Efectivamente. A Disney se le va la perola con los presupuestos en animación. Esta cinta en concreto ha costado la friolera cifra de 180 millones de dólares sin contar marketing, aunque como ha sido casi nulo tampoco habría que añadir mucho más.

Las preguntas son: ¿Es mala película? No, no lo es. ¿Es una película memorable? No, no lo es. ¿Vale la pena ir al cine a verla? No, no vale la pena gastarte 20 euros de media en ver esta película. ¿Vale la pena esperar a Disney plus? Totalmente, es una película exclusiva para contenido de Disney Plus.

Tranquilos, la "inclusión forzada" (algo que no existe ni nunca existirá) no debería ser problema más allá de la gente homófoba. A los niños les da igual que el protagonista sea gay, robot o un perro parlanchín. Solamente quieren divertirse y entretenerse con una película y ya está. Estad tranquilos padres homófobos, vuestros hijos no serán homosexuales por ver una película, lo mismo que no van a ser delincuentes por jugar al GTA. (Aunque ser homosexual no es ningún delito ni ninguna vergüenza.)

Y tras este mensaje educativo para los padres, pasamos a la película. Historia simple, pero funcional, con un toque de previsibilidad típico. No es una gran historia, nadie va a recordar esta película por nada en específico. Lo mismo que no van a recordar Red, Soul o Ownard (creo que se llamaba así). Los personajes son variados, teniendo un par cómicos y otros intentando ser épicos, pero que a la larga no difieren del 80% de los personajes Disney ya vistos.

Disney debe retomar el rumbo en animación, no están acertando con la fórmula desde Del Revés (Inside Out, aunque a mi me parezca un truño) o Lightyear que me parece de lo mejor que ha hecho Disney en años. Y desde luego deben bajar el presupuesto para estas películas y replantearse que modelo quieren seguir. Los Minions, con 100 millones menos de presupuesto, lo petó en taquilla y son muñequitos simples que no saben ni hablar bien.

Tengo que empezar la crítica diciendo que solamente he visto cuatro capítulos de la serie, pero con eso me basta para saber que no es para mi. Mucha gente dirá que no es válido hacer una crítica de una serie de 89 episodios con tan solo cuatro capítulos vistos, pero para lo que voy a contar me sirve.

Lo primero de todo es que la serie quiere que empatices con los vikingos, algo complicado puesto que sabemos que eran saqueadores, violadores y violentos por puro salvajismo. No tenemos que tragarnos este endulzor que les han colocado para que pienses que lo que hacen está bien, porque evidentemente no lo está. Las escenas de sexo son gratuitas y llegan a incomodar, que está claro que no hay que comparar, pero es que hay otras producciones con el mismo contenido que si tienen un sentido, en esta simplemente no lo tiene. El argumento de los cuatro primeros episodios es lento y previsible, sabes que lo que van a hacer lo van a conseguir, aunque el enemigo tenga muchos más efectivos, porque claro, aquí los vikingos son buenos, casi dioses intocables y los únicos que les pueden hacer algo son ellos mismos a sí mismos.

En definitiva, una serie de violentos violadores saqueadores que pretende que pienses que oye, no eran tan malos porque Thor les decía que adelante con eso. Ritmo lento, batallas poco trabajadas y una pérdida total de tiempo en esta época que salimos a doscientas series por semana.