"Maravillas" se realizó en una época en la que el cine sobre delincuencia juvenil, el cine quinqui, estaba en un momento álgido. La saga de "Perros Callejeros", "Colegas", "El Pico"... eran películas que intentaban plasmar parte de lo que ocurría en la sociedad de entonces. En este caso el resultado es desigual. Así, la primera parte, en la que se nos va presentado a los personajes, es floja, lenta en el sentido estricto de la palabra. Todo cambia a raiz del robo de unas joyas y las implicaciones que ello conlleva a los protagonistas. En el terreno artístico se ha de destacar (una vez más) al gran Fernando Fernán Gómez que lo borda. Completa el reparto una adolescente Cristina Marcos y varios personajes, tanto maduros como noveles, de buen nivel: Quique San Francisco, "El Pirri", Manuel Molina, Leon Klimovsky... En definitiva una película que gana con los minutos, realizada por profesionales de nivel.

Con "Braindead" Peter Jackson nos aproxima a su particular mundo cinematográfico. Es cierto que ha pasado como la película más grande del género gore, pero también introduce cantidad de referencias a su posible bagaje como espectador. Así como Tarantino en sus "Kill Bill" hacía constantes referencias a todo lo que había mamado en las salas de cine o el salón de su casa, Jackson consigue algo similar. Podriamos considerar esta película como una historia fantástica de comprensión sencilla, con el gore como principal aliado y con escenas puntuales, que si bien no aportan gran cosa al desarrollo del guión, sí que suman para el puro entretenimiento. Me refiero al cine de artes marciales (el cura karateka), el de pandilleros (escena del cementerio) u otras secuencias que apuntan directamente al cine cómico, el melodrama y otros géneros que aparecen implícitamente en el resultado final. Recomiendo verla más de una vez, pues es ahí donde estriba su grandeza: descubrir ciertos momentos que hacen avanzar la historia; con verla una sola vez hay bastantes probabilidades de quedarnos sólo con lo evidente, la sangre.

JL. DANA Q

Las películas que retratan la América profunda siempre me han interesado. "Winter´s Bone" no es un prodigio de técnica y sabiduría, pero el ambiente y la historia que se narra es lo suficientemente interesante para engancharte a tu butaca. Reproches, desamor, violencia, soledad... Es probable que no pase a la posteridad pero está hecha con honestidad.

Las películas de esta saga son malas de narices. Por delante de una buena historia de acción, de coches, anteponen el sexo chabacano, el machismo cenutrial y la competitividad desmadrada. Eso si, Tokyo está más o menos bien fotografiada, al menos lo que enseñan. Qué lástima

Sería una lástima acabar con la humanidad de una manera tan deplorable. Sé que el planeta no va muy bien, pero llegar al extremo en el que el fascismo puro reine... me aterra. Imaginad un lugar donde todo está bajo el control de unos cuantos y que además no tengas ninguna posibilidad de escapar de ello. Cuarón ha querido ir más allá de la simple especulación con "Hijos de los Hombres". Lo que nos propone es una visión quizá lejana, sin miras a que ocurra exactamente así, aunque probable. También podemos pensar que todavía puede ser peor. Lejos de ser una película perfecta, nos alerta sin embargo del camino emprendido y el riesgo que conlleva seguir andando por él; no deberíemos complicarnos tanto la vida y respetar algo más a los demás. De esa manera "Hijos de los Hombres" pasaría a la historia como una cinta más de sociedades apocalípticas como "Mad Max" o "Cuando el Destino nos Alcance", ambas retratos hoy en día alejados, de momento, de la realidad. Nadie está obligado a verla, evidentemente, pero creo que sacándole sólo un poquito de jugo e intentando desde cada uno de nosotros que algo así (o similar, ya sea mejor o peor) no tenga la más mínima opción de existir, su objetivo se cumpliría

JL. DANA Q