Probablemente la mejor película de Isabel Coixet, y sin embargo la gran desconocida en su filmografía. Para el gran público existen Mi vida sin mi y La vida secreta de las palabras... y ya. En Cosas que nunca te dije (más que en Demasiado joven para morir viejo), la Coixet sienta las bases de un estilo (su narrativa, sus encuadres, sus guiones) que ha acabado por conquistar...
Una historia de quedarse callados, sobre esas pequeñas cosas de la vida cotidiana, que en silencio van conformando la historia de amor de Ann y Don, dos seres tremendamente desilusionados, inmersos en una apatía que les impide buscar cualquier salida. A pesar del pesimismo que destilan los personajes, al final deja una puerta abierta a la esperanza, a los sueños. Fantástica.

Dos historias paralelas, una historia mágica y una historia de posguerra. La narración fantástica deja paso a la realidad como si la primera fuera un sueño del que basta despertar, pero que sitúa a la niña en una realidad mucho más terrible. Este matiz hace que la película sea mucho más angustiosa y cruel.
Dos historias muy bien contadas, perfectamente enlazadas y magistralmente interpretadas. Soberbio Sergi López, increíblemente sádico. Ivana Vaquero, un descubrimiento que conquista la cámara. Muy bueno Alex Angulo. Y sorprendente, Maribel Verdú (me he reconciliado después de muchos años... desde La buena estrella, no había visto nada destacable por su parte).

He de decir que lo mejor de la película es el cartel, y por el cartel fui a verla, tanto por diseño como por contenido (Javier Rebollo, Lola Dueñas, etc.). Lo que sé de Lola, se podría haber contado perfectamente en 12 minutos... pero con la pretensión de hacernos ver lo monótona y aburrida que es la vida de León (el voyeur de Lola), Javier Rebollo ha alargado de forma exasperante su film hasta 112 minutos y lo ha convertido en un cúmulo de pretensiones que no llevan a ningún sitio.
El inmovilismo es la constante, durante casi dos horas, esperas... algo, algún giro en el guión, algún plano un poco distinto, algo..., acabé aburrida y dolorida porque la butaca del cine también transmitía bastante inmovilismo. No la salvan ni las interpretaciones de Carmen Machi, ni siquiera la de mi adorada Lola Dueñas. Si todavía no la has visto ahorra tiempo, dinero y sobre todo salud mental, yo no pude...

Me descubrió el valor del silencio, de todo lo que se puede comunicar sin necesidad de abrir la boca.
Sin pretensiones, narra el encuentro entre dos desconocidos, objetivamente comparten un momento que jamás volverá a repetirse. El resto se presta a la libre interpretación, ¿comedia, drama, romance...? sobran las palabras y las calificaciones.

¿Que puedo decir de Irma La Douce?. Irma, que nació tras el mercado, continua la tradición familiar en cuanto al empleo que desempeña tan gustosamente, ya que ser prostituta no es una desgracia, es realizar una carrera. La autosuficiente Irma que sucumbe al amor, aunque su manera de demostrar el amor a Néstor no es nada convencional: "trabajo el doble si es necesario".
Nestor que se convierte de la noche a la mañana en un sufridor nato.
Lo tiene todo: detalles como la ternura que muestra al hacer unas cortinas con papel de periódico para que no vean a desnuda Irma desde la calle; la extravagancia de ver una iglesia llena de putas donde se va a celebar una boda en la que la novia viste de verde; la sutileza con la que se muestra la primera noche que pasan juntos (fundido a negro y Néstor lleva el antifaz con el que se acostó Irma; el surrealismo de las apariciones y sobre todo desapariciones de Lord X; el inverosímil Moustache, profesor de economia en la Sorbona, coronel en la legión, crupier en Montecarlo o tocólogo, son algunas de las profesiones que dice haber ejercido (un filósofo de la calle, doctorado en mundología, que cada vez que abre la boca sienta cátedra)... Y es que me encanta.
Sólo puedo decir a sus detractores, que "nadie es perfecto", ni siquiera Billy Wilder.