En el último libro del poema épico de Virgilio, 'La Eneida', Turno derrotado le dice al victorioso Eneas "no vayas con tu odio más allá". Tras un breve momento de duda, Eneas lleno de furia mata brutalmente a Turno. Esta escena resonaba continuamente en mi cabeza mientras veía la perturbadora y potente película 'American History X', que hacía tiempo que quería ver.

Derek, que tras el asesinato de su padre (o incluso quizás un poco antes) comenzó un camino hacia el extremismo neo-nazi, sale de prisión siendo un hombre nuevo que ha abandonado sus antiguas ideas. Su principal problema será cómo reconciliar el hombre que es con el hombre que fue, mientras evita que su querido hermano Danny siga el mismo camino de maldad. Flashbacks en blanco y negro se solapan con secuencias en color para contrastar y mostrar el pasado y el presente.

La impactante y cruda 'American History X' es una tragedia que realiza un retrato inquietantemente realista sobre el extremismo, el racismo, el radicalismo, el supremacismo y el adoctrinamiento en la sociedad californiana, pero su tema más interesante es la posibilidad de la redención. Se siente grandiosa y al mismo tiempo íntima; coral y al mismo tiempo personal; brutal y al mismo tiempo tierna, sobre todo en las escenas familiares. Se trata de una película dura y hasta cierto punto incómoda de ver, pero precisamente por ello, también importante. El racismo es uno de los principales temas de la película, pero en el fondo solo es un efecto secundario de un factor quizás todavía más universal: la senda del odio y la venganza. Estos temas, junto con un excelente guion, que permite que las escenas avancen con fluidez, y sobre todo un soberbio Edward Norton, que aporta elocuencia y sutileza al protagonista, nos dan una película que se queda en la mente de los espectadores mucho después de que hayan terminado los créditos finales. Para citar un ejemplo especialmente duro, el brutal episodio de violencia que lo cambió todo (si han visto la película, saben en qué escena estoy pensando) es retratado en el centro dramático de la película con una amplia variedad de emociones y matices, mezclando la pena, el horror, y la desesperación. Su desenlace, trágico y sorprendente, regresa a uno de los principales temas con ambigüedad espeluznante: ¿realmente es posible dejar atrás ese camino?

Si tuviera que ser crítico, diría que algunos personajes parecen algo simples e incluso infra-desarrollados. Me hubiera gustado saber más acerca de Stacey, Davina y Murray, sobre todo teniendo en cuenta los la posición y fuertes contrastes y puntos de vista que ocupan dentro del macrocosmos del drama. También me hubiera gustado un mayor grado de profundidad psicológica en relación con la profunda transformación personal de Derek tras sus episodios en prisión. Realmente, ¿cómo fue el proceso de su transición y cuáles fueron sus reacciones y pensamientos? Aunque la película muestra parte de este proceso y pasa mucho tiempo sobre todo en su desenlace abordando cuestiones relacionadas, me hubiera gustado saber más sobre las complejidades, las dudas y los conflictos de Derek durante los flashbacks en la cárcel. Pero esto son tan solo comentarios menores dentro de una película importante, especialmente en el contexto de finales de los años 90.

Creo que me costará un tiempo tener ganas de verla de nuevo dada la dureza que representa, pero 'American History X' es una película de visionado necesario para cinéfilos que nos hará sentir espanto e incomodidad y nos invitará a reflexionar sobre cuestiones relevantes e inevitables.

Nota: 8.2 / 10

Visualmente notable, estéticamente sorprendente y moralmente provocadora, 'Érase una vez en América' es una obra compleja y profunda que se inscribe en el género épico de películas de gángsters para contarnos una historia triste, conmovedora y hermosa sobre la amistad, la lealtad, la culpa, la traición, las oportunidades perdidas y los caminos no tomados en la vida, pero también sobre la posibilidad de la clemencia, por dolorosa que pueda resultar en ocasiones, especialmente si se fundamenta en los valores forjados a lo largo de varias décadas entre dos seres humanos. Sin embargo, también hay momentos tiernos y cómicos que paradójicamente contribuyen a que la vertiente trágica de la película cobre mayor fuerza. Gracias a la extraordinaria estructura narrativa del guion, el ritmo funciona muy bien y no se desaprovecha ni un solo minuto de su extenso metraje. La preciosa banda sonora del desaparecido Ennio Morricone funciona a la perfección en cada escena y aporta nuevamente un toque melancólico. Los conflictos internos de cada personaje están muy bien abordados como resultado del excelente trabajo de todos los miembros del reparto, entre los que sobresalen Jennifer Connelly, James Woods y especialmente Robert De Niro. Aunque no es mi película favorita del género de gángsters (eso pertenece al 'Padrino' y al 'Irlandés'), 'Érase una vez en América' constituye una contribución seminal al género y a la historia del cine. Una gran película de Sergio Leone.

