Podría resultar extravagante como se desarrolla la trama donde se conjugan todo tipos de seres tan congruentes, así como los absurdos y otros tantos estereotipados. Pero en sí recorren un sinuoso camino donde valen más los personajes secundarios confrontados a un juego que queriendo o no, lo llevan al extremo.
Y es verdad que nada puede ser cierto pues es demasiado ficticio como para asemejarlo a la realidad, por ello los mafiosos, el hacker o el pretexto del cigarrillo son patrañas que antepuestos a una pareja de farmaceúticos en crísis (con una Carmen Madrid, estupenda), una española victima del vouyerismo, y un matrimonio de peluqueros con una mujer llena de codicia y malicia, hacen que la balanza se ajuste a favor del divertimento banal, que en ningún caso intenta imitar, aunque hoy en día cualquier film por original que parezca tendrá atrás muchas películas o directores con las que tendrán similitud y habrá comparaciones de por medio, hecho que desfavorecen el producto del material que en ningún momento pretende competir ante nada ni nadie.
No ví nada fuera de lugar en ningún rubro, aunque hay que ser muy claros en que no trasciende de forma cultural, pero si en la de pasatiempo, y lo hace bien.

Obra que ese encuentra en la boca del lobo, ya que eslabona su filosofía en escenas muy cargadas en lo culterano, pero a la vez accesibles y no tan complejas como podría suponerse.
Un Alejandro Jodorowsky, que en todo momento juguetea con la inmoralidad y su variada expresión surrealista. Cada uno de los pasos en las películas que he visto de él, prolonga sus inquietudes en imagenes muy disparadas de la normalidad. Nada es tan común aunque le sea a uno conocido el tema del que habla. Es como un forcejeo con la cordura.
El resto se proyectan como sumisos cómplices como la fotografía preciosista y muy cuidada que dan la rara sensación de una quimera. Actuaciones limitadas, sobre todo el personaje de Lis, pero curiosamente no perjudican el resultado del film. Un guión interesantísimo con muchos subtextos y simbolismos de por medio.
Como sea, es una de esos productos que dasfasa los criterios en extremo pero que sin lugar a duda se tiene que ver y no como simple curiosidad.

La inmoralidad ha existido por generaciones. En cada época se ha manifestado de diferentes formas y sus practicantes han sido innumerables. Y lo que resulta a estas alturas del milenio con tanta tecnología, tanto dinero de por medio y tanta libertad a la sexualidad (al menos ya es muy dificìl encontrarse a gente mojigata, que las hay) es más sencillo empaparse en un inmenso mar de temas relacionados al sexo.
Y lo que en esta película vemos es sólo un personaje adicto al sexo, a la pornografía y a la masturbación. Como lo hay personas que lo son al trabajo, o a las drogas o al alcohol o...
No se mide y por ello lo hace diferente, pero no por ello es un monstruo. Brandon, el personaje central, no viola, ni practica el sexo fuera de lo común. Paga muchas veces por ello, claro, pero es en sí por que tiene aberración a una relaciòn estable.
Todo lo anterior hace que este filme de Mcqueen, sea realmente bueno, ya que basa todo los valores en un tipo que cualquiera se pudiera encontrar en la calle y jamás imaginarse que tiene semejantes hábitos tan incontrolables.
La trama es genial por que lleva a dos hermanos al límite, y aunque hay acciones que les traen consigo problemas en ocasiones, seguirán siendo los mismos por siempre, a final de cuentas nadie es perfecto.
Las actuaciones de los dos actores protagonistas son magistrales, el guión interesantísimo, la dirección formidable, y el tema muy actual. No se puede pedir más.
Para terminar, quiero mencionar que las escena donde los hermanos estan frente al monitor en la sala, es lo mejor que he visto en meses.

Dicen que el gusto se rompe en géneros, y es muy cierto, ya que para algunos lo que este film parece una obra de culto, para mi es una infamia.
Hay muchas cintas que manejan el absurdo y me agradan, pero en este caso las victimas de los tomates somos muchas al caer en un aburrimiento letal, y que al parecer el dormir al espectador son sus mejores armas.
Y es que parece que nadie se tomo nada en serio, ni para actuar, ni para escribir el guión, ni para dirigir, y mucho menos para divertir ya que ese era su objetivo, bueno eso creo.
En fin, que quisíera tener más argumentos para defenderme de dichos tomates, pero francamente me vencen...pero de sueño!!!

Juro por el inmenso manto celestial que puse toda mi atención para ver esta película, pero lejos de entenderle me quedè boquiabierto...pero del bostezo que me inspiró.

Es bien sabido que el director sabe su trabajo ya que todo lo técnico tiene pies y cabeza, nada es gratuito, pero eso a que en conjunto tenga un resultado creible pues nada que ver.

El concepto surealista con un toque efervecente de punk habría dado para una trama coherente y mucho más disfrutable.

Digo, no quiero ya todo digerido, pero por todos los santos, a la mitad de la película ya estaba confundido hasta las cachas tratando de entender lo del primer minuto.

Esperaba poder redactar como mínimo un parlamento acerca de mi opinión sobre una escena, ya fuese un detalle o una reflexión, que sé yo, lo que fuera y estuvíera al alcance de mi coherencia, pero quizás mi mente estaba en automático y no engrané bien para hilvanar un apunte.

Y mejor me detengo en mi crítica hasta aquí ya que me estoy Tetsuando, perdón, quise decir
confundiendo.