Ligera decepción. No hay que decir nada de la parte de las actrices, al contrario. Nada que decir tampoco de la apuesta valiente por la puesta en escena del plano secuencia. Tampoco ha querido ser tan original como en su primera película entrelazando las historias. Pero veo faltas de punch a algunas historias. Alguna sobra (Sissy Spacek en el motel); otras casi llegan pero no (Kathy Baker en el pre-operatorio); una es la segunda mejor (Elpidia Carrillo en la cárcel); y otra es la mejor, en mi opinión: una sencilla historia de sentimientos entre Robin Wright Penn y su antiguo amor en un supermercado. Del resto sólo veo fogonazos, sobre todo en los remates (el velatorio a la mujer muerta) Esperaba más.

Ay, ese tufillo Loach de nuevo. Podría dar más de si este viento: la relación ideológica excesivamente tardía en la película entre los dos hermanos, la historia de amor del chico y la chica. Sólo a ratos me recuerda al mejor Loach. Creo que Loach debería dejarse llevar más, dejarse de monsergas, recuperar el espíritu Ladybird; sin dejar de lado su lado reivindicativo, podría resultar de esa forma, digamos, más lírico, emocionante. Loach no sabe rimar.

Una película de las de mala leche y mala uva. La sombra de Kaurismaki, sí, quien sale en un momento que no voy a desvelar. Triunfo de la no intrepretación de estos dos directores-actores franceses. Normal que películas como Aaltra no lleguen a las carteleras españolas.

De nuevo gran cine desde Canadá. Poco nos viene salvo Dennys Arcand de aquel país. Hay que redescubrir ese cine. Sobre todo si es como esta sorpresa de Crazy. Tomando como pretexto los cumpleaños de este "sanador" que nació el día de Jesucristo, qué hace el director, al que hay que nombrar con letras mayúsculas, Jean Marc Vallée: pues salirse de los manidos films-río que cuentan las vidas de una persona a lo largo de los años, para centrarse en eso, en pequeñas anécdotas de las fiestas de cumpleaños del protagonista en unas edades cruciales de su crecimiento. Grande el protagonista, sí, pero excelso el padre, grandes actores para nosotros desconocidos. Quizá flojee un poco el viaje a Jerusalem, un poco forzado además por querer hacer la gracia con la vuelta a los orígenes del otro "salvador". Pero en suma, gran película.

La verdad es que El amigo americano me ha aburrido. Me esperaba más de esta película mítica ya. He querido entrar en la historia pero la confusión y la puesta en escena un tanto plúmbea me lo han impedido. No sé todavía a qué jugaban Ripley y sus amigos. Bruno Ganz, eso sí, está genial.