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Críticas de gonzafer85
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Críticas 353
Críticas ordenadas por utilidad
4
20 de diciembre de 2010
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un film prometedor (a priori) ya que cuenta con el respaldo de haber sido escrito por M. Shyamalan (“Sexto Sentido”, “La Aldea”, “Señales”, etc), aunque queda solo en eso. Mas cerca del género thriller que del terror, “La Trampa del Mal” (También conocida como “La Reunión del Diablo”) es entretenida con un buen ritmo, tiene buena calidad de imagen y sonido aunque los diálogos y la interrelación entre los personajes resulta poco creíble, exagerada por momentos y hasta sin mucho sentido.
gonzafer85
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5
25 de noviembre de 2010
1 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Stone es un film que alterna buenas y malas, aunque son más las segundas. Por un lado reúne un elenco de alto nivel y, por el otro, los personajes de la trama fueron exageradamente diseñados en un rol, siendo hasta fastidioso. De los cuatro personajes principales, solo el de Edward Norton parece tener un cambio significativo y es esto, quizás, lo mas cansador del film.

El trasfondo filosófico / religioso es interesante y atractivo, pero la manera de plasmarlo en los diálogos no hace mas que hacerlo repetitivo y con falta de profundidad.

Audiovisualmente no hay mucho que objetar, tampoco hay para destacar. Las pocas locaciones y la cantidad de tiempo del film que se le dedican a los diálogos largos hacen que haya planos / contraplanos por todos lados. La música acompaña al drama correctamente.
gonzafer85
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7
24 de diciembre de 2013
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Grata sorpresa la del joven Gordon-Levitt, director, escritor y protagonista de ‘Don Jon’. Ya desde las primeras imágenes uno sabe que no será la porquería que podría haber sido teniendo en cuenta título y póster, a partir de los cuales uno se imagina la típica comedia romántica donde un “Don Juan” encuentra el verdadero amor luego de noches y noches de sexo casual y desinteresado. Bueno, un poco tiene que ver con esto, pero el film explora además otros lugares de la temática amorosa. Lugares “comunes” por suerte; donde comunes no se refiere a las situaciones y tips en lo que caen muchas comedias románticas, sino lugares en los que caemos los espectadores en nuestra vida cotidiana, y sobre los que esta película nos puede hacer recordar, pensar y proyectar. Claro que, para que esto sea posible, son requisitos fundamentales de forma y contenido la sinceridad, el narrar con franqueza, sin pelos en la lengua y sin la inhibición popular respecto a ciertos temas. ‘Don Jon’ los cumple.

Y va más allá. Detrás de todo, también hay una descripción (subjetiva, como todas las descripciones) y hasta una (auto) crítica -si se quiere- de cómo vivimos en los tiempos que corren. Las primeras imágenes tienen que ver, no sólo con la adicción del personaje central, sino otra cuestión más de fondo: la deshumanización a partir de la cultura de la imagen. Tal vez esa pequeña edición sea chocante como inicio de una película, pero la verdad es que estamos invadidos permanentemente, a través de los medios de comunicación, por imágenes de ese estilo, donde se establecen los estereotipos “válidos” del momento. Y como casi todos nosotros hemos evolucionado a esponjas absorbentes de esas imágenes, probablemente nos sintamos miserables y disconformes con nosotros mismos y/o con nuestras parejas (hace no mucho escuchaba una reflexión sobre este tema del filósofo y ensayista José Pablo Feinmann, mientras presentaba su último libro ‘Filosofía política del poder mediático’, en el cual le dedica 250 páginas a la “hegemonía del culo como medio de dominación en la modernidad informática”). En relación a esto, en ‘Don Jon’ nos encontramos con un personaje que prefiere masturbarse mirando porno al sexo con una mujer de carne y hueso.

Actual, sincero y libre de tabúes, así es este film que, si bien necesita un público acorde, lo consigue más fácil de lo que muchos creerían. Probablemente, el público más “acorde” esté compuesto por personas debajo de una cierta edad (40 diría yo). Más específicamente, creo que la identificación y el disfrute máximo son para la porción masculina. De todas maneras, Gordon-Levitt no se limita a esto y, desde el sarcasmo, la ironía y una mirada ácida y autocrítica de la sociedad occidental, nos hace reír a todos con cuestiones que tienen que ver con las diferencias de género, las relaciones, la conquista, la idealización y la familia (y estas dos últimas, juntas, son dinamita, sobre todo en familias tradicionales y exigentes). Este es el costado más liviano de ‘Don Jon’, hasta que las cosas se van poniendo un poco más profundas cuando empezamos a escuchar el término “unilateralidad”. Y es un poco lo que va haciendo el film, no sólo por los temas que trata, sino por la manera en que lo hace y por las transformaciones que va sufriendo Jon: hay un pasaje paulatino pero evidente desde lo superfluo a lo profundo y desde lo “real-ficcional” a lo “real-real” (es interesante, meta textualmente, cuando habla sobre el cine y la pornografía).

