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Críticas de labutaquitayelmar
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Críticas 33
Críticas ordenadas por utilidad
8
28 de noviembre de 2014
2 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
“En el pasado mirábamos a las estrellas para conquistarlas mientras que ahora miramos al suelo para ver en qué polvoriento sitio vamos a acabar”.

Más o menos uno de los protagonistas le comenta a su suegro esta idea, mientras toman cerveza en el porche de una antigua casa de campo americana, viendo como cae el sol en el horizonte que forma su plantación enferma y seca.

Cuando se supone que la especie humana ya ha llegado, física o tecnológicamente, a todos los rincones del planeta, cuando conocemos muchos secretos de esta saturada Tierra y cuando ya quedan muy atrás los “grandes descubrimientos” transoceánicos, solamente resta un lugar donde mirar para disparar la imaginación de los aventureros y exploradores. Solamente hay un sitio donde mirar cuando queramos huir de un planeta consumido por la raza humana: el cielo.

Y allí es donde ha mirado C. Nolan en su último trabajo, precisamente en unos días en que el espacio vuelve a la palestra con el espectacular aterrizaje de un módulo enviado desde Europa en el cometa 67P, después de viajar durante 10 años en el espacio. Inimaginable.

Y para este trabajo, Nolan se ha rodeado de estrellas físicas y palpables (como el gran elenco que lo protagoniza) y de estrellas del universo, espacio en el que el director puede explayarse retorciendo la física cuántica de forma más o menos acertada (eso se lo dejo a los sesudos).

Las películas de Nolan suelen hurgar en el yo interior hasta límites insospechados (basta con ver la controvertida “Origen”). En esta ocasión no hay excepción y nos adentra en un mundo en el que el tiempo, el espacio y las no-sé-cuántas dimensiones crean la magia que el director necesita para resolver un argumento redondo, con principio y fin fundamentados y en el que todo acaba encajando correctamente, al menos aparentemente para quienes vivimos en las dimensiones reales.

Pero además de teorizar sobre la física cuántica -película que entusiasmaría al mismísimo Sheldom Cooper (“Big Bang theory”)- el relato también traslada, a otras dimensiones, las relaciones interpersonales entre los protagonistas usando dos relaciones paterno filiales como punto de referencia. Relaciones de las que servirá el autor para dar su toque de sensibilidad. Todo ello, unido a la apabullante soledad del infinito espacio y tiempo que destila la película, hacen que a veces te quedes hundido en la butaca ante lo inabarcable.

Juega muy bien con los tiempos, tanto en su historia como en el tiempo propio de la película. Al final, cuando terminas de verla, te das cuenta de que efectivamente el tiempo es relativo: supongo que a unos se les puede hacer larguísima esta incursión en el espacio sideral mientras que para otros, (entre los que me incluyo), se les puede hacer muy corta una fantástica película de ciencia ficción, de casi tres horas, que te deja pensando, un rato después, en el carrusel de emociones y aventuras (interiores y exteriores) vividas por su protagonista: encarnado por el consagrado y alzado a los altares cinéfilos, Mattew Mcconaughey.

Muchas gracias por su tiempo para leerme. Hasta la próxima.
labutaquitayelmar
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7
1 de septiembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
No voy a descubrir nada nuevo. Película de MARVEL. Con esto podría finalizar el post y todo el mundo sabríamos ante qué tipo de película estamos.
Si queremos profundizar un poco más y nos saltamos el patrón de todos los productos factoría Marvel, vemos alguna que otra originalidad agradable.

Nada nuevo en el “equipo” de los malos: Gente con capucha, feos, con gran mentón, gigantes malhumorados que hablan con voz grave y metalizada que quieren destruirlo todo… lo de siempre. Sin embargo, en el “equipo” de los buenos nos encontraremos con un puñado de personajes de lo más particular que logra dar un toque de frescura a este tipo de pelis y que consigue entretenerte un poco más con sus chistes, gags y dudas existenciales, sin dejar atrás, eso sí, las necesarias escenas de acción, persecuciones, luchas cuerpo a cuerpo y todo lo que ya sabemos.

