Blood: el último vampiro puede analizarse desde diferentes perspectivas, pero en todas ellas se queda corta.

Si la ves como película independiente le falta trama y argumento. La historia parece un capítulo de una serie del que te has perdido los primeros episodios. No hay introducción, la acción comienza sin avisar y te deja con ganas de más, pero a lo largo de los 45 minutos que dura nadie explica muy bien qué está pasando o por qué. Esto hace que gane en sorpresa y misterio, pero a la vez deja al espectador confuso y con una cara de decepción cuando termina de manera demasiado abrupta. El final puede ser autoconclusivo, pero como ya he dicho antes parece un episodio independiente de una serie de la que sabemos muy poco.

Si, por el contrario, la ves para saber si merece la pena ver la serie que imagino que le da continuidad, pues no sé qué decir. La verdad es que a mí no me animó a verla, pero quizá a alguien sí que le llegue a picar la curiosidad por saber más de ese mundo de los cincuenta poblado por vampiros.

Como elemento positivo debo decir que me pareció notable el papel de la doctora, consigue alejarse del típico personaje que se encuentra en el lugar y momento equivocados y, para mi sorpresa, se aprecia en ella una evolución pese a la escasa duración del mediometraje.

En conclusión, experimento que llamará la atención de los amantes de los animes vampíricos. En mi opinión, con una duración mayor, dándole la oportunidad de profundizar más en la historia y los personajes, se habría conseguido un producto más interesante.

Nota final: 5

City of Ember es en realidad una correcta película familiar de aventuras, no creo que haya un solo niño menor de 12 años que no disfrute viéndola, pero a los adultos les parecerá demasiado esquemática en su desarrollo, previsible y fácilmente olvidable.

La historia entrecuza con acierto la vida de los dos protagonistas sin necesidad de caer en el tópico que todos esperamos, pero se queda corta en lo que a argumento se refiere: no hay un solo giro de guión que sorprenda al que haya dejado de ir al colegio.

Las actuaciones son correctas sin esmerarse demasiado (tampoco requerían grandes aptitudes); los actores jóvenes cumplen y no nos da vergüenza ajena ver a Tim Robbins ni a Martin Landau pasárselo bien. En el lado negativo, aunque me cueste admitirlo, he visto a Bill Murray mal, como si quisiera acabar de decir sus frases cuanto antes para volver a su casa. Hasta sus gestos habituales, que por norma me suelen sacar una sonrisa, me parecen aquí vulgares y repetitivos.

Entre sus puntos fuertes hay que destacar su buen hacer en el diseño artístico y en el vestuario. El primero me recordó a "Delicatessen", con esos edificios de cuento y las zonas exteriores llenas de niebla casi palpable, y el segundo a la ropa que vestían los "Borrowers" en la película de Peter Hewitt.

Ya resumiendo, City of Ember es una película familiar de aventuras que cumple holgadamente el objetivo de entretener y posee las suficientes virtudes como para que a los más mayores no se les haga pesada.

Nota final: 5.5

Pues sí, Número 9 posee un diseño artístico muy logrado, una creación de escenarios maravillosa en tonos oscuros y una atmósfera de fantasía negra que apabulla en ocasiones y consigue que te quedes hasta el final de la película.

Porque sí, está claro que es muy bonito ver la estética de Número 9, contemplar esos fondos repletos de matices, esos muñecos de trapos que transmiten más vida que algunos actores de carne y hueso o esos monstruos de metal de exquisita factura; pero, a parte de eso a una película se le pide que tenga entrañas, que detrás de lo estético no haya un vacío que no le importe a nadie, sino un argumento, una historia que te interese y haga amena la película. Lamentablemente, Número 9 no tiene nada de eso. La historia está hueca, los simpáticos protagonistas deambulan por la pantalla sin que a nadie le importe a dónde van ni qué les pasará.

Se trata, por tanto, de una película incompleta. Quizá el problema está en intentar alargar un corto (que no he visto) hacia no se sabe muy bien qué, pero el hecho es que el largometraje de Shane Acker se hace pesado y cansino en sus escasos 80 minutos, y eso es un problema muy grave. Por otra parte, creo que un toque de humor no le habría venido nada mal, bajando un poco ese aire algo grandilocuente que la afecta durante prácticamente todo el metraje.

En definitiva, película de animación fallida; quizá con el corto habría sido suficiente.

Nota final: 5

(7.5 por el diseño artístico y 2.5 por la historia)

A día de hoy, 12 de octubre de 2015, poco menos de 1800 personas han puntuado esta película en Filmaffinity, y aproximadamente la mitad de ellas han decidido suspenderla...

¿Por qué? Pues no lo sé la verdad. Le he estado dando vueltas y vueltas a la cabeza y lo único que se me ocurre es que no han entendido que era una parodia. Porque sino no me lo explico.

