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España España · Sevilla
Críticas de Seldon
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Críticas 245
Críticas ordenadas por utilidad
7
9 de enero de 2017
23 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Si lo que te gustan son las series sobre el sistema judicial americano, sobre los juicios, los abogados, los pactos con la fiscalía,... esta puede ser tu serie. Porque es una serie más sobre juicios. Y la verdad es que hay muchas, incluso entre las recientes, por ejemplo American Crime Story (la de O.J. Simpson). Si que es cierto que no es sobre abogados glamourosos, ni sobre bufetes millonarios, pero en eso tampoco es original: hay series de este estilo, como American Crime.

Si lo que te mola es una serie que se refocile en la imperfección del sistema judicial y policial, donde se deje claro que importa más dar con un culpable rápidamente o llegar a un acuerdo antes que ir a juicio, esta también puede ser tu serie, porque es una serie más que va sobre eso. Claro que también hay series recientes que cuentan eso, como American Crime.

Si lo que te va es una película de denuncia social, que desenmascare el racismo de la sociedad (con los negros, los hispanos, los musulmanes,... eso da lo mismo) a la hora de buscar culpables, esta también puede ser tu serie, porque es una serie más que va sobre eso. Claro que también hay series recientes que cuentan eso, como American Crime.

Bueno, pero ahora en serio, no todo va a ser American Crime. De hecho esta serie no es tan aburrida como aquella. Si lo que te va es un drama carcelario, que muestre lo chungo que es estar en prisión, sobre todo si eres un pipiolo novato e inocente, los guardias que miran para otro lado, los chachullos para meter droga en la prisión, los capos que mandan dentro y ofrecen protección. Las cosas que tienes que hacer para sobrevivir allí,... entonces esta también podría ser tu serie, porque gran parte de la serie va sobre eso precisamente.

En cambio si lo que te mola es un thriller policiaco, una serie negra, sobre la investigación policial de un crimen, la búsqueda del culpable y demás... entonces esta podría ser tu serie, porque es una serie más sobre eso. Al menos en parte, porque aquí es una parte bastante secundaria (a ver, esto no es Bron|Broen ni True Detective, no nos engañemos).

En fin, lo que quiero decir es que The Night Of tira un poco de todos los palos, y mezcla varias cosas en una misma historia. ¿Dónde está la originalidad? Pues quizás en mezclarlas, precisamente. ¿dónde está lo atrayente de la propuesta? Pues en el tono de cine negro, pesimista, tristón, .... y sobre todo en el personaje de John Turturro.

<< el resto en el spoiler, aunque relamente no desvela gran cosa de la trama >>

¿Dónde está para mi gusto el principal problema de la serie? Bueno para la mayoría de la gente no habrá ninguno, pues parece que esta serie está “bendecida” por crítica y público, pero para mi si lo tiene y es la duración... Si, la duración. El hecho de que sea una miniserie y sólo tenga 8 episodios no significa que se necesiten 8 horas completas para contar esta historia. De hecho creo que puede caer en la monotonía. Para que os hagáis una idea: es parsimoniosa hasta el extremo de retratar con pelos y señales todo el proceso de traslado entre la comisaría, la prisión de la isla de Rykers, los juzgados... el autobús cruzando por el puente, las entradas, las salidas, las verjas que se abren,... hasta el tedio.

En realidad, si lo piensas un poco, de los ocho episodios que tiene la serie, le sobran los seis del medio. En serio, sin exagerar... probad a ver sólo el primer y el último episodio y veréis como la serie funciona perfectamente. El resto, salvo quizás las escenas de Turturro, realmente aportan poco... haced la prueba.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com/2017/01/the-nigh-of-falso-culpable.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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5
22 de junio de 2017
19 de 22 usuarios han encontrado esta crítica útil
A mediados de los años 80, la canadiense Margaret Atwood estaba preocupada por la nueva ola de conservadurismo que parecía avanzar por el mundo: eran los años de Reagan y de Thatcher y de otros gobiernos conservadores.

Así que decidió escribir una especie de fábula, una distopía. En el mundo imaginado por Atwood, años continuados de contaminación ambiental, las enfermedades y los malos hábitos de vida y alimentación (industrializada pero poco sana), han provocado serios problemas de fertilidad: pocas parejas pueden tener hijos, y menos aún son los que nacen vivos.

