Una vez más, no podía dejar la oportunidad de ver una de esas películas que tanto me gustan disfrutar de vez en cuando, ese subgénero al que llamo en un alarde de originalidad, como "cine fronterizo". Y es que mi fascinación por las fronteras ya viene de lejos, esa línea imaginaria que supuestamente separa países y culturas tan a veces diferentes y antagónicas, dependiendo del punto geográfico donde nos encontremos, pero que a su vez, ambos lados de la fontera están condenados a interactuar y fusionarse...

Este es el caso de la película que nos ocupa, la poco conocida (Al menos para mí) Lone Star, dirigida por otro director desconocido para el gran público, John Sayles, que nos sitúa en la siempre idealizada y recurrente frontera entre el inmenso Estado de Texas y México, esa frontera que nos evoca al desierto, a polvorientos caminos, cactus, calor sofocante y mugre.

Podríamos decir que Lone Star, es casi una película coral, donde el director coloca en escena a una variopinta galería de personajes en un pueblo donde su mayoría de habitantes son inmigrantes mexicanos, tenemos al sheriff Sam Deeds (muy bien interpretado por Chris Cooper), ejerciendo su trabajo siempre a la sombra del legado de su padre, el bien considerado Sheriff Buddy Deeds (Mathew McCounaghey).

Gracias al hallazgo casual de unos restos enterrados en mitad del desierto, se inicia la investigación y el detonante de la trama, que es una excusa narrativa genialmente ejecutada para desarrollarnos la historia de un pueblo y sus habitantes a través de los años, Sayles, utiliza aquí de manera inteligente aunque algo clásica el uso continuo de flashbacks.

Lone Star, no añade nada nuevo a esta clase de películas donde se entremezclan diversas temáticas, desde la corrupción policial, abuso de poder, xenofobia e identidad, pero la forma del director de hacer coincidir las piezas y contarnos la historia, hace de esta cinta de corte independiente, una obra de considerable calado. Un thriller dramático memorable y posiblemente una de las mejores películas de "cine fronterizo", si me permiten de nuevo la expresión.

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Me hubiese gustado comenzar esta crítica lo mucho que he disfrutado con esta ficción, pero lamentablemente, no es ficción, Lo de que la he disfrutado mucho, si es cierto, he disfrutado y paladeado esta cinta basada en hechos reales desde un punto de vista cinéfilo, por otro lado me han repugnado los hechos que narran esta película.

Centrándonos en la obra en sí misma, Spotlight es una película poderosamente rodada que centra su trama en la ardua y compleja investigación del grupo de periodistas que sacó a la luz el escándalo. Todo el metraje discurre entre despachos de redacción, largos pasillos de estanterías, bibliotecas iluminadas por flexos, sótanos atestados de documentos, Tribunales de Justicia, barras de bar donde se arrancan confesiones, escenas en busca de testimonios, entrevistas y pruebas de víctimas y verdugos.

El director Tom McCarthy, hace hincapié en mostrarnos la difícil tarea que supuso sacar toda esta historia a la opinión pública, nos zambulle de lleno en las entrañas del trabajo de investigación periodístico. El pulso narrativo es encomiable, digno de un buen thriller, no deja tregua al espectador que participa intrigado como silencioso testigo en la labor de los periodistas.

Con un reparto coral y un elenco de actores que están en estado de gracia en esta película, Spotlight, nos introduce de lleno en las cloacas malolientes de la Iglesia Católica, en esa institución enferma y medieval que intenta tapar los casos infames de pederastia, que hará lo que sea y moverá los hilos que haya que mover para tapar sus miserias.

Spotlight, más allá de ser una gran película y narrar los hechos de manera aséptica, sin posicionarse, ni dar ningún tipo de lección de moralidad (no como otros) Es todo un alegato en favor del periodismo libre y comprometido. Es esa clase de películas que haría salivar de placer a estudiantes de periodismo y le haría salir un sarpullido a personajes como Marhuenda e Inda.

Lo mejor: Es muy entretenida, parece un thriller, sin ningún tiro, puñetazo ni explosiones, la clave está en su guión.

Lo peor: Que desafortunadamente, y por la historia que narra, no sea del paladar de cualquier tipo de público.

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Musarañas es esa clase de pelìculas que no aportan realmente nada original al septimo arte, de hecho si esta pelicula fuese americana, su valor seria menor, no obstante al tratarse de una cinta española debemos situarla como un brillante ejercicio y aportacion al cine de genero patrio.

Veo en Musarañas demasiadas referencias al cine clásico de Alfred Hitchcock, a la Misery del maestro Stephen King, y si me permiten a la brutal pelicula francesa Á l'intérieur (2007).

De todas maneras debemos aplaudir con mucho gusto la ópera prima de los debutantes Juanfer Andres y Esteban Roel, avalados por Alex de la Iglesia.

A pesar de ciertas excentricidades y agujeros en la trama, la pelicula nos muestra con pocas sutilezas la enfermedad mental, los traumas infantiles y la absurdez de las religiones. Una película que se sustenta principalmente al excelente papel interpretado por una muy solvente y quizá algo excesiva Macarena Gómez, una esquizoide sacada de un manual que tiene una particular forma de amar bastante insana.

Una historia que va volviéndose más truculenta y que sólo puede finalizar nada más que en la más absoluta de las tragedias, en una muy efectiva traca final con sus toques gore.

