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España España · Madrid
Críticas de Pedro
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Críticas 265
Críticas ordenadas por utilidad
8
11 de enero de 2011
95 de 114 usuarios han encontrado esta crítica útil
Mientras atónito he asistido a un año donde la crítica ha alabado películas olvidables como "Un tipo serio" de los Coen, ha hecho piña con multitudes para elevar al cielo de las artes el último efectismo de Nolan -"Origen"-, o se preparan para agasajar en los Oscars comparando con el mismísimo "Ciudadano Kane" a una reiterativa "La red social" más cercana a una de adolescentes de Nora Ephron que a ese genio llamado Welles... Mientras todo esto sucede, esos mismos denostan por enésima vez a quien osara desafiarles ganando un Oscar con la para ellos maldita "Crash", estrenara otra para ellos falta de imaginación "En el valle de Elah" y ahora vuelve a la carga con lo que califican de tramposo e inocente remake en "Los próximos tres días".

Si donde había un maldito trabajo sobrevalorado por Hollywood, un servidor vio una disección coral de la desconfianza, el miedo y la incomunicación entre las personas... Si donde debía esperarse escasa imaginación aprecié una explosiva mezcla entre una historia detectivesca, sutiles interpretaciones y la narración de la caída de un imperio y sus valores... Ahora, en esta supuesta trampa inocente, no sólo perdono esa manía estadounidense al remake, sino que no puedo más que apreciar el aire fresco de un director que entre tanta "obra maestra" de postín destaca por el manejo de cualidades de realizador veraz, fundamentalmente del ritmo.

"Los próximos tres días" está narrada con un sentido del ritmo medido, apoyado en un montaje trabajado, de modo que incluso en el peor de los casos es improbable que alguien no se sienta atraído por la historia o llegue a aburrirse. Lejos de eso, Paul Haggis desarrolla un guión en el que tensión e intriga marchan de la mano de modo creciente, atrapando al espectador desde la primera secuencia y conduciéndolo a su antojo tras el periplo del protagonista absoluto John Brennan; al que da vida Rusell Crowe de modo que interioriza a la perfección la evolución del personaje en un camino sin retorno que consigue que el espectador se plantee a sí mismo el dilema que mueve al personaje en pantalla: ¿Hasta dónde llegarías por aquellos a quienes amas?

Es precisamente esa evolución, esos sentimientos que subyacen, lo que logra que la película sea más que una sucesión de clichés en un thriller. Es también la interacción de un hombre con sus fantasmas interiores mientras que circunstancias excepcionales hacen que una vida apacible se convierta en una olla a presión. Y es aquí donde tanto la calidad del intérprete como la dirección de actores se deja notar más allá de la trepidante huida, más allá del giro con sorpresa. Y si bien es cierto que pudiera sobrar algún engaño dirigido más bien al efectismo en alguna escena, el conjunto no deja de ser un notable soplo de aire en un flojo año de cine. No apto, por supuesto, para detractores por oficio de Haggis, pero que sabrá satisfacer gratamente a quien se acerque a la sala de proyección con tan pocas pretensiones como ausencia de prejuicios.
Pedro
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8
12 de diciembre de 2023
92 de 111 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si ves esta película, te encontrarás atrapado dentro de un musical de fantasía que se agradece como un soplo de aire fresco en el cine actual, a pesar de, o quizás debido a, que está rodado al estilo de clásicos del mismo género con los que puede codearse sin problemas, como por ejemplo "El mago de Oz", "Mary Poppins" o "Un mundo de fantasía".

