Poco o muy poco queda de "Vikings" en esta serie, la historia de Ragnar y sus descendientes nos permitió conocer la cultura de los pueblos nórdicos, sus leyes inquebrantables, sus creencias, su fiereza en la batalla y la ambición por gloria y riquezas ... todo ello acompañado con imágenes de una gran belleza de aquellas tierras, de sus bosques y fiordos, de sus barcos surcando mares y ríos, con una gran puesta en escena respecto al vestuario, la ambientación, y con un gran elenco de actores que reforzaron con carisma a cada personaje. Valhalla solo es pretenciosa en el nombre, introduce nuevos personajes, muchos de ellos relacionados o descendientes con un lustre estético, pero con pocos cambios, repite en escenas de lucha y de cama, en decorados y situaciones, pero ... sin el brillo ni el realismo de su antecesora.

Una buena idea mal llevada al cine, para un director de prestigio como Ridley Scott esta podría haberse convertido en su obra maestra pero como bien apunta el crítico del diario El Mundo "el problema no es la idea, sino las pocas ideas que, contra todo pronóstico, aporta el director en la puesta en escena", sin duda Scott es incapaz de superar el abismo entre los grandes y los menos grandes culminando una obra extensa en tiempo, tediosa y aburrida de la que sólo merece la pena valorar positivamente lo que Scott domina a la perfección, la recreación del entorno donde se desarrolla la historia y la crudeza del majestuoso duelo final que impide dejar de mirar la pantalla. Tampoco ayudan mucho las actuaciones, Damon fracasa absolutamente en los cambios sutiles del personaje ofreciendo un arquetipo en cada historia, Driver pierde una excelente oportunidad en un papel clave con el que no transmite y aburre por momentos, sólo Jodie Comer consigue traspasar la pantalla en las escenas más dramáticas como su declaración en el juicio ... de Ben Affleck mejor no gastar palabras.

Distraída pero sin más, con algunas situaciones divertidas, con una bellísima Moro Anghileri, con una magnífica actuación como casi siempre de María Barranco, con el odioso andaluz forzado de Pep Munné y con un Alfredo Casero perfecto como taxista-psicólogo. Se deja ver.

¿Quién está preparado para resumir su vida a un día de playa? ... Shyamalan se enfrenta a un reto difícil de llevar a la pantalla, el planteamiento es muy bueno y muchas de las escenas impactantes (desgraciadamente todas ya resumidas en el tráiler de promoción de la película), el problema es, que a pesar de crear en el espectador una angustia continua por la incapacidad de los protagonistas para solucionar la situación, la película no abandona nunca una línea plana en su desarrollo, en parte por un guion flojo con personajes aburridos que apenas llegan al espectador y del que solo destaco la actuación de Rufus Sewell.

La anatomía es un análisis o estudio minucioso de algo, diseccionando cada parte o episodio y poniendo en relevancia aquellas más significativas.

Esta película comienza con el trágico fallecimiento del padre de familia tras caer desde una ventana, la autopsia no puede determinar la causa de la caída siendo compatibles el suicidio o el crimen. Utilizando el artificio de un juicio ilusorio, en el que acusan a su pareja, la directora va desgranando la complicada realidad del matrimonio al que la sociedad y su hijo pequeño asisten como espectadores, estableciéndose todo tipo de conclusiones sobre los hechos, sus posibles causas y como se llevaron a cabo. Será su propio hijo el que actuará como juez pero pagará un alto precio al descubrir una realidad sobre la personalidad de sus padres que desconocía.

La película destaca por la originalidad de su tratamiento, la buena actuación de los actores (muy destacable madre e hijo) y por un excelente guion con una secuencia de una discusión entre la pareja sensacional.