Castigo Sangriento, o Detention (que suena menos a telefilm casposo), es una parodia de las películas de institutos americanos; se ríe de sus clichés, sus estereotipos y sus tópicos de una forma ácida, punzante y muy, muy, pero que muy divertida. No se basa en chistes escatológicos ni en humor de caídas y tampoco da vergüenza ajena ni uno solo de sus gag (como ocurre con Scary Movie, por ejemplo). Al contrario, usa un humor inteligente basado en referencias al cine, a la literatura, a la música, a la política, a la manera de vestir, a la forma de hablar... vamos, a todo lo que se os pueda ocurrir.

Si existen películas que hay que ver dos veces para entenderlas del todo debido a su complicado guión, Detention hay que verla una segunda vez para poder apreciar todos sus chistes. Va en serio, no es broma: cada frase que pronuncia cada uno de los personaje es graciosa sin llegar a ser en ningún momento cargante. Nadie sobra y no echas a nadie en falta.

Por otra parte hay que destacar también su apartado técnico (sí, esto tampoco es broma). El uso de la cámara, la realización y el montaje sorprenden en una película que en sí no es más que una simple parodia. Digna de mención una larga escena en medio de la película que no pasará desapercibida.

La banda sonora es otra de sus grandes bazas. Acompaña cada escena sin apropiarse de la película y complementa una historia rápida, absurda y surrealista que no da descanso al espectador.

Recomendable por todo ello a cualquiera, pero que se abstengan los que sufran cuando parodian grandes películas (no se cortan ni con Saw, ni con Donnie Darko, ni con Juno, ni con...) o los que carezcan de sentido del humor.

Nota final: 7.4

(En spoiler iba a comentar los mejores momentos, pero tendría que contar casi toda la película entera y me da pereza)

Siempre me alegro de que haya gente que no tenga miedo a intentar cosas complicadas. Cosas que sabes de antemano que no van a gustar a la mayoría y que será difícil que alguien te vuelva a dar otra oportunidad si fracasas, lo que de primeras parece que es lo más probable que ocurra.

Primero el mangaka, George Akiyama, un hombre bastante peculiar y controvertido por lo que he leído por internet, se tuvo que atrever a publicar en los años 70 una historia sobre un niño caníbal ambientada durante una época de terribles hambrunas que azotaron a Japón durante la Era Muromachi, aproximadamente en el siglo XV. Además en la Shonen Magazine, una revista semanal dirigida principalmente a niños. Me gustaría ver la cara del director cuando leyó (y vio) la propuesta de Akiyama. Y la cara de éste cuando le dijo que sí. Cosas que tan solo pasan en Japón.

Y segundo, por supuesto, el director, Keiichi Sato, un hombre al que se le ocurrió adaptar el manga a la gran pantalla y logró que la productora de animación Toei Animation (que se encarga de Dragon Ball y One Piece) le diera luz verde al proyecto. Y lo que es más, pasando de la animación artesanal tradicional (que se utilizó sólo para los fondos) y arriesgándose un poco más animando a los personajes en CGI, técnica que directamente rechaza un gran sector de los seguidores del anime, lo que no hacía más que añadir todavía más dificultades al éxito de la película.

Por todo ello, Asura tenía ya el aprobado por mi parte antes de haberla visto. Sin embargo, y pese a toda la valentía demostrada y el riesgo asumido, la película no es más que un intento por hacer algo diferente que no me ha gustado prácticamente nada.

La animación, que es de los que más se queja la gente, es bastante mejorable e irregular a lo largo del metraje. Había momentos en que me acostumbraba a ella y dejaba de prestarle atención, centrándome más en la historia, pero a veces resultaba tan mala que me sacaba de la película. Quizá la culpa la tenga un presupuesto bastante ajustado, no lo sé, pero he visto otras muchas series y películas animadas por completo en CGI que me han parecido espectaculares, como Ajin o las nuevas películas de Godzilla (esto es por supuesto una opinión totalmente subjetiva, sé que hay personas a las que les sigue pareciendo horrible, pero no se puede negar la diferencia de nivel entre ellas y Asura).

Por otro lado, la historia deja también mucho que desear. Me gusta que sea cruda, que no escatime en sangre, mordiscos a la yugular y amputaciones varias, pero no a costa de un guion muy poco trabajado que carece totalmente de ritmo y que está poblado por una serie de personajes mal definidos que actúan de manera extraña y poco lógica. Da la sensación de que se ha intentado condensar la historia del manga en menos de una hora y media, lo que ha resentido, imagino, la evolución coherente de los personajes. Sobre todo el monje y la chica, cuya relación con el niño protagonista son confusas y parecen dar bandazos sin demasiado sentido, como si hubiera elipsis por el medio que como espectadores no acabamos de comprender.

En conclusión, película rara como pocas que nadie debería dejar de ver porque su animación sea bastante regulera o porque la historia sea demasiado confusa e incluso en algunos tramos incoherente, pero que no creo que vaya a gustar a demasiada gente. Aunque creo que es mejor arriesgarse, como sus creadores, quizá a ti te parezca de sobresaliente, ¿quién sabe?

Nota final: 5.5