El guion original parte de un argumento que desarrolla el pasado del chocolatero Willy Wonka, personaje de la novela infantil inglesa un par de veces adaptada al cine "Charlie y la fábrica de chocolate". El director Paul King, además de firmar como coguionista, realiza un trabajo de realización de bastante mérito, que compagina la metodología del cine musical clásico con elementos modernos de efectos digitales. El montaje está muy bien elaborado, alternando de un modo muy dinámico que te mantiene atrapado en la historia los números musicales y las escenas fuera de ellos. Lo que se nos cuenta está hábilmente ideado, mezclando un mundo que recuerda a personajes de Dickens en un entorno dramático, con un tono que añade pinceladas de comicidad y la creación de un mundo mágico dentro del real haciendo el conjunto entrañable para los espectadores, tanto niños que ya piensan un poco como adultos, como adultos que gustan de recordar con ilusión el niño que aún llevan dentro. Me sorprendí a mí mismo a ratos riendo y a ratos emocionado hasta aflorar alguna lagrimilla.

Mención destacada para Timothée Chalamet, que entre los jóvenes actores de hoy se confirma como uno de los de más talento de su generación, al que se añade un carisma ante la cámara propio de los mejores, y que en este trabajo alcanza muy buenos registros entre los toques dramáticos, cómicos y carismáticos que requiere su personaje, además de revelarse como un solvente integrante de musicales. El resto del reparto es también de altura, y especialmente los veteranos Olivia Colman, Hugh Grant y Rowan Atkinson, que encarnan personajes ya de por sí peculiares y atractivos, pero a los que su buena y expresiva recreación los hace más interesantes si cabe. Todos los demás intérpretes están realmente solventes, desde los que tienen muchos minutos y escenas hasta los que apenas tienen una o dos. La joven actriz Calah Lane, con el papel de la niña Noodle (el rol más importante tras el de Willy), hace un excelente debut en largometraje, aportando también una bella voz en alguna de las canciones.

Con magia, aventura, notas de música e ilusión, diría que "Wonka" merece consolidarse como uno de los musicales para recordar dentro del mundo de la fantasía.

"For a moment
Life doesn't seem quite so bad
For a moment
I kind of forgot to be sad"
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro
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6
23 de enero de 2023
140 de 210 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película de producción sueca rodada en inglés en tres actos que no diría que son tristes sino más bien sarcásticos. La primera parte nos introduce lentamente a dos de los personajes principales, Carl y Yaya, y nos deja ver los pormenores de su relación de pareja para poder comparar cómo evolucionan a lo largo del recorrido de la trama. La segunda parte se desarrolla en un crucero y se produce un primer giro en los acontecimientos que en principio parece aumentar en interés pero que en mi opinión termina desembocando en lo que a mi gusto es una sátira con simbolismo social que deviene en algo excesivamente absurdo a la par que grotesco y a ratos desagradable. La tercera y última parte da otro giro radical y es probablemente la más interesante de la película y quizás la que trata a los personajes con mayor sarcasmo, burlándose de ellos al mismo tiempo que desenmascara la sociedad a modo de fábula en contraste con todo lo anterior visto en la cinta.

Con por tanto un guión algo irregular y una producción técnica sin destacar demasiado pero que en general cumple, las interpretaciones son uno de los mejores alicientes que salva en parte la película. La segunda y tercera parte son más corales, aunque siguen siendo Carl y Yaya los dos personajes clave, a los que se une en el último tercio como principal el personaje de Abigail suponiendo el mayor contraste de la crítica a una sociedad de clases irónicamente intercambiable.

No comparto ni el entusiasmo de la crítica profesional ni el criterio de certámenes de cine al encumbrar este trabajo, sin embargo sí quiero destacar sobre todo a la actriz que interpreta a Yaya, Charlbi Dean, quien dota de la dulzura y amabilidad necesarias al que probablemente es el personaje menos reprochable en esta historia. Y la menciono también por un hecho triste ajeno al filme, al haber fallecido repentinamente poco después del estreno a la edad de 32 años debido a una importante infección, tras llevar delicada de salud unos trece años por haberle sido extirpado el bazo como consecuencia de un grave accidente de coche. La última escena de esta actriz deja uno de los momentos que bien podría recordarse como el más valioso de la película así como el de toda su carrera truncada cuando empezaba a despuntar y había recibido no pocas buenas críticas por este papel.

