Esta no es una película que vaya a sentar cátedra en el cine de Terror, ni en el de Suspense, ni en el de zombies, ni en el de Drama. En mi opinión, es una cinta inclasificable y este adjetivo que casi siempre es bueno, en este caso deja mucho que desear. Como única protagonista a la madre, destrozada por la muerte y la soledad, con un bebé muerto en su interior que vuelve a la vida, sabe Dios por qué (y el director no ve la necesidad en ningún momento de explicarlo). Personajes de relleno, relación estereotipada con su suegra, poca sangre y muchas ganas de ''por dios que pase algo''.

Lo único salvable quizás, la ambigua relación entre la partera y la madre, antiguas amigas íntimas; y la perdurabilidad de esa amistad, a lo largo de la película.

Esta película podría considerarse una secuela (mala) de Zombie Honeymoon, gran cinta del género zombie sobre el amor y las ''complicaciones zombies'' en las relaciones.

Advierto, esta crítica parte de la base de que no he visto nada de Rob Zombie (quizás su ''visión'' del Halloween de John Carpenter, pero si no lo recuerdo no es buena señal...).

Me decanté por este film una aburrida tarde de sábado, ya que la sinopsis me resultó atractiva. Amo toda expresión de sangre, sexo y humor negro, y más si viene envuelta en forma de dibujos animados. La película promete y en ocasiones es sublime: los zombies nazis, el bar de streptease... Pero cuando me da el sueño durante una película de este tipo, no es bueno. Amena y entretenida, pero quizás sin mucha trama que desarrollar, con unos personajes casi sin interconexión entre ellos. Eso sí, hilarantes números musicales y un final aceptable para una película de este tipo.

Lo único que he sacado en claro es que añado a mi lista de ''PENDIENTES POR VER'' La casa de los 1000 cadáveres, a ver si en imagen real este hombre es tan bestia como en el apasionante mundo de los dibujitos.

Sí, la película es sangrienta, impactante e incluso hiriente para personas no acostumbradas al cine Gore. Muy próxima (en superficie) a una snuff movie, Grotesque muestra una historia que con poco (tres actores, escasos diálogos y aún menos decorados). Personajes intensos que dicen más por lo que callan y que se comunican a través de sus sentimientos: miedo, inseguridad, esperanza, dolor, frustración... ¿Cuáles son las motivaciones? ¿por qué todo eso ocurre? queda bien resuelto y creo que no deja a nadie indiferente.

De cualquier manera, no es una película para estómagos ligeros ni ''mentes reticentes''. Pero sí para amantes del cine asiático, siempre sorprendente.

Ni sustos, ni historia, ni intranquilidad ni nada. Jóvenes mutados matando a americanos patéticos en un pueblo de pirados. Yo también lo haría, creedme. Los personajes aparecen de la nada, no se explica ni su historia ni la del pueblo, faltan por qué.

Resumen de la película: sueltas a cinco personas en medio de la campiña inglesa, con un pueblo de pirados y deformes que o matan o intentan buscar la semilla pura. Mala iluminación, alguna secuencia al estilo ''Witch Proyect'' pero todavía peor y mucho aburrimiento en un film insulso y sin gracia.

¿Con tres o cuatro secuencias sangrientas creen que ya se satisface a los espectadores? Pues no.

No la recomiendo ni para evitar que una mesa cojee.

Fue una de las primeras pelis de la factoria troma que vi. Es bastante light en cuanto a sangre y tiene canciones muy divertidas. Cuando te paras a pensar que está basada en un caso real, te das cuenta de lo bizarro de la película. La recomiendo para aquellos que tengan curiosidad por las pelis troma, antes que algunos de sus clásicos como ''Terror firmer'' o ''The toxic avenger'', quizás demasiado ''troma'' para empezar. Si ya eres un troma-adicto, ''Canibal: the musical'' es la excepcion que confirma la regla: ''Si hay muuuuucha sangre, hay peli troma''. En este film, con la cantidad justa de casquería se obtiene una peli rara, genial para una tarde de domingo.

Un aliciente: el director y dos de los actores principales son los pilares de South park, serie irreverente y azote de la sociedad americana desde hace años. Trey Parker y Matt Stone tanto valen para un roto como para un descosido.

Eso sí, siempre en VOS para captar la grandeza de las letras.