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Japón Japón · Shizuoka
Críticas de D_Karasu
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Críticas 24
Críticas ordenadas por utilidad
6
17 de octubre de 2013
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En un futuro cercano, una agencia privada lleva a cabo una de las odiseas espaciales más ambiciosas de la humanidad: mandar una misión tripulada a la menor de las lunas de Júpiter -Europa- para hallar por primera vez vida fuera del planeta Tierra.
Para ello se lanza la nave Europa One cuya paradero se pierde misteriosamente después de perder el contacto con la base.
"Europa One" se trata en definitiva de un falso documental donde se muestra lo acontecido antes y después de perder la comunicación a través de imágenes captadas por las cámaras de la nave, imágenes de archivo y entrevistas de varios testigos.

Como punto de partida resulta más que interesante este ambicioso proyecto del realizador ecuatoriano Sebastian Cordero ("Crónicas" 2004), que capta la atención del espectador y lo hace partícipe de forma subjetiva -como si de un"gran hermano" se tratase- de la evolución de su tripulación durante su largo confinamiento.
Pero esta novedad acaba siendo su peor baza ya que nos encontramos ante una tripulación donde la acentuación en sus personalidades los convierten en personajes caricaturizados (la fría y calculadora, el soñador, el precavido, el iluminado que pierde el juicio, etc) que más que justificarlos síntomas de un largo aislamiento parece que intentan en vano la empatía con el espectador. Actitudes y comportamientos que jamás veríamos en un astronauta experimentado y que en este film parece que son errores de novato, estos hechos te desconectan y les resta veracidad a la historia.

No podemos negar que en esta cinta no este exenta de momentos memorables, el esfuerzo en el realismo tanto técnico como visual de lo que allí se cuenta son recompensados. Pero todo queda eclipsado en la torpeza con que han dibujado a los personajes, el escaso uso de efectos visuales en algunos casos monótonos en otros simplemente inexistentes (Europa aparece como un simple barranco infografico), carencia de un ceñimiento científico y sobre todo la escasez de "contacto físico" con esta gélida luna, nos hace casi imposible crear una atmósfera que nos atrape.

Aún así es un un film interesante que trae un soplo de aire fresco a este subgénero tan inhóspito como es el de la exploración de otros mundos.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
D_Karasu
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8
19 de enero de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tomoyo Shiino es una joven secretaria que hace equilibrios entre una desastrosa vida social y un trabajo que más que enriquecerla le esclaviza. Shiino es otra de esas trabajadoras grises que inundan Tokio. Un día mientras almuerza en un restaurante ve incrédula como en la TV un noticiario informa sobre la muerte de una joven que se ha arrojado desde el balcón de su casa, el nombre de la suicida es Mariko Ikagawa. Su asombro enmudece todo su ajetreado mundo... Mariko es su mejor amiga.

Aún en shock, Shiino decide saber qué ha ocurrido sin importar las consecuencias, esto será el punto de partida hacia un viaje doloroso que se apoyara en sus recuerdos y en las cartas de Mariko que les envió en su infancia.

Lo que en un principio pudiera parecer un thriller o un caso detectivesco donde la protagonista debe descubrir qué hay detrás de aquel fatídico fallecimiento queda descartado a escasos minutos de la cinta. Ya que Mariko ha sido una persona destruida desde su infancia por un padre que la maltrataba y abusaba sexualmente de forma diaria, que le hacía sentir culpable de todo (incluso de que su madre abandonase el núcleo familiar). Y sin apenas tiempo para asimilarlo, la cinta transforma el duelo por la pérdida inesperada del ser querido en un viaje de entendimiento de una vida demasiado dura para que nuestra protagonista quisiera haberla recordado.

Nos convertiremos en testigos mudos, junto con Shiino, de cómo aquella niña de mirada ensoñadora (que lo único deseaba estar con su mejor amiga) con el transcurrir de los años se convirtió en un muñeco roto convencida de que ella era la única culpable de todo. Con el único propósito que su último deseo sea algo que la libere.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
D_Karasu
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7
6 de julio de 2023
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Han pasado 7 años desde que un gran estudio de animación apostara por Hitomi Saito, una joven que había dejado su empleo en la administración pública para convertirse en alguien que revolucionaría en el mundo de la animación. Ahora tiene entre manos esa serie que siempre quiso hacer y que puede despuntar dentro del enorme mercado de estrenos de series anime. El problema y el principal competidor es el admirado Chiharu Oji, que también estrena una serie, y es el causante de que ella cambiase el rumbo de su vida. Sólo puede quedar (ganar) uno…

Anime Supremacy! Es un largometraje interesante en el que aborda la creación de una serie anime, el trabajo entre bambalinas de toda la maquinaria necesaria para llevar acabo el sueño de su creadora (la directora Hitomi, Riho Yoshioka) a la pequeña pantalla. Vemos la incansable y agotadora labor del resto del equipo para llegar a unos plazos casi inhumanos, y por supuesto en búsqueda de una perfección que nunca llega a alcanzarse (hasta el momento en que ella se da cuenta que por encima de todo forma parte de un equipo, que al igual que ella, busca alcanzar el reconocimiento nacional… el éxito en la parrilla y las ventas masivas en DVD y merchandising… el Santo Grial de la animación. Así que, seremos testigos de el día a día de esta joven promesa que eternamente siente el síndrome del impostor, y que deberá enfrentarse con un equipo en el que no encaja. Es un proceso de superación que se cuece a fuego lento y que ella tendrá que encontrar su lugar en el mundo, a través de flashbacks de su niñez y de consejos de su productor (Tasuku Emoto).

