de los 90) y es como una secuela de “Pesadilla en Elm Street”, con el toque de realidad virtual y unos apuntes lynchianos quizás no reconocidos pero discernibles en la banda sonora (que plagia tanto a Badalamenti como a la partitura de “Pesadilla en Elm Street” de un modo cansino). El film empieza bien, pero carece de punto de vista y de firmeza en la realización, que es meramente funcional (más allá de algunos molestos insertos de montaje, a veces acompañados de forma improcedente de música “alternativo-metalera”), con lo que la película sólo ilustra un guión con personajes y situaciones endebles, que no consigue jugar con la realidad y la ficción como debería. Pudiera haber sido una modesta película de serie B con un toque interactivo, pero todo en ella es rutinario y sin mucho sentido. El personaje de Trickster es otro error: típico graciosete a lo Freddy, con un maquillaje grotesco y frases y chistes para la galería, casi siempre superfluos. Hacia su final la película cansa un poco (ese “clímax” entre el protagonista y Trickster); además, el discurso temático de la peli es pobre (el tema de la violencia en el cine y el entretenimiento y a necesidad de discernir realidad de ficción). Eso sí, retrata algunas constantes de su época (primitivos pero simpáticos f/x digitales incluídos) y la dirección de fotografía es buena.

Esta película sería perfecta sin algunas secuencias, en especial musicales (si exceptuamos la hilarante parte final con los marineros en la casa). En la película se desatan muchos equívocos entre hombres y mujeres, con un toque sexual muy de Quine y de Edwards, sofisticado y profundo (las chicas del film sufren problemas menos genéricos de lo que pueda parecer); como en las mayoría de pelis del director, los decorados cobran mucha relevancia (el patio del decorado principal recuerda al de la coetánea 'Rear Window'); como siempre en su director, domina un punto de vista aéreo, en los que se relaciona a los personajes con su espacio y que dejan cierta distancia al espectador; además, son fotogénicos. Buenas actuaciones (bellísima Janet Leigh) y estupenda fotografía en scope, contrastada y colorista, muy de la época.

Sin saber muy bien de qué se trataba esto (más allá de que su director había escrito un libro sobre Joe Dante), me metí en esta película independiente en el festival FANT de Bilbao y me sorprendió mucho, por el riesgo de su director a la hora de retratar su ciudad y por la forma en qué lo hace. Con el mérito de estar rodada sin apenas dinero, es un ejemplo de un cine que no quiere rendir cuentas con los patrones narrativos y formales habituales hoy en día. Además, la película mezcla de géneros de forma inusual y Álvaro Pita utiliza una ironía y un sentido del humor muy peculiar, alejado de la seriedad de tantas propuestas festivaleras. Está claro que hay elementos técnicos mejorables, pero también esa "imperfección" le da cierto encanto. En definitiva, un agradable descubrimiento y una rareza en toda regla, donde me da que hay mucho que rascar en un segundo visionado.