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España España · Gijón
Críticas de Loberto
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Críticas 49
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
4
24 de octubre de 2006
8 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Wayne Kramer no ha tenido mucha suerte con las películas que ha dirigido, que además son todas escritas por él, así que, supongo que previendo lo peor, se ha liado la manta a la cabeza y ha procurado meter todo lo que se le ocurría en algo más de dos horas.

Y no son pocas cosas, la verdad. Por "La prueba del crimen" (otra traducción que clama al cielo) desfila lo mejor y más variado del lado sórdido de los USA, a saber: prostitutas, proxenetas, pedófilos, maltratadores, asesinos, polis corruptos, strippers, drogadictos, camellos... Todo ello narrado con profusión de exabruptos (que cuando se usan en todas y cada una de las frases pierden su gracia), y de la manera más cruenta y sanguinaria posible.

En resumen, se cuenta cómo un gángster de poca monta, Joey Gazelle (Paul Walker) tiene que encontrar a un niño ruso llamado Oleg (Cameron Bright, el de "Reencarnación") que ha disparado a su padre usando un revólver que Gazelle tenía en casa. Como con ese revólver los compinches de Gazelle habían matado a unos policías corruptos, pues ya está armada.

Con esta premisa, Gazelle va siguiendo la pista del revólver, encontrándose lo más selecto de la sociedad. Por supuesto, no falta casi nadie: hay rusos, hay negros y hay sudamericanos. Todos detestables, claro. También hay mucho tiroteo, mucha sangre y violencia, y alguna tía en pelotas, que es pecado no meter alguna en esta clase de pelis. Hay hasta un chiste a costa de Mastercard.

Los personajes entran y salen de la trama por arte de birlibirloque, e incluso Kramer se da el lujo de incorporar subtramas al asunto, que algo de hueco quedaba. La mejor, sin duda, la de la mujer de Gazelle, Teresa (Vera Farmiga).

A pesar de esa profusión inabarcable de sucesos, personajes e historias, parece que el guión se redime al final, pero es sólo una falsa alarma. El amigo Kramer mete un par de giros finales a la cosa, que uno se pregunta si no estarán las cámaras de "Inocente, inocente" filmando las reacciones del público.

El estilo visual recuerda a Tony Scott cargado de sustancias estupefacientes, para que se hagan una idea, pero hay alguna escena que hasta está bien rodada, para que haya de todo en la cinta. Las actuaciones son lo que uno espera: fruncir el ceño cuando toca, y torcer el gesto cuando uno recibe un golpe.

Y me permito cerrar con el niño Cameron Bright, que sospecho que tenga un 666 bajo el cuero cabelludo, porque tiene una cara que le provocaría pesadillas a Damien. Pronto las madres lo usarán para amenazar a sus hijos.
Loberto
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4
22 de octubre de 2006
56 de 65 usuarios han encontrado esta crítica útil
Se acaba la proyección y aún sigo buscando el famoso plano-secuencia clásico de De Palma. Me imagino que, de existir, estará entre la cantidad de metraje desechado a la hora de realizar el montaje definitivo. Este puede ser el motivo de la extraña confusión que parece reinar en la cinta del veterano director. Cómo será la cosa, que el propio James Ellroy ha reconocido que encuentra la versión cinematográfica de su novela casi incomprensible.

La película trata de la investigación que llevan a cabo dos agentes de policía, Lee Blanchard (Aaron Eckhart) y Bucky Bleichert (Josh Hartnett), sobre el horrible descuartizamiento de una joven aspirante a actriz, Elizabet Short (Mia Kirshner), conocida como la Dalia Negra.

Sin embargo, a pesar de llamarse "La Dalia negra", da la impresión de que la investigación del sádico asesinato es lo menos importante del film, ya que la cantidad de personajes, nombres, giros, tramas y subtramas (muchas de las cuales desaparecen y aparecen por arte de magia) parece metida a propósito para despistar al espectador. Eso sí, al final, al más puro estilo de las películas de Hercule Poirot, se da una explicación rápida de todo lo que pasa, con el consabido truco de haber ocultado información esencial hasta ese momento.

Así, las escenas van concatenándose sin que una parezca llevar a otra, sino como episodios esporádicos en los que la acción no avanza, hasta llegar a un final excesivamente apresurado hecho para atar todos los cabos sueltos. A pesar de no haber leído la novela de Ellroy, dudo que el autor de obras como "L.A. Confidential" fuera tan chapucero a la hora de presentar sus conclusiones.

En cuanto a las interpretaciones, quizá la más destacable sea la de la propia Mia Kirshner, cuyo personaje está mejor perfilado en unas pocas breves intervenciones que el resto de personal que desfila por la pantalla, a pesar de contar con bastante más metraje. La peor parada de todas es Scarlett Johansson, que no consigue dar con el tono de su personaje en ningún momento, aunque tampoco es que brillen demasiado Harnett o Eckhart.

En fin, que toda la película da la impresión de no saber muy bien hacia dónde va, o qué es lo que quiere narrar, quizás por lo confuso del guión de Josh Friedman, o bien por los tijeretazos que ha recibido el metraje. Con todo, lo peor es la sensación de sopor y de anti-climax continuo que transpira la cinta, y al final, ese es el peor de los crímenes cinematográficos: aburrir al espectador.
Loberto
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4
18 de octubre de 2006
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fin de la civilización debe estar próximo. Si no es así, ¿por qué ese empeño hollywoodiense en fusilar pelis ya hechas? Viendo que se hacen remakes de casi todo (incluso lo han hecho de pelis españolas, que ya es decir) "La profecía" tenía que acabar cayendo, y aquí está.