Se ha establecido un régimen militar en el que los jerarcas (los llamados Comandantes de la Fe) detentan un poder absoluto y teocrático sostenido por los llamados Ángeles (los soldados), y por los Ojos de Dios (o simplemente los Ojos, una especie de policía del pensamiento o policía secreta que espía y vigila a los posibles disidentes). En este mundo con problemas de natalidad son crímenes muy graves la homosexualidad, el aborto y el sexo que no tenga como fin la reproducción: garantizar que haya más niños.

Y sin ser mala, y tener cierto éxito y obtener cierto reconocimiento, lo cierto es que la novela tampoco logró pasar a los anales de la ciencia ficción como uno de los libros más recordados. Hasta cierto punto es lógico, en esto de las distopías Un mundo feliz y 1984 dejaron el listón muy alto, y The Handmaid’s Tale es un libro mucho más adulto que las historias distópicas de adolescentes que vendrían después (series como las de Los juegos del hambre, Divergente, El corredor del laberinto,...) y que si tendrían mucho éxito de público.

Algunos años después, en 1990, se hizo esta adaptación al cine, una película alemana que en España se tituló El cuento de la doncella, que no es que estuviera mal, pero que no tuvo ningún éxito y es bastante poco conocida.

En el mundo imaginado por Margaret Atwood, las mujeres tienen asignados unos papeles muy concretos y son divididas en clases (casi como castas) y obligadas a seguir un estricto código de conducta y de vestimenta.

Están las esposas, la cúspide de la pirámide aunque para ellas también rigen prohibiciones como las de leer o escribir libros, que visten siempre de azul. Por supuesto están las viudas, las esposas cuyos maridos han fallecido (vestidas de riguroso negro, sobran las explicaciones) y las hijas, tanto naturales como “adoptadas” (ya os explicaré lo de las comillas), obligadas a vestir de rosa (los hijos no, esos siguen otro camino).

También están las Martas, mujeres que no pueden tener hijos, bien por su edad, bien por ser estériles (recordad que la esterilidad es un serio problema en este mundo), que están destinadas a ser sirvientas dedicadas a las tareas del hogar: cocinar, limpiar...

Y también están las criadas que también son sirvientas asignadas a las familias de los comandantes, vestidas de rojo, pero estas si son mujeres probadamente fértiles, que pueden tener hijos.

Por último están las tías, mujeres no fértiles, no casadas y normalmente de cierta edad que visten de color marrón, las únicas a las que se permite leer, y cuya función es adiestrar a las criadas.

Por supuesto no toda la población vive así: esto está reservado para los jerarcas del régimen, los Comandantes y sus familias. El resto (los hombres de clase social más baja, tienen esposas que deben cumplir todos los papeles (esposa, Marta, criada) a la vez, a las que se denomina “Econowives” en el original.

Y estas son las mujeres “legítimas”, las clases socialmente aceptadas. Además están las no-mujeres (las solteras por decisión propia, las lesbianas, las monjas, algunas viudas, las criadas que no han logrado concebir hijos, y en general las mujeres “disidentes”) que son ejecutadas o exiliadas para trabajar en las llamadas colonias (áreas rurales, agrícolas, con fuerte polución).

Y por último las Jezabels, las prostitutas, bien las que ya eran profesionales antes, bien las que se han visto forzadas a ello para eludir ser declaradas no-mujeres.

Pero el meollo de la historia (y la razón del título: El cuento de la criada) viene del papel de las criadas (o las doncellas, según la versión). Su “trabajo” es tener hijos, y se considera casi sagrado, una bendición. El problema es que no es voluntario, claro, es obligado: la historia cuenta las vivencias de una de ellas, que es capturada cuando intentaba escapar con su familia a Canadá.

Aunque rodeada de una parafernalia y una liturgia místico-religiosa, su papel no es otro que el de ser úteros andantes: son reproductoras, están ahí para tener hijos. Cada mes, en sus días fértiles, tiene lugar “la ceremonia” en la que se tienden de espalda sobre el regazo de la esposa que la sujeta, mientras el comandante intenta hacer lo suyo. Todo muy aséptico y muy ceremonial: Nadie se desnuda, ni la criada ni la esposa ni el comandante, por supuesto el comandante no toca ni acaricia a la criada (aparte de penetrarla, claro). De hecho la criada (aquí es la doncella) debe vestir un velo rojo que le oculta la cara.