Nota: 9.1 / 10

Observación a los lectores: ¡Gracias por haberos detenido a leer esta crítica! Ya en varias ocasiones he comentado un aspecto que me preocupa. Al final de cada crítica, FilmAffinity pregunta a los usuarios si han encontrado la crítica útil o no. Recuerdo este detalle porque en muchos casos no puedo evitar pensar que a veces se pueden proyectar las polaridades de acuerdo o desacuerdo con el contenido de la crítica y confundirse con su utilidad. Lo que verdaderamente importa no son nuestras discrepancias o puntos de sintonía. ¿Les ha ayudado esta crítica a decidir qué película quieren ver? Absténganse, por favor, de evaluarla en función de cualquier consideración que no tenga que ver con su utilidad, incluido si les resulta divertida, repugnante... Si hay usuarios que pueden estar de acuerdo con mi valoración pero que consideran que mis comentarios no son útiles o vice versa, por favor, puntúen la crítica exclusivamente acorde con su grado de utilidad. Tras esta observación, pasamos a nuestra crítica.

Con marcadas influencias de la trilogía de Christopher Nolan, "The Batman" es hábilmente capaz de ofrecernos un enfoque realista y diferente sobre el caballero oscuro, centrándose sobre todo en un Bruce Wayne relativamente joven, que todavía está aprendiendo y sobre quien pesan sin cesar los fantasmas del pasado. Más que una película de super-héroes, se trata de un thriller policíaco de corte neo-noir que arranca con una característica voz en off. Vemos la faceta de Batman como detective, con lo que su inteligencia funciona mejor como arma que sus músculos. Este enfoque también permite al director y a los guionistas centrarse en el desarrollo de los personajes y sus motivaciones emocionales, por eso me gusta que la película se tome su tiempo para ahondar en ellos y que se sientan como personas reales. Dicho esto, a la película no le faltan buenas dosis de acción y escenas con buenas coreografías en las que el espectador siente cada puñetazo. Destaca en particular una intensa secuencia son una bomba y otra de una persecución en coche. La película no se hace para nada larga. El guion se mueve con fluidez y maneja con estilo y eficacia a múltiples personajes. Aunque hay elementos del plan del villano principal que veo cogidos con alfileres y que, en ocasiones, recaen excesivamente en contingencias, el argumento te mantiene enganchado durante todo el metraje. En concreto, cuenta con unas escenas iniciales muy convincentes que marcan el tono de lo que vendrá a continuación con brío y personalidad. Sin embargo, en mi opinión, la parte final pierde algo de fuelle y resuena con menos fuerza de la que debería.
Uno de los pocos aspectos débiles de la saga de Nolan es que Gotham es esencialmente Nueva York con otro nombre. "The Batman" no comete ese error. Consigue aunar el aspecto cosmopolita de la saga de Nolan con la sordidez gótica de la era Burton para presentar Gotham como un lugar sucio, hostil y podrido. La ciudad está en llamas y aún así está fría. En definitiva, Gotham se convierte en un personaje en sí mismo, lo cual ayuda a generar un tono consistente y apropiado para la película. Esto va de la mano de un buen trabajo de cinematografía. Aunque predominan escenas nocturnas, las escenas al alba introducen los matices necesarios para mantener el equilibrio visual, cromático y el interés del espectador. Gracias a la formidable banda sonora, se combinan bien el suspense y la intriga con la acción y la oscuridad.
El reparto es otro de los puntos fuertes de "The Batman". Robert Pattinson explora el trauma de Bruce Wayne así como sus dudas y su soledad. En comparación con el Batman de Bale, no vemos casi ninguna secuencia concerniente a Empresas Wayne ni de Playboy, lo cual marca sus diferencias. En vez de tratar de imitar a Bale, Pattinson busca su propia voz y esto me parece admirable: Pattinson se mantiene fiel a las raíces del personaje y aprueba con nota. Colin Farrell y Paul Dano encarnan sus psicóticos y obsesivos personajes de forma admirable. Quizás los personajes menos complejos sean Gordon, Catwoman y, curiosamente, Alfred, pero tanto Jeffrey Wright como Zoë Kravitz como Andy Serkis les dan la profundidad adecuada.

