Con el título de la crítica se resume perfectamente la pelícua. Skeet Ulrich -al que muchos conoceremos por ser el malo de Scream- y Cuba Gooding Jr. -que con esta película, más o menos, comenzaría su participación en películas cada cual peor- protagonizan esta cosa que ni es pura acción, ni pura comedia... Lo peor es que tiene momentos entretenidos, gracias a un camión de helados y al paisaje donde ocurre la acción. A parte de eso lo que hay son chistes malísimos, un malo penoso que tiene menos registros que Chuck Norris y un científico que se hace amigo de un camarero (¿¿¿???). La historia en realidad es disparatada, por lo que es deducible que la hicieron "mala" queriendo. Lo mejor es el final cuando los protagonistas reciben como recompensa a sus actos heroicos una soberana mierda que es ni mas ni menos que su patriotismo (algo que le dice un general, teniente o lo que sea).
El mejor trabajo de Hugh Johnson (director) porque es su primera y última película gracias a Satán.

Lo mejor:
- Es divertido ver las escenas de acción elaboradas por especialistas.
- Por el final, cuando un soldado tira una granada y sale volando por su propia estupidez.
- La muerte del malo, divertidísima.

Lo peor:
- Cuba Gooding Jr. haciendo de típico negrata gracioso.

"Grandes interpretaciones" habreis oido por ahí. Exacto. Son grandes interpretaciones, pero el problema es que no teneis ni idea de que demonios están hablando y si lo sabeis, muy poco os importará... Porque sinceramente, ¿a alguien le importa lo que le ocurra a una panda de ricachones que tienen lo que tienen por herencia? Por favor... Encima ponen a Shakespeare de borracho. Era lo que nos quedaba. De todos modos, soy respetuoso con esas teorías que giran en torno a la extraña figura del conocido escritor. El problema radica en la dirección. La dirección es muy buena a la hora de tratar con los actores, al igual que los personajes están perfectamente situados. El problema es que esta película ha sido descuidada en su historia, que se supone que dura unas dos horas, da la impresión de durar 4. Y eso no es bueno. Como miniserie, pues probablemente hubiera funcionado, pero como film... Nunca.
Eso sí, esta película es un gran ejemplo de que un buen presupuesto, acertadas actuaciones y un argumento minimamente interesante no son sinónimos de buenos films... Precisamente por la ausencia de un guión a la altura de los ingredientes mencionados. El guión lo es todo. Por eso películas aparéntemente "aburridas" como La Conversación (Francis Ford Coppola, 1974), son excelentes y películas aparentemente entretenidas como la que nos ocupa acaban siendo un auténtico coñazo.

Película muy necesaria. Necesitaba saber cuál fue el origen del planeta de los simios porque tenía muchas dudas...

Si no teniamos bastante con el título (tanto inglés como español) que destripa toda la película cual "La Semilla del Diablo" de Polanski, también nos inyectan unos trailers con los que sabemos todo lo que va a ocurrir, así que mayor es mi asombro cuando veo las escandalosas cifras de la taquilla (tanto en España como en EE.UU.). Me imagino a la gente en sus casas viendo el anuncio de esta película, en la que salen unos 20 monos digitales (muy bien hechos por cierto, pero que se nota que son digitales vamos) correteando por la ciudad y ¿dominando el mundo? ¿Cómo demonios unos monos pueden destrozar vehículos y helicópteros con tanta facilidad? ¿Qué coño pasa con la policía y las fuerzas armadas que dejan que unos monos se pongan a dar la tabarra por las calles? Los terroristas deben estar frotándose las manos, porque si hasta unos monos pueden sabotear los mismisimos Estados Unidos... ¿Ellos por qué no?


Otra cosa, lo siguiente que voy a escribir no son spoilers, porque sale todo muy bien en los innumerables trailers y avances, los cuales se encargan de destrozar la magia del cine de esta cutrada millonaria. Sé que hay que diferenciar entre la película y los medios con los que ésta se promociona, pero es que esos medios ya dejan claro lo mala que es la película y puede ahorrar a más de uno ir al cine, con lo mala que está la cosa.

Encontramos incoherencias por todas partes a la hora de mostrar el levantamiento de los simios, pero para no ser vapuleada la película nos introduce un mensaje antimaltrato animal para concienciarnos. Supongo que la sorpresa para muchos se encontraba en el simio César, que como es maltratado pues ya merece elogios por todas partes. No sé por qué nadie le pone un 7 a Liberar a Willy 3 .
Así que ya sabeis, ahora además de estar preparados para una posible rebelión de las máquinas debemos tener cuidado con los monos. Que nos pueden tirar barriles...

Lo mejor de la película es ver a los típicos policías con alguna enfermedad mental seria disparando a un autobús vacío como energumenos y después cuando aparecen los simios salen corriendo en vez de dispararles (y si les disparan a los monos no les pasa nada, necesitan un bazocazo mínimo, porque la rebelión lleva consigo la inmunidad).