El némesis al que debe enfrentarse ella es Chiharu Oji (Tomoya Nakamura) un joven creador que tuvo un enorme exito en su debut, pero que actualmente se encuentra en una encrucijada existencial en el que siente que su obra ha eclipsado su figura. Y que encuentra en esta joven directora un aliciente para seguir en la lucha de alcanzar de nuevo el éxito.

La cinta esta mostrada como una enorme partida de ajedrez o mejor dicho, como una justa donde Hitomi y Chiharu están en combate al último hombre en pie, sus armas sus creaciones: ella, la serie «Soundback» (que entraría dentro del género Mecha), y él, «Liddell Light» (que entraría dentro del género Magic doll). Y como auténticos escuderos (y en algunos momentos figuras opresoras) sus productores, exigentes con los plazos de entrega y de una línea marcada por la cúpula de la compañía.

En este viaje de creación, dolor y desesperación que se convierte el sacar adelante una serie, tenemos que unir la presión de las redes sociales (mediante chats que aparecerán sobreimpresos en la pantalla), de las proyecciones previas, de la inmisericordiosa audiencia y de los jefes de la compañía que únicamente buscan ser los primeros en los rankings que aparece por cada episodio visionado. Y por supuesto, en exprimir hasta el agotamiento cualquier ápice de merchandising que puedan sacar. Sin importar la voluntad del creador, todos buscan un final que le dé más beneficios.

Vemos a medio camino de un pseudo-documental del proceso creativo de los dibujantes, guionistas, artistas de storyboards, pintores digitales, animadores, equipo de doblaje, etc que los lleva a una explotación encubierta. Algo que vemos reflejado en algunos personajes y la repercusión en su vida personal.

Es por ello que Anime Supremacy! se convierte en todo un vademécum para los que han soñado trabajar en un estudio de animación japonés.

El gran hándicap que tiene este film es que por su naturaleza propia es un producto de nicho, no creo que el público ocasional o el general pueda aceptarla de buena gana. Toca temas, términos, géneros, guiños, etc… que si no eres un ferviente seguidor de la animación japonesa (anime) no entenderás completamente su esencia, se te pasarán detalles y no podrás disfrutarlo. Aún así, es un a peli entretenida, que quizás le sobren minutos en sus metraje, pero que hará las delicias a los otakus y quienes quieran trabajar en el mundo de la animación.

(Crítica de Lgecine)
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D_Karasu
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6
14 de septiembre de 2020
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En A land imagined la historia comienza con una búsqueda, dos policías van tras el rastro del trabajador Wang (Xiaoyi Liu), el cual lleva unas semanas ausente de su puesto de trabajo, una enorme obra donde toneladas de arena intentan comerle terreno al mar. Lo que en un principio iba a ser pan comido, se va trasformando en un viaje vertiginoso a un submundo de trabajadores explotados, un cibercafé regentado por ninfas que cobran por servicio, una tierra de almas abandonadas por la sociedad y una pista que se basa en el sueño que tuvo uno de los policías (Lok, protagonizado por Peter Yu). Un sueño que se convertirá en una prueba en la que descubrirás que debes desconfiar de todo aquello que la realidad te oculta.

Quizás podéis pensar, que tal como lo he expuesto es una sinopsis algo enrevesada, pero simplemente es solo un aviso de navegante; porque en este film ni todo es lo que parece, ni lo que parece puede llevarnos a un sitio en concreto.

Con esta premisa, es posible caer en la tentación de pensar que todo lo que veremos en la gran pantalla es un sueño, pero lo cierto es que este camino fácil no nos llegaría a ninguna parte. Porque en A land imagined lo que importa es el viaje en sí y no su término, la búsqueda de los dos personajes protagonistas: uno buscando un modo de escapar de un lúgubre futuro y el otro queriendo saber si Wang es un desconocido o alguien que ve frente al espejo. Dos yonquis de la vigilia que convierten sus sofocantes noches en el momento ideal para explorar este nuevo reino de Hades. A través de una conexión imperceptible que hará de ellos simples peones en una invisible partida de ajedrez.

En aquel inframundo las mujeres casi no existen, los trabajadores se masifican como el ganado, sus nóminas son pagarés para recuperar sus pasaportes, las castas existen y los hindúes son la mano de obra más barata. Un desierto donde un cibercafe es un oasis; y el porno, el videojuego counter-strike, el sexo furtivo y las relaciones virtuales son manjares donde evadirse del calor nocturno y de una cama llena de chinches.

Allí es donde nuestros protagonistas encontrarán a una enigmática mujer (Luna Kwok), una ninfa del ciberpunk que les harán evadirse de su monotonía y les invitará a un paseo por el lado salvaje de la vida. Donde unas canciones hipnotizantes llevadas a cabo por un gentío de danzantes hindúes será su rito iniciático.

Un viaje contemplativo con una maravillosa fotografía, en el que los paisajes e imágenes rezuman simbolismo, pero cuyo ritmo es tan pausado que pondrá a juego al cinéfilo más sosegado. Una trama que irá desarrollándose hasta un punto casi invisible donde te darás cuenta que el tiempo no es una flecha unidireccional sino un fluido muy espeso, en una historia que tiene el sabor del buen cine negro, pero que debido a su “dilación contemplativa” toma otra dimensión.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
D_Karasu
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