Fui al cine con una gran expectativa. Los actores me invitaban y el tráiler mostraba un guión lleno de secretos que hacían atrapante esa historia por contar. Fue decepcionante. El guión es pobre y los actores se ven desencajados. Bardem con cara de “yo fui” y “yo no fui”. Lenta en algunos tramos, final apurado. Darín en un personaje que no se lo cree nadie, va de la sorpresa extraña al llanto torpe. Salvo a Penélope Cruz que también, en algunas líneas, tiene que forzar su actuación para que la cosa cierre. Insoportable.

Me encanta el cine nórdico y también sus series. Entiendo sus tiempos pero después de ver tanto a veces me cuestiono si es su ritmo de miradas y silencios o si la cosa se extiende innecesariamente. Digamos que esta miniserie es buena pero le sobran, quizás, tres capítulos. Y un par de puntas cierran a medias.

Un hombre que ama a su mujer y está dispuesto a cumplirle su extrema fantasía. Una mujer que descubre que se excita con el llanto de su marido e ingresa en un espiral de mentiras, por lograr que llore. Un perverso que, obligado por la ley, debe avisar que cumplió una condena por agresión sexual a los vecinos de su nuevo barrio. Una interprete de sordomudos que trabaja en un call center de video llamadas y debe ser la intermediaria en una comunicación de índole sexual. Un hombre que droga a su mujer con una pastilla para dormir y es en el único momento que se siente bien con ella. Un final con un toque de efecto. Entretenida.

Para el que le gusta el cine romántico, un género plagado de clichés, las espectativas se reducen a: una dupla que tenga algún tipo de química, un argumento que no aburra, un ritmo que lo sostenga y un final aceptable. Bueno, el final es un poco... pero no deja de ser un cierre que corona, Los actores no los conoce ni la madre pero bueno, están bien y te dan ganas de que terminen juntos. Así que para los aficionados al género, pasa.

Para los que nos gustan las películas románticas y tenemos hecho un camino por el género, esta película aburre. Hay 50000 opciones superiores. Caer en el cliché es falta de imaginación, de creatividad y de una total inoperancia ya que el género, en sí mismo, es un cliché, por lo tanto, la oferta debe ser superadora del "más de lo mismo", Monaghan y Evans tiene menos onda que un clavo y juntos son un plomo pero si estás sin saber que elegir...