Siempre había creído que para poder ver "una de Rohmer" necesitaba acercar la tele unos cuantos metros la televisión de mi salón para no quedarme ciego leyendo tanto texto, pero, este tempranero filme del director francés nos demuestra su inmensa capacidad de comunicación, solamente con el poder de la imagen. Y es que esa espiral hacia la indigencia que vive el protagonista es mostrada con increíble maestría; con esas obsesivas y reiterativas escenas de París, que nos fatigan y enloquecen despojándonos de nuestra dignidad más y más, metiéndonos en el mismísimo traje raído del personaje.
Respecto al tratamiento de cuento de la película tan presente en la filmografía de Rohmer, creo que le da una dimensión de moraleja, de reflexión curiosa que si bien nos deja con un buen sabor de boca y le da unidad a la historia, queda eclipsada por la excelente forma de contarlo. Claramente, como se suele decir, la forma supera al fondo. Y es que así es Rohmer.

Debo ser retro-ignorante, la verdad, porque esta cinta me ha parecido de un aburrimiento supino. No solo porque el Gyllenhaal nunca me ha convencido con sus interpretaciones planas y su cara de besugo degollado con ojos mustios y saltones, sino porque la película en sí, es lenta y está mal estructurada, aparte de tener poca continuidad y fluidez en su desarrollo.

Los contínuos avances en el tiempo con rótulos tipo "grafía maquina de escribir" recurso muy manido por cierto, son agotadores y mareantes y producen continuos altibajos de tensión emocional que documentalizan la narración hasta el punto de pararte a pensar " a ver si este de al lado va a ser al final el asesino..."

¿ Por qué crean tanto misterio con el aspecto sudoku de los mensajes del asesino (recurso publicitario planteado por los de marketing en el trailler para darle el toque Da Vinci) para luego desinflarlo como un globo en el guión, al no profundizar ni desarrollar este aspecto?

¿A qué viene tanto alarde de mobiliario retro, con la maquinita de tabaco sacada del museo y la señal de prevención rescatada de la chatarrería? Se nota forzado aunque hay que reconocer el esfuerzo. ¡Ojalá el ritmo estuviera tan cuidado!

Lo mejor: la interpretación de Robert Downey Jr. y el pelucón de Anthony Edwards, con lo calvito que estaba ya en Doc. en Alaska...

Para mi gusto esta película de Truffaut tiene un valor documentalista alto pero no me parece que esté muy bien trazada la psicología de los personajes, ya que, en ocasiones, resulta confusa o poco trazada por la carga de la narración didáctica. Que me perdone el maestro.

Nota: Muy interesante ver al director como actor haciendo de director.

"Ahora se lo que es el amor, ¿siempre duele así?" temina preguntando Catherine Deneuve en esta pasional película de Truffaut. El filme nos cuenta hasta donde puede llegar un hombre por amor, atrapado en la lujuria y la belleza de la mujer de Truffaut, nuevamente presentada como la mas adictiva de las emociones, irresistible y al mismo tiempo absolutamente destructiva. Pero el maestro siempre nos sorprende al final, haciendo que la mujer conozca finalmente el amor. Después de reducir a su víctima a la mínima expresión personal, social y económica, se ve reflejada en su propia miseria y fealdad interior, consiguiendo amar por primera vez, aunque sea como a cada instante mirándose al espejo. Adorable.

Bueno, yo no he leído la novela, así que mi comentario estará dirigido a mi impresión como espectador de la película.

Negativo: Me parece confusa la división del filme en tres partes tan diferentes en su tratamiento del paisaje, el color y el argumento. Creo que está cosido con hilo del gordo produciendo tres elementos diferentes con poco nexo de unión.

Positivo: Para los amantes de la sensualidad femenina, es magnífica la antítesis entre la mujer de belleza pura y provinciana en contraposición con la mujer sofisticada y sexy urbana, y, mejor aún es la escena en que ambas personalidades se funden en una sóla. Realmente es interesante la diferenciación que se hace entre el amor y el sexo a través de estos dos tipos de mujeres. Por lo demás, la excelente interpretación llena los vacíos y parones rítmicos de que pueda adolecer.