Indudablemente, esta continuación de la saga Star Trek fue la que realmente revitalizó la serie y la que marcó el derrotero de éxito que tuvo en los años posteriores. Histórica también, en el sentido que fue la primera vez en la historia del cine que un film resulta ser la continuación directa de un episodio de una serie televisiva.

Nicholas Meyer -un director casi desconocido en esa época- supo captar a la perfección el ambiente de camaradería que sus protagonistas irradiaban en la serie de los 60 y que, de últimas, fue parte de lo que hizo de ella el icono que es hoy.

Sus efectos especiales son quizás el factor más criticable del conjunto -son bastante inferiores a los de la primera pelicula de 1979- pero su desarrollo y argumento compensan sobradamente esa carencia, que en la comparativa se vuelve pequeña con el resto del conjunto.

En definitiva, la mejor de la saga Star Trek original, superada solo por la estupenda "Star Trek VI: Aquel pais sin descubrir".