No me pienso perder la segunda parte: Aún sé lo que Hicisteis en el Origen del Planeta de los Simios.

Esta película está completamente vacía. Consiste en seguir exprimiendo la gallina de los huevos de oro, solo que tiene muchísima más dignidad que el spin-off de Lobezno. La trama es entretenida, pero los personajes tienen un carisma bastante escaso. Solo merece la pena Kevin Bacon y está desaprovechadísimo. El resto es lo de siempre, los personaejes que se van conociendo, cada uno tiene sus problemas y está por ahí Magneto convenciendo a los compis mutantes que deben aceptarse tal y como son. Lo que llevamos viendo en las tres anteriores entregas de x-men, solo que ambientada en la guerra fría.
Al menos es una pelícual que no hace daño, con unos efectos especiales que cumplen y se deja ver.

Es una alegría que James Gray abandere un proyecto porque, aunque necesite tomarse su tiempo, es para trabajar de verdad lo que tiene entre manos. Y eso se nota en casi todas sus películas. Sabe narrar, sabe montar una escena y desde luego, sabe dar que pensar.

Es cierto que Ad Astra ha sufrido las comparaciones con otras películas como Gravity, Apocalypse Now e incluso Horizonte Final. Todas ellas cojonudas, pero que tratan de temas un tanto diferentes a la protagonizada por Brad Pitt. Mientras que en Gravity, que ha resultado ser la más próxima a ésta según no poca gente, se plantea lo grandioso del ser humano, ese afán de superación que tanto nos gusta contemplar y que culmina con una escena final que convierte a su protagonista en La Humana XXL, Ad Astra va por otros derroteros, contemplando precisamente la otra cara, la oscura, la concerniente a todo lo negativo en torno a la soledad, al aislamiento, a la individualidad de las personas y al desentendimiento de los demás. Aparte de que el director del film maneja la cámara de puta madre, sorprendiendo y consiguiendo que no aparte la mirada en ningún segundo, éste nos muestra una odisea en toda regla. De esas que hacia tiempo que echaba en falta.

Desde mi punto de vista, una gran película es aquella que nos habla de los profundos cambios, sensibilidades y batallas internas con la que conviven sus personajes. Simplemente por el hecho de que cuando acabas el visionado, no sólo has llorado, has reído o te ha impresionado por cómo la protagonista acaba con la gran multinacional que tramaba algo, o cualquier otra milonga que funcione como "objetivo" de una película. Lo importante, aparte de lo mencionado anteriormente, es que consiga hacernos pensar o al menos participe emocional de lo que se ha contado. Ahí ha sido de gran ayuda tanto Brad Pitt como Tommy Lee Jones. Ambos excepcionales.

La verdad es que yo no daba un duro por Brad Pitt, un actor que a mi parecer siempre ha sido muy limitado (busca las 7 diferencias de sus llantos en Seven y en El Árbol de la Vida, bueno, no busques, porque no las hay) y cuyo registro consta de dos tipos de personajes, uno que es un chulo y otro muy chulo. Después de ahí se ramifica en chulo fucker, chulo imbécil, chulo sabelotodo, chulo peleón... Un montón de clases de chulo. Pero en Ad Astra lo clava al nivel de que diría que es su mejor interpretación. Construye a un personaje con mayúsculas, que padece una odisea tan grandiosa como el propio viaje de la película. Su propósito de vida basado en aislamiento y su impasibilidad, se ve transformado paulatinamente en todo lo contrario, un ser vulnerable, que sufre y que anhela el fin que realmente nos da sentido, el de vivir en sociedad cooperando y amando. Todo este progreso cuenta con el importante empujón de Tommy Lee Jones, que como casi de costumbre, está soberbio. En pocos minutos crea un personaje que transmite un dolor difícil de describir. Sólo con sus ojos consigue descomponer a cualquiera.

Decir que aparte de contar con escenas memorables, planos cojonudos, una banda sonora que acompaña el conjunto... Nos habla de algo sumamente importante y que le hace rozar su cometido como película de autoayuda, mostrando reiteradamente los efectos negativos de la soledad, de lo atractiva/peligrosa que puede resultar y desembocando en la necesidad de vivir en sociedad, dependiente de una compañía humana o divina incluso (las oraciones de algunos personajes no son casualidad).

Para finalizar, destacar que la película, como debe ser, se marca una meta y la alcanza sin problema alguno, proporcionando una respuesta mucho más sencilla, cercana y necesaria (en mi opinión) que otras reveladoras obras de culto de la Ciencia Ficción, como puede ser 2001: Odisea en el Espacio, película que nos rompió la cabeza en su desenlace, pero que se iba a un plano más filosófico que psicológico. Precisamente este último factor es el que impera en Ad Astra.