Pocas veces me he encontrado con una película que con tantos desajustes me haya satisfecho tanto. Y es que la primera hora aproximadamente es apasionante. No por su dinamismo, ni tan siquiera por sus efectos visuales (magníficos), sino porque los acontecimientos que introducen la trama de la historia, que pueden llegar a ser tan cercanos y comunes como un simple desahucio en una barrida de chabolas, se suceden en un entorno tan surrealista que acaba produciéndose un cocktail sumamente adictivo que hace que te agarres a la pantalla sin remisión.

Todo esto, además, se añade a la progresiva empatía que se va adquiriendo al personaje protagonista, al principio odioso y repulsivo y, poco a poco, en consonancia con el incremento de sus problemas, querido y comprendido.

Ya, una vez afianzado el film, cierto es que los sucesos se aceleran, se cae en una serie de convencionalismos que no debieran encontrarse en un film de este tipo, supuestamente alejado de los recursos más comerciales, y aparece cierta dosis de acción/belicismo algo forzada, pero, no sé cómo, el poso que quedó al aparecer los créditos resultó ser mucho más dulce que amargo.

Pues eso Lynch. Vuelvo a escribirte. ¡¡Y ya es la tercera vez!! 4, 8, 4... Ajá, la próxima vez que te dedique una crítica, mi votación deberá ser un 8. Ojalá, aunque lo dudo. No creo que Rabbits y Dumbland me vayan a estimular demasiado… ¡¡A esos conejos los quise matar en tu última gran película!!

En cuanto a ésta, como reza mi título, sólo comentar que puede ser soportable por grandes frea… flip… que te adoran, que piensan muchas horas en ti. Yo, persona rara para estos mismos porque no lo hago, aguanté estoicamente. Cierto es que 'El alfabeto' y 'La abuela' transmiten un no se qué muy angustioso, pero el resto… Los seis hombres, por ejemplo, no me extraña que hayan enfermado. Es más, deberían haberse suicidado al no poder soportar más el dulce sonido de la sirena (¡gracias a dios alguien inventó el 'mute'!). Mientras, los vaqueros y el francés parecen extraídos del peor capítulo de Twin Peaks. Y qué decir de la señora amputada…

Desde luego, David, sin ti nada sería igual.

Escribamos una crítica algo diferente a las que, hasta el momento, ha recibido 'El cuarto mandamiento'. Por partes...

1. Ese hijo, de entrada, lo que se merece son cuatro bofetadas. Bueno, cuatro bofetadas de mayor, porque a los niños no se les toca. Así que de pequeño, con esos rizos y vestido de niña, castigado hasta que se sepa comportar. Y ya crecidito, el resto de la película, esas cuatro bofetadas (o más, que me estoy calentando...) y de patitas en la calle. ¿Que no vas a currar? Jaja!, sí mi niño. No curres, pero aquí no duermes. ¿Y que no me dejas hacer la vida que me dé la gana, yo, que te he traído al mundo? Jajajajaja!, sal de mi vista ahora, pedazo de parásito.

Pero no, ella le hizo caso... (cara de sorpresa).

2. Quizá se acribille la utilidad de ésta, mi crítica, por el presente segundo punto, pero... Obviando la calidad técnica y visual de la película, ¿se me permite opinar que no me ha maravillado? Mmmmm... Riqueza y decadencia, ni más ni menos... Vale que se suprimiera parte de la cinta, pero también vale que como no he visto dicha parte... Todo esto sin dudar lo genial que pudo ser Orson Welles, por otro lado, recordman mundial de apariciones en las respuestas de color rosa (espectáculos) del Trivial Pursuit. Si no te la sabes... ¡¡Orson Welles!!

3. A Joseph Cotten (en este reparto denominado 'Algodón' por nuestros queridos administradores) le pregunto: ¿puedes cambiar la cara, hagas lo que hagas, seas malo, bueno, o nada en particular? Recuerdo 'El tercer hombre', 'Luz que agoniza' o 'La sombra de una duda'... Siempre con esa misma 'media sonrisilla'!! (pero gustas en la pantalla, no te enfades...)

4. Por último... El cuarto mandamiento: 'Honrarás a tu padre y a tu madre' (que conste que tuve que documentarme). ¿Es así como se honra a una madre? Nunca lo hubiese imaginado…

Hala… ¡¡A por el quesito rosa!!

¡Una carrerita y ya estamos perdidos! ¡Bieeeeeennnnnn! Ni un bebé lo hubiera conseguido… ¡Por dios, que estos dos bobos no están en el bosque rodeados de pinos! No quiero ni pensar lo que durarían en El Cedro, La Gomera, sueltos durante unas horas… ¡Se los comen un par de hormigas que pasaban por allí! Ah… ¿Desierto? ¡¡Venga hombre!! Llanuras de arena y tierra, montículos, arbustos, piedras… ¡Era imposible no encontrar más referencias para no perderse!

Mención aparte los diálogos. La absurdez hecha conversación. ¡Jaja! Van Sant presenta 'La roca y el chico que no sabe como subió ni como bajar' y 'Los misteriosos animalillos que tras aparearse sin ser vistos van en busca de agua'.

Sí, sí, algunos planos son preciosos. Volvemos a Las Canarias. Cámara en mano y para Las Cañadas del Teide. Paisaje lunar. También es un maravilloso espectáculo. O para El Roque Nublo, que si no mis amigos canariones se enfadan.

Me parecen geniales los experimentos. Otra cosa es que siempre me gusten.

Después de ver esta extraña película de géneros varios (lo que no implica que deba ser novedosa, ni menos aún buena), quería apuntar algunas cosas en el 'spoiler'...