Sórdida e irreverente.

Majestuosa visualmente hablando.

El acento de su protagonista es sumamente adictivo al oído.

Y si se quiere por medio de una película, reflexionar sobre temas como la violencia en las personas jóvenes, la alienación, los polémicos proyectos del gobierno, entre otros temas, La Naranja Mecánica es una excelente película para hacerlo.

Esta película es casi un estudio sociológico sin habérselo propuesto. En esta película se muestra con magistral naturalidad el estilo de vida de una época y de un círculo social particular. La manera de vestir, la importancia de la madre en la familia, la importancia de la gente mayor, la comida, las fiestas, el rol del hombre, el rol de la mujer, etc. Todo lo anteriormente escrito, en torno a actividades delictivas y violentas. Es una tremenda obra que logra mostrar retazos de realidad mezclándolos con retazos de ficción muy realista.

Las actuaciones son excelentes como todo en esta película. Los diálogos, la solidez de todos los personajes, los encuadres, los planos, la música; todo en esta película es de un nivel de excelencia que asombra.

¡Película larga que vale todos los minutos de su metraje!

El éxito de esta película, es sin duda, su historia. Una historia, desafortunadamente común en nuestras modernas ciudades. La ciudad y su capitalismo extremo, son completamente indiferentes a las cualidades o defectos de sus ciudadanos; un mundo que engulle a todos sin el más mínimo atisbo de remordimiento y que, precisamente, por esa implacable manera de acorralar que tiene ese sistema capitalista de las grandes urbes, las personas, muchas veces sin caer en cuenta u otras veces, siendo completamente conscientes de ello, terminan por convertirse en extensiones de ese implacable proceder de la ciudad y su omnipresente capitalismo, que no es otra cosa que producir y producir más y más dinero, y es así como terminan por mostrar espaldas en lugar de brindar manos de apoyo. En Busca de la Felicidad, es pragmática y práctica en este sentido; muestra sin máscaras esta cruda realidad y hace que vayamos con Chris Gardner (Will Smith... de increíble actuación) de la mano, completamente identificados con él porque nos reflejamos, o viendo en él a alguien que conocemos. Chris Gardner, perfectamente, termina siendo uno de tantos transeúntes que vemos a diario en las calles de las grandes ciudades (eso sí, la gran mayoría de los transeúntes no llegan al mismo desenlace del de Chris).

Honesta, clara, esperanzadora y ante todo emotiva... muy emotiva. Las lágrimas salen con facilidad durante muchos momentos en esta intensa y excelente película.