A la hora de enfrentarnos a estas revisiones, actualizaciones, o meras copias, siempre surgen las mismas preguntas: ¿ofrece esta versión algo nuevo respecto a la anterior?, ¿era realmente necesario hacerla?, ¿estaré perdiendo horas valiosas viendo esto? Y es que muchas veces cuesta entender ese empeño por clonar películas que ya están hechas, sin aportar nada nuevo.

Y que conste que la peli no está mal, pero es tan calcada al original en casi todo que aún se la ve con menos gracia. La versión de Tim Burton de "El Planeta de los Simios" era execrable, pero al menos intentaba aportar otra visión que fuera más allá del típico corta y pega. Ésta, ni eso. Está rodada con eficacia y la historia sigue siendo igual de buena, pero es evidente que ha perdido su impacto original.

Así pues, se deja ver, pero con el regusto amargo que dejan las fotocopias: lashay realmente buenas, pero siempre quedan peor que el original.
Loberto
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6
18 de octubre de 2006
9 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Existió vida antes de James Bond para este mocetón rubio llamado Daniel Craig. Después de haberle visto en otras cintas como "Layer Cake" o "Munich", esta película del director de "Notting Hill", Roger Michell, que nos ha llegado con un retraso importante, nos ofrece la oportunidad de seguir haciéndonos con su rostro, bastante alejado de los típicos que han encarnado al agente secreto, por cierto.

En esta ocasión, Craig encarna a Joe, un profesor que se encuentra de picnic con su novia Claire (Samantha Morton) cuando un globo aerostático con un niño atrapado en la cesta hace su aparición. Entre Joe, y otros tres hombres, entre los que se encuentra Jed (Rhys Ifans), intentan salvarle, pero uno de los hombres muere accidentalmente.

Tras este intenso arranque, la peli transcurre entre la obsesión de Joe por el accidente, y la obsesión de Jed con Joe. Aunque el principio el motivo de la obsesión de Jed es el punto de interés de la cinta, los constantes encuentros entre ambos sin que se ofrezca información relevante acaban por hacer un poco lento el desarrollo, si bien es verdad que al final vuelve a recobrar algo de interés, aunque sea a base de un giro algo previsible. Para paliar esto, Roger Michell nos ofrece un interesantísimo plano de la oreja de Craig. Así como suena.

Las interpretaciones están a buen nivel. Craig sale prácticamente en cada plano, y lo cierto es que resulta convincente. Los demás actores también cumplen con nota, pero sus personajes resultan demasiado poco interesantes: Jed sólo tiene su obsesión, Claire es prácticamente autista (es difícil que alguien pueda empatizar con ella, a pesar de Morton), y los demás personajes están ahí para que Craig tenga a alguien a quien decirle cosas.

Aún así, no cabe duda de que es un esfuerzo interesante, y que incluso puede dar que hablar después de la proyección, ya que toca temas como el destino, el amor, la obsesión o la comunicación, si bien es cierto que el envoltorio de thriller hace que todo eso parezca quedar relegado a un segundo plano. Así pues, mientras esperamos al hombre de smoking impecable y la licencia para matar, podemos entretenernos viendo "El intruso".
Loberto
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3
17 de octubre de 2006
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
"Tú, yo y ahora... Dupree" es la nueva peli de Owen Wilson, que nos suena por ser "el amigo rubio de Ben Stiller" en varios filmes. En esta ocasión, como éste no aparece, el humor viene a ser más "light", y menos ofensivo en general.

También es menos gracioso que de costumbre. En realidad, casi todo carece de gracia, excepto algún gag determinado, culpa principalmente de un guión no demasiado brillante, obra de un tal Mike LeSieur, que incluso se permite decir en boca de uno de sus personajes que "en Argentina la gente parecía no hacer nada". Toma ya.

La historia se resume en ver las desventuras que les suceden a una feliz pareja de recién casados (Kate Hudson y Matt Dillon) por acoger en su casa al mejor amigo y padrino de la boda de Dillon, Dupree (Owen Wilson), un "encantador fracasado" (también esto está tomado de la peli) que siempre se las arregla para torcer las cosas. Esto ocurre en los primeros cuarenta y cinco minutos, porque luego, sin saber muy bien cómo, es Kate Hudson la que se encariña con Dupree, y Dillon el que ve en él una amenaza para su propio matrimonio.

Así, la cosa pasa de una floja comedia a un extraño drama que se hace bastante pesado. De todas formas, no desesperen, que esto es Hollywood, y si hay que forzar el "happy ending", se fuerza, y listo.

Owen Wilson es el que lleva el peso de la película, y lo hace con soltura, si bien el personaje está construido para su exclusivo lucimiento. Kate Hudson sale muy guapa, y no lo hace mal, aunque su interpretación mejoraría si de vez en cuando abriese un poco más los ojos, que parece que tiene el sol de cara todo el rato. Matt Dillon es el peor con diferencia de los tres, y lo poco que podría salvarse de su falta absoluta de vis cómica, lo acaba de rematar el doblaje. Michael Douglas también aparece por ahí, haciendo de padre de Kate Hudson, y eso que fácilmente podría ser su abuelo.

En definitiva, una comedia del montón, sin el suficiente "punch" para convertirse en algo que podía haber sido bastante más divertido de contar con un mejor guión. Debe ser que Mike LeSieur aún no ha encontrado su "-osidad".
Loberto
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