Una película más que aceptable y efectiva que a pesar de tener muy poca originalidad, se agradece como un entretenido thriller psicológico.

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Hola buenas ¿Se puede? Simplemente me pasaba por aquí para opinar humildemente (todo lo contrario que Nolan) y bien es cierto que algo tarde, sobre la que ha sido una de las películas más esperadas del año. Me estoy refiriendo a Interstellar de Christopher Nolan, poca luz puedo arrojar más sobre una película que ya ha dado mucho que hablar (y escribir).

Lo que si he percibido claramente es que he podido ver dos corrientes totalmente posicionadas: Los adoradores y los "haters" de Nolan, yo claramente me posiciono en la corriente adoradora del maestro inglés, pero en este caso particular me quedo en tierra de nadie, no seré yo en esta ocasión quien rinda pleitesía a mi amado director.

Para mí Interestellar, es sin duda alguna la obra más ambiciosa del director, pero ha resultado ser la película que me ha dejado más frío. En la película que nos toca, vemos claramente todos los signos inequívocos del director: Guión sólido, banda sonora que sabe reforzar momentos álgidos, una estética muy cuidada y fotografía impecables y una grandilocuencia en sus historias que son marca de la casa.

Nolan ha querido en esta ocasión dar un paso más a su obra y dotar al conjunto de la película una trascendencia casi mística, es inevitable, y muchos ya lo han hecho, comparar Interstellar con la película El árbol de la vida del pretencioso Terrence Malick, con la aburridísima Solaris de Andrei Tarkovski o con la grandiosa 2001: Una odisea del espacio de Kubrick.

Es justo aquí donde Nolan pincha, porque en su afán de emular u homenajear a estos directores de culto, Nolan se olvida por momentos que delante de la pantalla hay simples espectadores en busca de que le cuenten una historia, detrás de su (a veces) denso guión lleno de referencias a la astrofísica y la metafísica, que a veces cuesta seguir (desconozco si los postulados científicos de la cinta son ciertos), detrás de su preciosa fotografía y muy solventes actores, detrás de todo eso, y después de casi 3 horas de metraje, (OJO CASI-SPOILER) nos deja en el tramo final, un giro argumental visto mil veces en la historia del cine de Ciencia Ficción y un mensaje tan simple y azucarado de que el amor trasciende sobre el espacio-tiempo que parece firmado por Walt Disney.

No obstante, no debemos olvidarnos que es una película del bueno de Noli y al fin y al cabo, suele dejarnos en sus películas algún puñado de escenas memorables, le dejaremos pasar este pequeño traspiés porque lo merece.

Gracias al montaje impecable de la cinta y su estética, la película ya merece ser visionada, más que nada para debatir sobre lo humano, lo metafísico y sobre el postureo del cine posmoderno.

Es justo y necesario que a veces se desmonten un poco los clichés de la comedia romántica americana que tanto han azotado al cine reciente. (con peor o mejor suerte) Porque al fin y al cabo, la comedia romántica es predecible hasta decir basta, me cuesta mucho tragarme este tipo de películas que generalmente no aportan nada al séptimo arte.

Añadiría cintas como (500) días juntos, El apartamento y Atrapado en el tiempo, como mis preferidas de este subgénero. (Aquí si me niego rotundamente a realizar una clásica lista de las mejores).

También sería muy injusto calificar esta película como una simple comedia romántica, el eje principal de la historia no gira en torno a eso, es una película que trata principalmente sobre la música (que no musical).

Begin Again (Can a song save your life?), supone el desembarco al cine estadounidense de John Carney, un dublinés que maravilló al mundo en 2006 con esa modesta y formidable película indie llamada Once.

La comparativa entre Begin again y Once es ineludible, ya que la historia y la estructura del film es similar, en el caso de Once, la banda sonora me resultó bastante más atractiva.

SINOPSIS: Novios desde el instituto, la pasión por la música lleva a la británica Gretta (Keira Knightley) y a su novio Dav (Adam Levine) hasta Nueva York. Pero cuando él, una vez alcanzado el éxito y la fama, la abandona, ella se queda completamente desolada. Una noche, un productor de discos (Mark Ruffalo) recién despedido, la ve actuar en un bar de Manhattan y queda cautivado por su talento.

A pesar de los personajes estereotipados de los protagonistas (cantantes folk, productores musicales y hipsters de pega atormentados) , el film esconde un sentido homenaje a la verdadera pureza de la música independiente y una crítica directa a las discográficas, productoras y sus desfasados métodos que ya no son aplicables a la industria musical actual.

Mark Ruffalo es un excelente actor, está perfecto en su papel de productor musical fracasado y borrachuzo. A Keira Knightley, está correcta y comedida sin más, a pesar de que le tengo mucho gato y la veo más como una actriz florero de tres al cuarto, no obstante, le sigo recomendando que se apriete más de vez en cuando entre pecho y espalda una caldereta o un potaje de garbanzos, le hace falta.

En definitiva, Begin Again es un producto que funciona en su propuesta alejada de los clichés del género y de pretensiones modernas, no se dejen engañar por los (muchas veces) tramposos trailers y carteles, es honesta y sencilla, y la ciudad de Nueva York cobra un especial protagonismo, hacía tiempo que no se veía así de bonita en el cine.