Se trata de una película bélica de acción constante, de muchos disparos, de torturas, de matones de guerra.

Se ve entretenidamente. A pesar de no ser una gran película es más que aceptable y merece la calificación de interesante.

Un comando británico de la SAS es depositado por un helicótero en el desierto de Iraq (no como alguien dijo por ahí: "se infiltran en el ejército enemigo"). Tienen como misión sabotear una línea de tendidos eléctricos que va desde Bagdak a las plataformas móviles que disparan misiles hacia Israel. La misión se complicará, pero aún así estos guerreros de las fuerzas especiales del ejército británico acabarán con un notable número de militares de Sadam Hussein.

Película de afroamericanos de Atlanta, Georgia, (USA) orientada para gente de religión evangélica de USA y otras partes de Latinoamérica como por ejemplo República Dominicana, etc., donde hay muchísimas iglesias evangélicas de todo tipo, con un argumento muy al caso: cuenta la historia de un Predicador evangélico al frente de una iglesia, que tiene una preciosa hija que es la solista del coro con una voz prodigiosa.

Ahora bien, a la muchacha le llama o atrae el mundo que hay más allás de las restricciones que le pone su religión cristiana, por ejemplo ve demasiado añejas recomendaciones religiosas como esa de tiene las mujeres evangélicas de cuando se visten con falda que ésta prenda siempre esté un centrímetro por debajo de las rodillas. Ella, como mujer joven y bonita, gusta de lucir su cuerpo primaveral y darle gozo, de experimentar lo prohibido y salir de los límites que le impone por sabiduría y prospectiva su propia iglesia y padre. Por esto le comenta a una amiga, en un momento del filme: "Estoy harta de la iglesia, ¿sabes? (...) Tú ya me entiendes, la iglesia es mi vida, pero sé que hay mucho más ahí fuera, y me lo estoy perdiendo."

Entonces, ella vivirá en sus propias carnes la famosa parábola del evangelista san Lucas, "El hijo pródigo" (Lc 15, 11-32), y atraida por el mundo se alejará de la casa de su padre, de su propia casa, para echarse en manos del libertinaje, las malas compañías, el sexo, incluso algo de drogas, y la falta de dignidad y de respeto por su propio cuerpo. En este tiempo de alejamiento de su padre y de Dios, aprenderá que "la mayoría de los chicos cristianos se gastan una pasta en películas porno" y se enamorará de "un chico malo que ama al Señor", o mejor dicho que "supuestamente ama al Señor".

La protagonista completará su ciclo como el Hijo Pródigo del texto de san Lucas, cosa que cuento porque como hoy en día y gracias al sistema educativo implantado en España desde que los socialistas llegaron al poder en 1982, ya casi nadie sabe nada de religión, pues obviamente a la mayoría de los que puedan leer esta crítica, eso del "Hijo Pródigo" les sonará a chino, a hebreo o a palestino, pero casi seguro que ya muy pocos saben de que va.

Es una película bonita, la protagonista "LeToya Luckett" muy agradable de ver y en fin aunque no sea un producto de mucha calidad, al menos constituye una enseñanza deneral que toma su referencia principal en aquello que nos transmite el Nuevo Testamento o el cristianismo, por lo tanto sirve de buen aprendizaje para la vida con su moraleja existencial, además se disfruta oyendo canciones de estilo afroamericano y también observando una lúcida fotografía.

Luna caliente se reduce a Ramona caliente (Thaïs Blume). Ella es el centro neurálgico del filme, porque está más buena que las uvas con pan y queso.

El resto, tanto la trama, como las actuaciones como el desarrollo, como la película toda ella no pasan de la medianía.

Sólo Thais Blume interpretando a Ramona, con esos senos que luce para volver loco al más pintao, con su sensualidad y su expresión de "ven, tómame hasta el fondo", salvan la película de no salir los espectadores desencantados de la misma.

Buena y simpática película en blanco y negro con un Robert Taylor radiante y una Vivien Leigh en un papel secundario de joven tontita casada con un hombre mayor y además liada extramatrimonialmente con un joven estudiante universitario de Oxford, que la verdad viéndola aquí nadie hubiera adivinado que iba a convertirse un año después, 1939, en la inmortal Scarlett O’Hara, la brava protagonista principal de la película "Lo que el viento se llevó", considerada con el paso del tiempo la película más famosa de toda la historia del cine.

"Un yanqui en Oxford" nos cuenta la historia de un joven atleta norteamericano de nombre Lee Sheridan (Robert Taylor) que es enviado a estudiar a la citada Universidad inglesa, donde nada más llegar se enamorará de una joven estudiante Molly Beaumont (Maureen O'Sullivan) y se convertirá en enemigo del hermano de ésta, Paul Beaumont (Griffith Jones). En Oxford destacará y se ganará a compañeros de estudios y a profesores por ser un deportista muy competitivo y exitoso, pero también se meterá en más de un lío por su carácter de hacer frente a quien le quiera amilanar o poner obstáculos.

La película es una comedia muy agradable de ver. Recordará a muchos la época en que pasaron por la Universidad, ese tiempo de juventud que describe bastante bien la letra del célebre himno universitario en todo el mundo:

Gaudeamus igitur,
iuvenes dum sumus.
Post iucundam iuventutem,
post molestam senectutem,
nos habebit humus.

Ubi sunt qui ante nos
in mundo fuere?
Vadite ad superos,
transite ad inferos,
ubi iam fuere.

Vivat Academia,
vivant professores.
Vivat membrum quodlibet,
vivant membra quaelibet,
semper sint in flore.

Vita nostra brevis est,
breve finietur.
Venit mors velociter,
rapit nos atrociter,
nemini parcetur.

Vivat nostra societas!
Vivant studiosi!
Crescat una veritas,
floreat fraternitas,
patriae prosperitas.

Vivat et Republica,
et qui illam regit.
Vivat nostra civitas,
Maecenatum charitas,
quae nos hic protegit.

Pereat tristitia,
pereant osores.
Pereat diabolus,
quivis antiburschius,
atque irrisores.

Alma Mater floreat
quae nos educavit,
caros et conmilitones
dissitas in regiones
sparsos congregavit.

(la traducción abajo en el "spoiler")

Espléndido documental, repleto de imágenes bellas y también inquietantes.

Nos informa de que en nuestro planeta una de cada cuatro personas aún viven como el hombre podía vivir hace unos seis mil años, esto es: unos mil quinientos millones de seres humanos, más de toda la población de los países ricos juntos.

También no enseña que desde 1950 los seres humanos hemos modificado la Tierra más que durante nuestros doscientos mil años de historia.

Película-documental instructivo, concienciador y precioso para los ojos.