Me encantó el personaje del árbol, que da los dos toques de poesía sutil a la historia (aunque parezca mentira), confirmamos que Zoe Saldana tiene una belleza intergaláctica y es muy bueno el recurso a los “walkman” ochentero cuya música, mezclada con los escenarios planetarios, consigue darle una vuelta más a este más que trillado tipo de película.

Hay clichés de STAR WARS (primera trilogía) con una nave (y tripulación) que recuerdan, con todos los respetos, al Halcón Milenario de Han Solo y Chewbacca, incluso hay cierta similitud con el Mago de Oz y su grupo de peregrinos en busca de una meta personal.

De todo ello resulta una película que quizás sea la que más me ha gustado de esta casa. Aunque tenga los mismos ingredientes que las demás, GUARDIANES DE LA GALAXIA está especiada con otros condimentos y al levantarte de la butaca te deja un cierto regusto distinto al que ya esperabas, eso sí, sin llegar a cambiar la esencia del plato prefabricado en las cocinas de Marvel.

Muchas gracias por su tiempo para leerme.
labutaquitayelmar
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8
25 de marzo de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hubo una época histórica reciente en la que nada sabíamos acerca del sida, en la que el miedo, el desconocimiento y la lucha para frenar y sobrevivir a esta terrible enfermedad fueron la constante en la vida de muchas personas que cayeron atrapadas por esta desgraciada plaga.

En su origen fue tratada como una enfermedad marginal, sufrida por determinados grupos sociales que fueron encasillados injustamente y a los que, incluso, les fue representado el sida como un castigo por sus elecciones sexuales o alucinógenas.

Sin embargo, años después, este problema en principio residual, se extendió como la pólvora a otros estamentos sociales políticamente más correctos. Las alarmas se encendieron como consecuencia de la presión social, que fue ”in crescendo” y los gobiernos tuvieron que actuar, sobre todo en PREVENCIÓN en lo que, probablemente, fue una de las primeras acciones globales a nivel mundial como antesala a la llegada de INTERNET.

Pues bien, en este CONTEXTO, el director nos cuenta la historia de alguien que, cazado por esta cruel tela de araña, no se doblegó ante esta adversidad y fue a contrarreloj en busca de esperanza, de nuevas soluciones posibles y en definitiva, en busca de más tiempo de vida.

Para ello J.M. Valleé halló (o se encontró) con un plantel espléndido, destacando por encima de todos, la interpretación de Matthew McConaughey, ¡vaya “sorpresón”!. Hay personajes que quedan ya para la historia del cine y este “cowboy” de tres al cuarto, este pilluelo, superviviente callejero podría llegar a ser uno de ellos.

El que quiera ir a ver al M. McConaughey conocido, que no vea DALLAS BUYERS CLUB, adelanto que en esta película es una persona totalmente distinta. Además de la evidente transformación física (no sé cuántos kilos adelgazó) vemos al merecidamente ganador del óscar, en un registro totalmente distinto al que nos tenía acostumbrados y queda claro que le sienta mucho mejor. Recordemos, por ejemplo, su brillante aparición en “el Lobo de Wall Street” o en su papel en la serie “True Detective”.

Pero además, el tándem con el también oscarizado Jared Leto, y su relación es ,en mi opinión lo mejor de la película. Dos seres antagónicos que comparten más cosas de las que podrían pensar. El autor se sirve de esta relación para transmitir belleza, melancolía, miedo, humor y un sinfín de sentimientos básicos en una situación vital extrema, donde no se puede fingir.
Grandes interpretaciones en una película más que aceptable. Gracias por su tiempo para leerme.
labutaquitayelmar
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8
26 de enero de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Y llegó Martin Scorsese, con su sonrisa de medio lado, su chaqueta de mafioso y sus colegas, entre ellos “Di Caprio”, que tiene apellido italiano, como “De Niro”, son actores con nombres de protagonistas de pelis de Scorsese. Y se fuma un cigarrillo. Y comienza el espectáculo.

