Lo primero: ¿por qué la banda sonora tiene ese parecido tan de plagio con la música de Psicosis, versión Bernard Hermann? Salvo por algún acorde frenético al final, son idénticas.
Por lo demás, Re-animator tiene sentido del humor negro; buenas escenas (la del gato, por ejemplo) y un guión que ahora mismo no se verá ni aún reanimando ese cadáver terminal que es el cine de terror contemporáneo.
Buenas ideas plasmadas en pantalla para un filme que obtuvo una justa recompensa en Sitges y que será recordado, aparte de por sus buenos efectos especiales, por ser una muy libre e imaginativa adaptación del cuento de Lovecraft.
Interesantísimo splatter.

Cross-over no exento de morbo para los amantes del murciélago más famoso del cómic. Batman se enfrenta a Drácula en una coproducción estadounidense-coreana que, al igual que La máscara del fantasma, hunde sus raíces en una serie propia, la éensima de cruzado enmascarado: The Batman.
Un guión más decente de lo que se presupone, que explota correctamente los clichés que lo sustentan, y un buen ritmo en la narración, son las mayores ventajas de esta cinta recomendada a incondicionales de Batman. O de Drácula.

La picaresca llevada al extremo en unas condiciones adversas.
Así podríamos resumir, en una sola frase, esta película que es obra maestra de su autor, uno de los genios de la comedia, tristemente fallecido recientemente en Roma.
Monicelli nos propone una radiografía del espíritu nacional italiano a través de una sucesión de estampas bélicas en la Primera Guerra Mundial. Una película imprescindible que podría formar parte de un tríptico sobre el conflicto, junto con Senderos de gloria y La gran ilusión. Una película sobre la caballerosidad, el honor y la ternura, protagonizada, admirablemente, por dos actores descomunales, Vittorio Gasmann y Alberto Sordi.
Una lección absoluta de buen cine construida sobre un guión perfecto, en el que todas las situaciones contadas son, no sólo posibles, sino coherentes.
Si alguien duda de la influencia del film en la historia del séptimo arte, que compruebe el desembarco de Salvar al soldado Ryan con alguna escena puntual de la película y luego juzgue...

La primera temporada de esta magnífica serie creada por Neil Cross (publicado en España por Valdemar) está muy alejada del concepto de lo políticamente correcto: durante seis episodios bien construidos, el policía John Luther mantendrá una relación de lo más ambigua, aunque francamente honesta, con la psicótica Alice Morgan. Buenas, en algunos casos magníficas, interpretaciones, guiones muy ágiles y diálogos tan acerados como una navaja, son algunos de los puntos fuertes de una serie que The Wire, Lost o demás NBCeadas ha eclipsado. Injustamente.
La segunda temporada, de 4 episodios, es convencionalmente divertida. Pero queda muy lejos del arriesgado planteamiento de la primera. Y lo que es peor, se nota que es una verdadera imposición debida a los seguros buenos resultados de audiencia, pues no sólo se crea una unidad de asesinos en serie, que eso siempre vende más y mejor (y que suele ser sinónimo a estas alturas de falta de imaginación o de imaginación desaforada, entendida como defecto, y no como virtud), sino que se mantienen a los personajes más carismáticos (Martin Schenk) de la primera temporada y se incluyen otros, seguramente por "cupos" (la insoportable detective Gray).
En todo caso, muy notable.

Obra maestra incontestable del género de gnomos. Te encantará si te gustan las pupus, buscas el lumen y quieres algo calentito con una puka. Espléndido guión gnomil; los actores lo dan todo (ojo al desnudo integral del divertido protagonista); las escenas de lucha con la marioneta son envidiables (chúpate esa, Jim Henson), aunque poco claras: salvo por el rostro amable de Robert D'Zar, a veces resulta confuso distinguir a los intérpretes de la marioneta. El protagonista, cuya voz en castellano pone Abe Simpson, está secundado por un poli canalla que cuenta los mejores chistes sobre gnomos y una simpática chica que debería de haber acabado su carrera aquí mismo.
Los audaces giros arguementales, y los ingeniosos diálogos, no consiguen ocultar la calidad subterránea de este filme cuyo libreto parece cosa de gnomos.
Los gnomos de la casa se lo pasarán pupu.
SPOILER: Demasiado larga al cuarto de hora...