Como reza el titulo, "El canibal de Rotemburgo" se basa en una historia real acaecida hace ya unos cuantos años, cuya crudeza e increibles vericuetos de truculencia la convirtieron en una noticia de primera plana en diarios y noticieros de todo el mundo.
La historia de un tipo que avisa via web que desea terminar su vida siendo devorado por otro, cosa que termina sucediendo, es a priori una noticia que por su morbo mismo puede pensarse sería material atractivo desde el punto de vista fílmico.

Lamentablemente, el resultado es un producto absolutamente menor, un fallido estudio psicológico sobre la vida y destino de los dos involucrados en el aberrante crimen, que termina aburriendo por la lentitud de su desarrollo, embutido en una sumatoria de flashbacks e imagenes pseudo-oníricas que por momentos confunden mas de lo que despejan.

La truculencia sugerida recien aparece en los 10 minutos finales del relato, pero no llega a resultar ni tan impactante como el hecho real debió ser, ni logran salvar al film del mas profundo de los aburrimientos.

De lo peor del año.

Indudablemente, esta continuación de la saga Star Trek fue la que realmente revitalizó la serie y la que marcó el derrotero de éxito que tuvo en los años posteriores. Histórica también, en el sentido que fue la primera vez en la historia del cine que un film resulta ser la continuación directa de un episodio de una serie televisiva.

Nicholas Meyer -un director casi desconocido en esa época- supo captar a la perfección el ambiente de camaradería que sus protagonistas irradiaban en la serie de los 60 y que, de últimas, fue parte de lo que hizo de ella el icono que es hoy.

Sus efectos especiales son quizás el factor más criticable del conjunto -son bastante inferiores a los de la primera pelicula de 1979- pero su desarrollo y argumento compensan sobradamente esa carencia, que en la comparativa se vuelve pequeña con el resto del conjunto.

En definitiva, la mejor de la saga Star Trek original, superada solo por la estupenda "Star Trek VI: Aquel pais sin descubrir".

No resulta nada raro que el guión de este cuento este firmado por el mismísmo Steven Spielberg, en el que vuelve a demostrar su escasa ductilidad a la hora de generar sentimientos en base a lo fantástico sin pisar el terreno de lo cochambrosamente almibarado.
No es que el cuento en si sea demasiado malo -es solo un "poco" malo- pero se nota demasiado que Spielberg y su escaso talento para dirigir comedia -algo de lo que siempre ha pecado- está detrás de él.

Una niña desaparece sin rastro. 40 años despues vuelve con la misma edad con la que desapareció y se presenta ante su anciano padre, sin dar ningún tipo de explicación al hecho, salvo el deseo de la pequeña de jugar con él.

Suponer que un sin sentido como el argumento de este episodio puede ser tapado con una cortina de sentimentalismo barato y tan poco razonado, es como creer que se puede tapar el sol con un dedo.
De los PEORES episodios de la serie, si no el peor.

Pues si amigos. Este episodio de Amazing Stories parece una versión resumida del cruento desembarco en Normandia que Spielberg filmaría con lujo de detalles unos 15 años mas tarde en su multipremiada "El rescate del Soldado Ryan".

Un episodio al que estéticamente no se le puede reprochar absolutamente nada. Lamentablemente fuera de ese rubro es fútil en su intento de sorprender con una vuelta de tuerca sobrenatural ya cien veces vista, demasiado cantada además y que, por ende, no produce el efecto deseado.

A duras penas alcanza el regular.