Vayamos ahora con los problemas. Si bien creo que estamos ante una buena película que está claramente por encima de la media, tampoco me parece perfecta. El principal problema que tuve con 'Joker' es que es una película que lleva un fuerte sello de Martin Scorsese sin sentirse como ni sin ser una película de Martin Scorsese. Del mismo modo, "The Batman" a veces muestra un fuerte sello de David Fincher sin sentirse como ni sin ser una película de David Fincher. Creo que todo el mundo sabe a lo que me refiero. No hay absolutamente nada malo en inspirarse de obras anteriores, pero en este caso las influencias de 'Se7en' y, sobre todo, de 'Zodiac' sobresalen tanto que no siempre resultan productivas. El Joker de Ledger, por ejemplo, se inspiraba de Alex DeLarge pero lo hacía de modo que no quedaba eclipsado por él: Ledger hacía su propia cosa. En este caso, sin embargo, la estética de Riddler es un calco de la de Zodiac, incluso recicla una de las famosas frases del asesino de San Francisco. Aunque Dano, como decía antes, da una buena interpretación y sobresale en un monólogo que tiene hacia el final, no puedo evitar sentir que ha faltado algo de originalidad y creatividad en la concepción de algunos elementos de su personaje. Algo parecido sucede con sus motivaciones como villano. Su plan socio-político me fascina durante los dos primeros tercios de la película, pero según se acerca el clímax, se queda algo plano y vacío de contenido profundo, filosófico y moral (tres de las cualidades que hicieron del Joker de Ledger un exitazo colosal).

En resumen, aunque algunos aspectos podrían estar mejor concebidos y no alcanza el nivel de Nolan, "The Batman" es una película tensa, bien rodada y entretenida. Una adición bienvenida al universo DC. La aplaudo con un ...

7.2 / 10

Divertida, original y profunda 'Fleabag' es una serie que te sorprende desde el primer momento mediante su riqueza de recursos visuales. Lo que más me fascina es el viaje emocional que recorre la protagonista, muy bien interpretada por Phoebe Waller-Bridge, a lo largo de sus dos breves temporadas. Se trata de un personaje que emplea el sexo con los personajes, y la ironía y el cinismo con los espectadores como formas de bloquear las raíces del dolor que la carcome por dentro. Al mismo tiempo, su carisma reside precisamente en esta estrategia. A lo largo de la serie vemos a distintos personajes lidiando con traumas similares, pero, comparativamente es nuestra anónima protagonista (únicamente conocida por su mote Fleabag) quien demuestra ser emocionalmente honesta. Es un ser fracturado y la serie es muy hábil a la hora de reflejar esto a través de su rico lenguaje cinematográfico. En perspectiva, los personajes suelen ser individuos solitarios tratando de encontrar sentido a sus vidas. En este aspecto me recuerda a la película "Manchester By the Sea", que vi recientemente y también me pareció muy lograda.
En general, la serie está muy bien escrita y delicadamente construida de principio a fin. Gracias a sus ágiles diálogos y habituales prolepsis, el guion es capaz de crear personajes realistas y divertidos. Es un guion que siempre sabe lo que le conviene a la serie en cada etapa de su desarrollo. Todos los miembros del elenco realizan un formidable trabajo. Aunque la primera temporada está bien trabajada y cuenta con giros de guion emotivos, es la segunda temporada la que alcanza la cumbre a nivel creativo de la serie, en gran parte, gracias al personaje de Andrew Scott y la medida en la que contribuye a la trama y al desarrollo de la protagonista. La intervención del cura cambia de manera decisiva los propios recursos expresivos mediante los cuales la serie se comunica con los espectadores. Los últimos capítulos completan los arcos de los personajes de forma espléndida, emotiva y satisfactoria. Igual soy una nenaza, pero el final me hizo soltar alguna lágrima por su belleza; me parece una conclusión perfecta, magnífica, impecable.
Esta serie sobre la vida de una promiscua joven mujer en Londres es inusualmente provocadora y, sobre todo, perceptiva a la coexistencia entre la tragedia y la comedia que perdura en la naturaleza humana. Sin embargo, no cae en la desesperada ansiedad posmoderna, sino que nos transmite un mensaje: hace un hermoso guiño hacia la importancia de sanar, del poder de las relaciones humanas y el valor de ser uno mismo.
En resumen, es un trabajo digno y ambicioso con un resultado final inteligente. Y el nombre de Phoebe Waller-Bridge es uno del que tomar nota, me intriga mucho descubrir a qué proyectos se dedicará en el futuro.