Scorsese no se anda con chiquitas, lo sabemos, retrata las bajezas del ser humano con arte, con un golpe fuerte, de los que te dicen “no te va a doler”, pero te deja atontado un rato, hasta que te recuperas y PAM!!! te vuelve a propinar otro guantazo, ahí, en tu butaca del cine, sin saber por qué, estás recibiendo una tunda de energía, de imágenes con fuerza bruta y sin contemplaciones como no habías recibido en años.
Scorsese se sonríe y toma apuntes de lo que pasa ahí fuera, donde conviven los normales con los chalados, los corderos con los lobos.

Y los lobos, sin escrúpulo alguno y sin más ética o religión que la pasta, se pasean a su libre albedrío por las calles buscando ovejitas a las que liquidar, exprimir.
Scorsese se lo apunta y nos lo cuenta, a su manera, nos lo sabemos, pero nos gusta. Sus cortos flash backs, el exceso de cromatismo, la voz en off, esos ritmos y música que te sedujeron en su día te vuelven a dejar enganchado. Enganchado como los protagonistas de la peli cuyos excesos en drogas, en prostitución, en mentiras, en falta de respeto, en alabanzas al único dios del mercado llamado dinero te dejan sin aliento y cuando sales a la calle, y miras hacia atrás, aún puedes percibir el aullido de ese lobo de Wall Street protagonizado por un genial Leo Di Caprio y dirigido por Scorsese, seguramente en la sombra, con ironía, con la maestría de un viejo zorro.

Bienvenidos al baile de Wall Street donde los lobos compran y venden para quedarse con todo lo real y "quedable" mientras hipnotizan a los mortales con cuentos de hadas e ínsulas Baratarias. Como diría Plauto “homo hominis lupus” (el hombre es un lobo para el hombre) y la manada ALFA, la élite que domina a la especie está allí donde esté el dinero. Quedan muchos lobos por las calles así que no desatiendan sus teléfonos, cualquier día le puede llamar uno a venderle sus sueños a cambio de su futuro. Atentos.
labutaquitayelmar
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8
18 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Red “el que consigue cosas”, encarnado por el magistral Morgan Freeman, se sienta al pie de uno de los muros del pétreo edificio donde se rodó esta magnífica película (la cárcel de Mansfield, en Ohio) y con la mirada al frente, perdida, murmura: “empeñarse en morir o empeñarse en vivir”.


No, no me equivoqué de película, no voy a referirme a Red, ni al magnífico Andy Dufresne, ni al alcalde de la genial “Cadena perpetua”, pero fue esta frase la que me vino a la cabeza cuando terminé de ver GRAVITY.


Supongo que todos hemos tenido alguna vez un “empeñarse en morir o empeñarse en vivir”, (espero que metafóricamente) y más en los tiempos que corren.


Pues bien, el reto que nos propone el director en este caso es espectacular y pone en la anterior tesitura a uno de sus personajes. Así nacerá este thriller cuyo ingrediente “estrella” y diferenciador en relación con otras películas de acción es su escenario: el espacio, sí, pero el espacio real, el auténtico, el que sufren (o gozan) los astronautas de la NASA.


Alfonso Cuarón nos acerca minuciosamente a lo que, probablemente, puede ser un verdadero paseo espacial. Con toda seguridad nunca estaremos más cerca del espacio que la hora y media que dura la película, (generalizo porque no creo que haya ningún astronauta en esta “sala”).


Sin embargo la historia se me quedó corta cuando acabó la película y viendo los créditos finales me quedé con ganas de media hora más.


Sentado en la butaca pensé que, posiblemente, el director pudo haber creado un “cuento” más que una “novela” cinematográfica. Eso sí, un cuento con pasajes bellísimos (que se acentúan si se ven en 3D) con lectura final para reflexionar y que el autor parecía haber intentado estirar con el fin de convertirla en “novela corta”.


Tiempo después pienso que, con toda probabilidad, incluir más tramas, más personajes y más “capítulos” habría destrozado esta pequeña, bonita y redonda fábula que “se ha empeñado en vivir” y que “crece” conforme pasan las horas desde que la ves.
labutaquitayelmar
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