El planteamiento es demasiado elemental y facilón. Todas las escenas encajan con lo que pensamos que va a suceder.

Pero la película se ve con simpatía y es entretenida visualmente.

Sin embargo se echa de menos una explicación más detallada de cómo son de verdad los entrenamientos hasta conseguir esos resultados gimnásticos tan espectaculares.

En 1950 esta película debió gustar al público. Pero en 2016 se ha quedado muy anticuada por su presentación y modo de filmar una historia.

Diálogos artificiales
Escenas ficticias
Personajes acartonados
Actuaciones estereotipadas

No se salva ni Humphrey Bogart que repite una vez más su figura de duro sin humanidad.

Y, por supuesto, la película es en blanco y negro porque entonces se pensaba que sólo se debían rodar en color las comedias, pero no los dramas.

Están ya muy vistas las peliculas carcelarias y de reformatorios juveniles en las que los carceleros y reformadores son unos sádicos de tomo y lomo.

Ésta, además de ser una de ellas, resulta lenta e incongruente en algunas escenas donde los personajes contemplan impasibles tanto maltratos como peleas.

Da la impresión de que el director lo único que pretende es hacer sufrir al espectador.

Las películas inglesas suelen tener un toque especial de calidad. En ésta, en concreto, al principio quedas un poco desconcertado, porque te presentan a un protagonista extraño con el que difícilmente piensas que vas a congeniar. Es más, sus modales amanerados rayan en la parodia o en lo cómico. Realmente lo que piensas es que te has equivocado al elegir esta película y que no vas a ser capaz de verla hasta el final.

Pero esta sensación dura escasamente cinco o diez minutos. Enseguida, no sabes por qué, notas que la película te va atrapando y que empiezas a congeniar con el personaje. Lo curioso es que el argumento es muy simple y que no ocurre en la acción nada extraordinario. Incluso el resto de personajes está tratado con completa naturalidad, y ni siquiera "los malos" son excesivamente perversos.

Pero al final, a pesar de que la cinta se empieza a hacer un poco larga, te quedas con la sensación de que has visto una película muy digna en la que se retrata un problema humano con un desenlace aún mejor de lo que te esperabas.

Esta película quiere recordar las anticuadas comedias disparatadas de Alfonso Paso, pero sin tener la gracia de aquéllas.

El argumento es bastante inverosímil y todos los personajes son planos y arquetípicos. Lo siento por Charlotte Rampling que hace un papel tan insulso.

Sólamente me reí en dos ocasiones.