Un drama estremecedor de principio a fin pero tierno en algunos momentos. Terriblemente real, de ritmo lento pero constante que sumerge en la historia y la desdicha de los personajes enseguida. Preciosa y absorbente como pocas, de calidad técnica sobresaliente; independientemente de si te agrada el cine de animación o no; esta película te gustará y llegará al corazón ¿A quien no le conmovió esta película? Hay que ser una bestia de carga, un animal de bellota sin sentimientos para que este film no quiebre el corazón.

La visión pesimista y triste del film es desalentadora pero realista, es un buen ejemplo de la devastación de la guerra en el que se crítica a la sociedad tradicional japonesa de la época, que le da mas importancia a la familia y al país, que al individuo. El ostracismo al que someten a los protagonistas lleva a uno a valorar lo que tiene.

La tumba de las luciérnagas es sorprendentemente real, una película de animación que paradójicamente resulta mucho más verídica que muchos otros films de imagen real, eso dice mucho de la calidad de la película.
SÓLO apta para gente que sepa apreciar una buena película, seres mononeuronales del mundo, absteneros.

Absurda, estúpida, estereotipada... Un insulto al realismo, a la coherencia y a la cordura. Un canto al ego de Steven Seagal, el dios de la guerra: violencia escandalosamente irreal, exagerada, incoherente...
Y mira que me suelen gustar las películas de artes marciales (por muy malas que sean), y el señor Seagal no me cae mal, aunque me gustaría que recibiera más ostias (o alguna) en las pelis... Que las únicas que se lleva El Intocable son las de las críticas negativas hacia su extensa filmografía.

Solo se podrían salvar de la quema los diez últimos minutos, una perorata bastante destacable y que merece no ser ignorada: un mensaje ecológico en defensa de la naturaleza muy interesante (que fracasa al pretender ser el eje central de la historia), pero que a pesar de todo no justifica el tostón de hora y media al que debe someterse el espectador para poder contemplarlo.

Conclusión: vean solamente, sin muchas espectativas, los diez últimos minutos.

Exótica e inusual película con agradables aires nostálgicos, sorprendente mezcla de culturas tailandesa y japonesa que deja un buen sabor de boca y es un remedio eficaz contra las cada vez más soporíferas y convencionales películas estadounidenses.

Nos encontramos ante un cine brutalmente metafísico e intelectual, una sorpresa de film; Se puede afirmar que es un canto al pensamiento de Freud y Nietzsche: terriblemente despiadada y renovadora, como la filosofía de Friedrich Nietzsche, y transgresora e irrefutable, como el pensamiento de Sigmund Freud.

La película en conjunto refleja de forma realista e impactante la esencia vital, el motor que impulsa a toda persona, y en especial, a todo hombre: el instinto, que es lo verdadero, lo único y lo auténtico. El director, Michael Lehmann, expresa en la cinta un psicoanálisis vitriólico del hombre, con su búsqueda mecanicista de la procreación y la conservación de la especie como fin absoluto, y con un protagonista que, a través de la Cuaresma, se enfrasca en una espiral de sufrimiento y dolor.
Destacada mención merecen los secundarios, cuya deliciosa interpretación hace hincapié constantemente en la idea freudiana de que “el sexo es la fuerza motivadora fundamental de todo comportamiento humano”. Magnífico.

Al mismo tiempo se realiza un profundo análisis del Cristianismo y una condena al mismo (como ya hizo Nietzsche), al reflejar en el protagonista y en su hermano sacerdote la imposibilidad de la negación de lo humano, de lo verdadero, de que nuestra esencia humana, puramente animal, queda destruida por valores cristianos como el celibato, la compasión, el desprecio del cuerpo y la negación del “yo” onanista. Una revisión de la clásica obra de de Nietzsche, El anticristo.

En conclusión, una renovación en el modo de plantear el cine, salvaje e iconoclasta.

PD: Por si alguien no se ha dado cuenta, la crítica es de coña XD. Este subproducto de película es el trozo de mierda más apestoso, repugnante y emético que ha defecado la cinematografía de EEUU, posiblemente desde la ya legendaria Date Movie.

Nos encontramos ante una película interesante y entretenida con un principio brutal y un planteamiento genial que contiene un poco de mensaje moralizante; el GRAN "pero" sin duda es lo "lineal" que resulta: empieza con una buena premisa que se torna monótona, la falta de evolución del film es su talón de Aquiles. En los demás aspectos bastante bien (aunque el reparto flojee) me gusta el "estilo Shyamalan", único e impredecible. Y digan lo que digan de su actuación, Zooey Deschanel es adorable.