La última película de Pablo Trapero me ha impactado y me ha gustado más de lo que esperaba. La historia de estos sacerdotes, estas personas comprometidas en un barrio marginal, descrito y reflejado con un gran realismo, está narrada con ritmo, con veracidad y con sentimiento. La historia es cruda, real, no aparece suavizada: para mucha gente la vida es dura, y el director no lo esconde. Pero junto a ello aparecen personas capaces de entregar su vida por cambiarlo, de compartir las condiciones de vida con los habitantes del barrio y ayudarles en su lucha.
Muy recomendable

Cuando en un determinado punto logramos unir las diferentes historias que se nos narran, la película se nos muestra con toda la fuerza que mientras tanto ha ido insinuando, cobra todo su sentido y descubrimos una película de personas más que de personajes, que viven, aman y sufren. Historias que nos llegan, reales, cercanas, temas universales (la búsqueda del amor y la felicidad, la culpa, el castigo). Me ha gustado Charlize Theron, incluso Kim Basinger, que no es santo de mi devoción, hace un papel de esposa incapaz de asumir un rol de esposa y madre (y debería?), que tropieza con una vía de escape, una alternativa de amor, de sentirse plenamente como persona. Me ha gustado mucho en su desarrollo, y también en su desenlace, que creo muy adecuado.

Coincido con otras críticas que he leído: la crítica periodística, revistas especializadas, críticos, ha sido casi unánime en su valoración positiva, pero a mí esta película me ha parecido una más de acción, una película de guerra, de soldados valientes (sí, no son John Wayne, pero los tiempos son otros y se nos presenta a militares que aparentemente sufren, tienen problemas...). No he sacado ningún mensaje, más allá de las bombas, la guerra, todo además muy centrado en el ejército norteamericano (y la gente de Iraq? todos son posibles terroristas?). Alguna frase que quiere ir más allá, pero me ha parecido una película muy centrada en el ejército norteamericano, más centrada en explicar el sufrimiento de los soldados que allí se encuentran y su capacidad de superarlo y luchar por su país.

Estamos ante una película magnífica, repleta de personajes creíbles, humanos. Nada de tipos de una pieza, buenos integrales, malos abominables. Todos reaccionamos como somos, como nos enseñan, según donde nos movemos. Personas que necesitan cariño y se sienten solas, que en otros momentos es capaz de no ver humanidad en aquella otra que trabaja para ellas; personas que no ven humanidad en otras que son diferentes, pero son capaces de jugarse la vida por salvarlas cuando lo necesitan; personas que presumen buenas y que no discriminan, pero reaccionan con desconfianza y miedo si se encuentran en la situación; personas humildes que luchan por tener una vida digna enfrentados entre sí... Nada es blanco, nada es negro, aquí se nos muestra cómo nos relacionamos, cómo nos desenvolvemos en sociedad, cualquiera de nosotros o de quienes nos rodean. Tenemos un fresco de inusitada fuerza.

He visto varias veces la película y siguen emocionándome sus imágenes, sus situaciones, sus personajes. Película muy muy recomendable.

Me ha parecido una comedia realmente entretenida, y con unos planteamientos que atacan el racismo que se mantiene de forma latente en nuestras sociedades occidentales: temas como la no aceptación del diferente, la mentira y el engaño, las raíces, la religión, son tratados en tono amable, pero nos llevan a cuestionarnos muchas de los comportamientos que se desarrollan en nuestras sociedades, o incluso que practicamos nosotros.