Más en: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2017/06/el-cuento-de-la-criada-nolite-te.html
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Seldon
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10
1 de octubre de 2013
18 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Antes de que nadie me tilde de exagerado... ¿la mejor? ¿Seguro? ¿Mejor que otras grandes –y de culto- como Los Soprano, The Wire, o alguna de las series de calidad que aún están en activo? Pues sí... sin dudas. Y encima, no es de la todopoderosa HBO: es de la cadena AMC, que ya tiene algunas series magníficas como The Walking Dead, y otras que cuentan con el favor unánime de la crítica, como Mad Men.

A diferencia de lo que ocurre con otras como Los Soprano, en esta serie no existen momentos muertos, episodios flojos en los que parece que no pasa nada y que no hacen avanzar la trama, salvo quizás el de la mosca, pero incluso en éste, con toda la paranoia, la trama avanza (Los Soprano es muuuy buena, pero los tiene).

Además, no es una serie excesivamente exigente con el espectador, no es lenta, no tarda en arrancar, no necesitas ver 10 episodios para apreciar la calidad y engancharte (por ejemplo de The Wire es magnífica, sobresaliente, pero le pasa esto). Con esta no, os reto a ver los tres primeros capítulos de la serie y ver si luego podéis abandonarla y no ver más: van enlazados, tiene un ritmo vertiginoso y hacen gala de un humor negro bestial

Y por último, en general, las series, por muy buenas que sean las primeras temporadas, tienen tendencia a alargar las historias innecesariamente y acumular episodio tras episodio para seguir haciendo caja, disminuyendo el nivel de calidad global, hasta que las cancelan o las acaban apresuradamente. En esta no es así: cada temporada es mejor que la anterior.

La verdad es que tengo que confesar que tarde bastante en empezar a verla: aunque había oído hablar muy bien de la serie, nunca me había decido a echarle un vistazo... ¡craso error! Y fue precisamente por su sinopsis. Me explico, lo que yo conocía por lo que la gente me contaba y lo que leía iba más o menos así:

“Es la historia de un profesor de instituto, que tiene problemas de dinero (hasta el punto de necesitar un segundo empleo en un lavadero de coches), una hipoteca que pagar, un hijo minusválido, y una mujer que acaba de quedarse embarazada... y en estas que al pobre diablo le diagnostican cáncer de pulmón inoperable. Así que el hombre, desesperado, decide meterse a narcotraficante”.

Como podéis imaginar, con una descripción tan alegre a lo que me sonaba era a dramón lacrimógeno y lo que menos me apetecía era dedicar horas de mi vida a ver las desgracias de este pobre hombre.

Pero no, de eso nada. No es que la sinopsis anterior diga ninguna mentira... Es que hay más, mucho más.

Los jugadores de billar (del americano, no del francés), cuando las bolas no se separan bien tras el primer tiro y quedan en una mala posición, dicen que “las bolas han roto mal”. Y, a partir de ese mal movimiento inicial, la partida puede torcerse y todo acaba yendo de mal en peor. Ese es el Breaking Bad del título, empezar con mal pie, torcerse, ir de mal en peor. Porque de eso es de lo que va la serie, de cómo un hombre, esencialmente buena persona, y al que sólo mueve la buena intención y un interés en teoría altruista (su preocupación no es él, es su familia) se va volviendo, poco a poco, temporada tras temporada, un verdadero cabrón con pintas. Y todo empujado por una mala decisión y por las circunstancias, siempre por las circunstancias.

Walter hace lo que hace primero por necesidad, luego por prurito profesional, después lo hace por el orgullo que siente de su producto. Posteriormente lo hace simplemente porque no puede parar de hacerlo, aunque lo intente, no le dejan, y al final lo hace por simple avaricia... y porque le gusta: es bueno en lo que hace lo sabe y le gusta.

En fin, una verdadera obra maestra de la TV. Fue bonito mientras duró, pero tenía que acabar: Echare de menos la químinca que existe (nunca tan apropiado el adjetivo) entre Walter y Jesse Pinkman, o personajes tan buenos como Hector Salamanca, Mike, Saul... o ese villano de Gus "hermanos pollo" Fringe. Y esa cabecera con el humo y la tabla periódica de los elementos químicos con esa guitarra a lo Ry Cooder sonando de fondo.