Para terminar, me quedo con otra cuestión que me pareció muy acertada y divertida: el tratamiento ácido y sarcástico del director respecto al lugar de la iglesia en la familia occidental “religiosa”. No sólo es una gran puesta en escena de la hipocresía institucionalizada, sino que también es una genial exposición de lo absurdo de la institucionalización en sí misma y el sistema creado para que “funcione”. La estigmatización del sexo, y la confesión-absolución de pecados mediante una tabla de castigos (rezos del Padre Nuestro y Ave María) que tiene tanta lógica como la que se usa para calcular el impuesto a las ganancias.

www.quecinemirar.blogspot.com
gonzafer85
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7
24 de febrero de 2013
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Complicada. 'The Master' todavía me sigue dando vueltas en la cabeza y me ha obligado a navegar durante horas en internet buscando una ayuda que no existe. Después de un lustro, el director de 'There will be blood' ('Pozos de ambición' / 'Petróleo sangriento'), Paul Thomas Anderson (no confundir con Wes Anderson, pese a que la musicalización del inicio bien podría dar lugar) vuelve con una película ambigua, narrativamente no tradicional, pasible de diversas interpretaciones, y si, también tortuosa para el espectador no acostumbrado a este tipo de propuesta.

Años 50, pos segunda guerra mundial, nacimiento de una filosofía religiosa, la Cienciología, a cargo de L. Ron Hubbard. Confirmado por el propio Anderson, aunque no explicitado en la pantalla, el personaje Lancaster Dodd (Philip Seymour Hoffman) y su movimiento, ‘La Causa’, están inspirados en aquella polémica organización y su creador (considerada una banda criminal en Francia, mientras que en USA tiene adeptos como Tom Cruise y John Travolta).

La Causa hace hincapié en la diferencia entre el animal y el humano, en la evolución de este último a partir de domesticar a la bestia, en la inmortalidad del espíritu y, por ende, en la existencia de vidas pasadas a las cuales se puede viajar a través del tiempo mediante métodos hipnóticos que permiten revisar los registros del subconsciente. El gurú, el maestro, es Lancaster Dodd. Pero antes de todo esto, la película nos presenta al animal, a la turbulencia del mar, Freddie Quell (Joaquin Phoenix), un reciente ex marino con evidente desorden psicológico producto del stress de la guerra que, sumado al alcoholismo y cierta perversión sexual, lo dificulta a la hora de reinsertarse socialmente.

"Aberrante: apartado de toda situación normal", así define "el amo" a "la bestia", en la primera conversación entre Seymour Hoffman y Phoenix. 'The Master', lejos de ser una biografía -disfrazada- de Hubbard o la Iglesia de la Cienciología, es un film que se enfoca en esta dupla, tal vez dos caras de una misma moneda (sino prestar atención a la escena donde ambos están en la cárcel, en celdas contiguas). La lógica empática que guía el film se basa en la presentación de Dodd y Quell mediante pares de opuestos: hombre/animal, amo/bestia, maestro/aprendiz, padre/hijo, etc. Aunque la empatía del film está liderada por un Phoenix un tanto desmedido para mi gusto (nominado en los Oscar a Mejor Actor principal por esta performance), Seymour Hoffman siempre se destaca por esa capacidad de parecer compasivo y generar ternura y, de un momento a otro, tremendamente cruel y generar miedo… Seguir leyendo en http://quecinemirar.blogspot.com.ar/2013/02/the-master-2013-usa.html
gonzafer85
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3
21 de febrero de 2013
0 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a perder tiempo tratando de recordar la precuela ‘The Silent Hill’, no hace falta: ‘Silent Hill: Revelation’ es inconsistente e incoherente consigo misma.

En resumen: una chica -Heather/Sharon (Adelaide Clemens)- de 17 años (ni a gancho) sueña que no debe ir a Silent Hill pero, como algún freak de “La Orden” (de no se qué) rapta a su padre (un Sean Bean que apenas si aparece en la película), debe ir a rescatarlo. Emprende camino junto a un chico -Vincent (Kit Harington)- de la misma edad (ni a gancho) quien, en realidad, es miembro de La Orden pero, como se enamora de la chica, le confiesa la verdad y le pide que no vaya. Sharon se enoja con Vincent (como si fuese el amor de toda una vida), él desaparece, ella despierta en Silent Hill. Sharon empieza a pasar de fases cual video juego (Silent Hill es un video juego originalmente) y encuentra al tío de Vincent, Leonard (Malcolm McDowell en una demostración de amor a la actuación: hacer esta porquería después de haberse inmortalizado en obras maestras como ‘La naranja mecánica’ o ‘If…’), de quien consigue la otra mitad que le faltaba de un medallón pedorro. Al tener el medallón completo puede unirse a Alessa, su mitad mala (al pedo, porque no pasa nada después). Al final, Sharon enfrenta a la villana madre de Vincent (Carrie-Anne Moss… si, la de ‘Matrix’), quien se transforma en el freak que apreció al inicio en el sueño de Sharon. De la nada, este freak se pone a pelear con otro freak -el grandote con un biombo en la cabeza que hacía girar la calecita y arrastra una espada- que le corta la cabeza. The End. Ah, al final el padre decide quedarse para buscar a su mujer Rose (Radha Mitchell), que había quedado atrapada en la precuela… o sea, Sharon fue al pedo hasta Silent Hill.

Lo relativamente atractivo que ofrece la película de Michael J. Bassett (‘Solomon Kane’ 2009) es su estética ‘video game gore de última generación’ (a veces con mejores efectos que los que se ven en muchas películas), lo grotesco de sus “freaks” y algo (muy muy poco) de terror asustadizo.
gonzafer85
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