Memorias de tragicomedia que dejan un poso del lugar de rodaje en las aguas de plata azul de la isla griega de Evia.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Pedro
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3
21 de enero de 2024
136 de 204 usuarios han encontrado esta crítica útil
Película a la que le sobra casi todo el metraje. Como un corto de diez o quince minutos podría haber contado lo mismo mostrando perfectamente el mismo recurso y efecto de la fría cotidianidad que enmascara el horror de un holocausto ausente a la vista pero que se sabe presente.

Como anécdota contaré que un hombre al inicio de la proyección se levantó de su asiento en la sala de cine con la intención de ir a avisar porque creyó que la película se había atascado en un bucle o algo así. Y es que el principio es uno de los más raros y experimentales que he visto en mi vida. Casi cinco minutos de un fondo negro con una música instrumental simulando un sonido estridente, que a mí también me llegó a parecer que no era normal y que tal vez la proyección había fallado. Después, algunas personas se marcharon antes del final de la película. Yo estuve a punto también de irme, pero si seguí fue sólo por ver la fotografía, que a pesar de usar efectos visuales de vez en cuando sin sentido, en general podría decirse que era lo único que me pareció de cierto interés.

Recordar filmes con temática del holocausto como "La lista de Schlinder", "El pianista", "¿Vencedores o vencidos?", "El lector" o "La vida es bella" es mencionar cine del bueno, pero en cualquier caso cine. Ya que a este trabajo ni siquiera yo lo llamaría cine, ante la patente deficiencia de la narrativa, sino un experimento artístico que personalmente, a pesar de los premios y mucha crítica profesional entusiasmada, se me antoja francamente flojo.
Pedro
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4
24 de septiembre de 2006
105 de 146 usuarios han encontrado esta crítica útil
Entre los factores positivos de este trabajo de Fellini, hay que subrayar por encima de todo su estética. Cuidada fotografía y composición de escenas que ciertamente atrapan los sentidos, acentuando todo ello con la ya clásica partitura de Nino Rota. Aquí el director italiano puede decirse que crea escuela. Técnicamente impecable.

Ahora bien, hay algo en el mundo cinematográfico que debe insuflar alma a una película; y se trata de la forma narrativa. Fellini en esta película no narra, o al menos no lo hace con eficacia, centrándose fundamentalmente en mostrar belleza. Lo que describe son trozos aislados de unos recuerdos carentes de continuidad, y presentando a los personajes en cada uno de ellos dentro de una farsa. En mi opinión esto no es suficiente para construir una historia que deje huella como tal (más allá de la belleza visual). Uno puede valerse de una brillante estética de las imágenes en sucesión de escenas para narrar sin ni siquiera palabras o con muy pocas. Basta con echar un vistazo, por poner algún ejemplo, a obras como “Bin jip (Hierro 3)" de Kim Ki Duk, “El camino a casa” de Zhang Yimou, o a buena parte del cine de Kurosawa y Mizoguchi. Sin embargo, estos directores crean una historia con lo que muestran; “Amarcord” no crea una historia, sino que describe retazos de esperpento. Y para esperpento, le falta por ejemplo el esmero que cineastas como Rafael Azcona, Berlanga o Marco Ferreri ponen en la construcción de sus personajes, en la mejor línea y reflejo de mismo Valle-Inclán –creador de ese nuevo género en las artes escénicas que deforma a los personajes volviéndolos grotescos, pero sin perder el sentido trágico de fondo– . Revisar “Bienvenido Mr. Marshall”, “Plácido”, “El verdugo” o “El cochecito” dan una idea de lo que quiero decir.

Considero, por tanto, “Amarcord” un ejercicio exploratorio del esperpento, con tanta preocupación por la estética como abandono de la narrativa. Definitivamente me quedo con el Fellini de “La Strada”, uno que además de mostrar, narra con lo que muestra.
Pedro
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