Que esta basura infecta tenga un promedio de valoración superior al 2 en esta página es la prueba palpable de que el analfabetismo cinematográfico es un virus incurable en esta españa de algunos.

O de cómo hacer un aborto cinematográfico partiendo de un libro mediocre.

Seré breve:

no es mala para nuestra costumbre, pero juega en tercera con el panorama de series internacional.

Una de las bandas sonoras más espantosas y detestables que he padecido.

Graves carencias interpretativas, ya sabéis a quién me refiero.

Le doy un 5, aunque merezca 6, para moderar este delirio. Hay series españolas mejores que esta, como "Gigantes".

Mira, si hubieras especulado inmobiliariamente o jugado bien con tu dinero, no habrías acabado con la mierda hasta el cuello atesorando bellos paisajes como único consuelo ante una vejez de mierda, lógica conclusión de vivir en un país de mierda donde el capitalismo salvaje no hace prisioneros sino que los relega a la mendicidad ambulante.

Tostón pretencioso cuyo mensaje de fondo es la resignación y la estética como sentido a un sistema que ya se ha desmoronado. La moraleja es que seas un buen ciudadano del mundo, o sea, un buen norteamericano y no hagas el gilipollas con sentimentalismos y mala gestión económica no sea que acabes siendo un homeless posmoderno currando en Amazon.

El hecho de que una millonaria "comprometida", en otros tiempos buena actriz, protagonice esta oda a la mierda me ha inspirado dos sentimientos: aburrimiento y repugnancia. No es de extrañar que la pestilente Disney esté detrás de semejante basura. Tampoco me sorprende que haya ganado tan "importantes" premios y la unanimidad lamecúlica de la "crítica".

Evítenla.

Vacío y aburridísimo ejercicio de estilo cuyo mayor problema es que no tiene nada que contar. Por suerte los paisajes son abrumadores, de ahí mi 5.

Esta es una mala película.
No convence en su faceta política (propagandismo) ni en la artística (malos actores y guión ridículo).
No convence en su banda sonora (soy ajeno al mundo nacionalista pero ese NO es el sonido del radicalismo vasco).
Tampoco cuela la estructura argumental más propia de un culebrón sudamericano (insultante el papel de la educada en Argentina).
En resumidas cuentas, una mala película española más.