Aparentemente inofensiva película de la factoría del ratón destinada para ser vistas por familias los domingos por la tarde. Bruce Willis se pasa la película entera en piloto automático pero como en muchas otras ocasiones consigue mantener al público gracias a su innegable carisma y presencia en pantalla. El resto del reparto (a pesar de incluir gente con talento como Emily Mortimer o Lily Tomlin) y la sosa dirección (por no mencionar el apartado técnico en general) tampoco ayudan a elevar el simple guión que en ningún momento es lo suficientemente gracioso, dramático o divertido para justificar la existencia de esta cinta.

En teoría es tan inofensiva y simple que casi daría hasta vergüenza criticarla más de la cuenta (en plan 15añero agresivo pegando a chica de 8 años en muletas) si no fuera por ese mensaje bastante ofensivo y conservador hasta la medula que a pesar de ser uno de los mejores en su trabajo (asesor de imagen) su vida no tiene valor hasta que esté casado, con hijos y con un perro. Aquí tenemos a Disney adoctrinando a futuras generaciones a aceptar el concepto de familia nuclear como el único valido. Un más que dudable método para asegurar que Disney siga siendo lo más comprado en entretenimiento familiar aunque pasen las generaciones.

En resumen: Cualquier parecido con la obra y la calidad de la cinta de Chaplin es pura coincidencia y absolutamente involuntario.

The Kid: 2 de 5 ejecutivos de Disney frotándose las manos