Siempre que nos disponemos a ver una película, de supuesta grabación casera, o, como quiera que se llame, sabemos de antemano lo que nos espera, creo que ya nadie se traga el cuento de que es una filmación real, por lo tanto vamos preparados para que sólo hasta el final de la misma, sepamos si el engaño funcionó o no, sabemos que el miedo solo será sugerente, y que somos nosotros mismos los que lo creamos de acuerdo a nuestra experiencia, y creo que esta película, finalmente consigue crear cierta incomodidad en nuestra mente, cierta angustia y malestar por lo que sucede en la pantalla, o, quién no ha sentido estando solo en su casa, que hay algo que nos llena de miedo, sin saber explicar bien lo qué es, pues está película nos transmite esa sensación. En cuanto a la historia, muy sencilla por cierto, de un fantasma o espíritu, que persigue a una joven y que junto con su novio graban los hechos que se van suscitando, hay momentos que de verdad provocan miedo, aunque solo sean truquitos simples, que a simple vista pueden resultar ineficaces; en cambio hay otros momentos, que son simplemente absurdos, como que la novia se levante a mitad de la madrugada y permanezca de pie observando a su novio por espacio de tres horas sin que este lo advierta, eso yo no me lo creo, yo al menos me hubiera dado cuenta. Así, llega el final, muy previsible, sucediendo lo que esperábamos desde su comienzo, aun así es un final tremendo y horroroso, que nos hará poner la piel de gallina.

Si en más de 30 años todavía no la haz visto hay una razón superpoderosa: es un severo tostón de película; en mayúsculas, con subrayado y en negrita. Un tipo que enloquece después de ver unas lucecitas de colores en el cielo, todo empieza a temblar sin saber la razón, aparecen los marcianos, FIN. Si le he puesto dos como calificación es porque peor es nada, pero creo que hasta el uno era demasiado para esta mierda.

Es una comedia romántica en su tono general, sólo, que por un lado no me ha hecho reír, y por el otro, no me ha conmovido; esto debido a que el gran peso de sus bromas, recae en la exageración de ademanes y gestos de sus protagonistas, y por otra parte, la historia de amor es muy fingida, no se percibe la química entre la pareja involucrada, y por más, que se empeñen en mantener la expectativa, sobre cómo se desarrollará la historia, con un insolente protagonista que pone a dudar a su cortejo, el final es más que evidente, dejando la sensación que ella se va con él por pura lástima. El argumento de la película no está tan mal, pero la forma de llevarlo a cabo, sí. Cabe reprochar, el papel del protagonista masculino, cuyo comportamiento parece más bien el de un animal, que la de un campesino que nunca ha conocido la ciudad. La película es pasable pero con salivita.

Una historia muy larga para nada, para dar a conocer que una científica tuvo contactos con inteligencias extraterrestres, pero que nadie cree, ni siquiera ella misma, porque lo mismo pudo haber hecho fumándose un porro, que inventándose toda esa patraña de los agujeros de gusano. Es cierto que la película te mantiene expectante de principio a fin, pero que se pierde en contar cosas superfluas de la vida de la científica que no le aportan nada, como que tiene sexo con un cura. Bonita por momentos, pero su fondo científico, que yo esperaba le aportara algo a mi educación quedó en una intrascendente película de ficción. Lo mejor, el contacto con los pasabocas que me comí mientras la veía.

No es, ni mucho menos, una disney pictures; tiene su gracia que te arrancan una que otra risa. La historia es de unos maleantes muy bobos, que son engañados fácilmente por el fresco de Lucky Luke; la animación, pese a tener en cuenta que es un poco antigua, no me ha gustado mucho, creo que en ese tiempo ya las hacían mejores.

Tiene tópicos y clichés de las películas del western clásicas, pero si esto, es un homenaje al western; personajes como John Wayne o Lee Van Cleef, deben estar retorciéndose en sus tumbas, porque se queda corta.

Verla sólo como una curiosidad cinematográfica.