Nota: 8.3 / 10

Tras 'Cuento de Vanidad', que fue, en mi opinión, un caótico y decepcionante programa el año pasado, Mota vuelve en plena forma para traernos uno de sus mejores especiales de Nochevieja de los últimos años. Por esto y dado que la nota media que tiene ahora mismo '¡Sálvese quien Putin!' me parece inmerecidamente baja, he decidido ser generoso con mi valoración.

Ante todo, hay que entender el estilo de Mota como lo que es, no una cumbre de la perfección artística de la historia de la humanidad, sino como una ocasión para recordar lo bueno y reírnos de lo malo que trae cada año que pasa para afrontar el que viene con una sonrisa en los labios. A mí personalmente me gusta Mota: me parece un tipo gracioso, ocurrente y me lo paso bien viéndole de vez en cuando. Y si miramos '¡Sálvese quien Putin!' desde este punto de vista, lo que encontramos es un especial entretenido, divertido y más original que años anteriores que cumple con su cometido y con lo que Mota pretende hacer.

El gran riesgo que corre Mota es que la trama central no tenga gancho. Un sketch aquí y otro allá puede ser más flojo que otro, pero lo que verdaderamente puede deslucir el conjunto del show es que el hilo conductor sea débil. Eso fue lo que sucedió con 'Cuento de Vanidad'. Por suerte, este espectáculo evita colisionar con este iceberg. En otras ocasiones, Mota había sugerido que los políticos españoles actuales no son imitables, a diferencia de políticos anteriores como Mariano Rajoy o Pablo Iglesias que se prestaban más fácilmente a la exageración. En este caso, resuelve este problema al expandir su registro de objetivos a imitar. Otras veces ya había imitado a políticos internacionales, pero no recuerdo ningún otro especial en el que éstos compusiesen el hilo argumental principal. Esta decisión compensa: Imitando la estructura de ‘Titanic’ y reproduciendo una historia familiar en el buque ‘Europa’, Mota construye una aventura en la que la vieja al Visillo debe seducir a Carlos de Inglaterra y en la que intervienen Joe Biden, Tamara Falcó, Miguel Bosé, Giorgia Meloni y Emmanuel Macron entre otros. Al centrarse en un panorama políticos y social más amplio con un mayor registro de personajes, Mota es capaz de seguir sorprendiéndonos con sus acertados manierismos, logradas parodias y un impecable y distintivo trabajo de maquillaje y caracterización.

Estuve viendo el show con una sonrisa de principio a fin. El sketch que abre '¡Sálvese quien Putin!' me arrancó la primera carcajada por la agudeza con la que representa la actualidad, la parodia de acentos locales y el humor gestual. Marca el tono de lo que será un especial gracioso pero que no se aleja de cuestiones sobrias. Por paradójico que suene a primera vista, para bien o para mal, a menudo el ingenio y la comedia se agudizan en las épocas más oscuras o, por lo menos, cuando las cosas no van como esperábamos. Dentro de las letras españolas, Quevedo, por ejemplo, brilla por su ironía y sensibilidad justamente cuando todo se desmorona. Salvando las distancias, algo parecido sucede en 2022 a nivel global, con riesgos internacionales, desafíos sociales, y un encarecimiento de la vida. Mota es consciente de todo ello y '¡Sálvese quien Putin!' está saturado de temas que hacen referencia a la guerra de Ucrania, la inflación, la inestabilidad social, la falta de decoro y respeto institucional… También hay momentos bastante divertidos en el especial de este año, pero todo debe decirse: no todos los sketches son igual de entretenidos. Hay algunos, de hecho, que se hacen un poco largos y que están esparcidos por partes del metraje. En general, sin embargo, este especial es un barco que se mantiene a flote y que aporta más sonrisas y disfrute que años anteriores. Mota concluye con una bienvenida e interesante, aunque ya algo habitual, reflexión sobre el papel del humor en la vida diaria y el valor de la comedia para ayudar a sobreponernos a adversidades.

En resumen, me lo pasé bien con este especial y me permitió recibir el nuevo año con alegría y optimismo.

Gracias por leer estos comentarios. ¡Feliz 2023 a todos!