Si quieres leer más, pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2013/09/breaking-bad-probablemente-la-mejor.html
Seldon
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5
16 de septiembre de 2006
16 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pues eso, ni es una obra maestra, ni logra capturar al espectador de principio a fin sin baches en los que flojee, ni es un argumento completamente original.
Eso si, es una película muy digna, muy entretenida, razonablemente bien hecha, con una guón atípico en España, y que logra entrener sin más pretensiones que ya es bastane (o bueno quizá alguna si que tenga: el personaje del político populista y que trata de atraerse a las masas de jóvenes votantes, resulta inquietante)
Seldon
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4
31 de diciembre de 2014
19 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luck es una propuesta fallida de la HBO. Y eso que a priori lo tenía todo para ser, si no una de las mejores de la cadena, por lo menos una de las que se mantuviera en la media de la misma:

La serie fue creación de David Miclch, que ya fue guinonista de Hill Street Blues (Canción triste de Hill Street) y que fuera también creador de Deadwood. Como en otros casos últimamente, el primer episodio lo dirigió un director de cine de prestigio: Michael Mann. Para protagonizarla se buscaron nada menos que a un actor de primera línea como Dustin Hoffman. Y mezclaba en su trama una venganza de un hombre de negocios, expresidiario, contra sus antiguos socios con el mundo de las apuestas, en este caso en las carreras de caballos.

Con estos mimbres parecía que iba a salir un buen cesto... pero no fue así.

¿Y de que va? Bueno, son varias historias cruzadas. La principal sería la historia de Ace Berstein (Dustin Hoffman) un hombre de negocio de turbio pasado que acaba de salir de la cárcel después de haber pasado tres años encerrado. Ace quiere vengarse de sus antiguos socios, por cuya causa fue a prisión, y para ello decide comprar primero un caballo, y planea hacerse con el hipódromo completo, para montar algún tipo de negocio (no muy bien explicado, pero intuimos que no del todo limpio y que involucrará a sus antiguos asociados como parte de su venganza). Como no puede actuar a cara descubierta usa como “hombre de paja” a su hombre para todo, Gus, que es quien realmente aparece como inversor y comprador del caballo. Aunque entiende de caballos y de carreras de caballos menos que yo, que ya es decir.

Por otro lado está la historia de Turo Escalante, un entrenador de caballos al que contrata Ace, que también tiene sus asuntillos turbios intentando influir en las apuestas de los caballos a los que él entrena para obtener beneficios, bien directamente apostando, bien logrando precios más ventajosos a la hora de vender los caballos.

Y por otro lado están cuatro pringadillos, adictos al mundillo de los hipódromos, las carreras de caballos y las apuestas: Jerry, Marcus, Renzo y Lonnie. Sobreviben sin mucha suerte pasando sus días en el hipódromo de Santa Anita, pero tienen –sobre todo uno de ellos- un talento especial para las combinaciones a la hora de hacer apuestas en las carreras. Así que –pese a ser los típicos personajes de perdedores- acaban ganando una apuesta importante, y también deciden meterse en el mundillo de ser propietarios de su propio caballo.

Y todo esto ambientado en el mundillo del hipódromo y las carreras, con las pequeñas historias de los jockeys con experiencia venidos a menos, o los jockeys inexpertos con posibilidades y futuro en busca de que alguien les de una oportunidad, o los representantes de los jockeys.

La serie está muy bien ambientada, tiene escenas de carreras en el hipódromo bien rodadazas, y tiene actores solventes, y no sólo actores poco conocidos. Además del propio Hoffman tiene a secundarios como Denis Farina, o incluso a Nick Nolte, que interpreta a un viejo criador y entrenador de caballos que también busca una oportunidad para derrotar a Turo con su propio semental.
Pero a pesar de todo esto... falla. Bien, de acuerdo que es una serie lenta y exigente, con tramas que toma su tiempo desarrollar como pasaba con otras series de la HBO (como The Wire, o Los Soprano). Incluso se podría decir que el mundillo de los hipódromos, las carreras, las apuestas y demás no la hacen “fácil” para el gran público. Pero no es el tema, es el tratamiento que le dan. Hay muchas series con un tema aparentemente árido y alejado del gran público que han resultado ser grandes series e incluso tener mucho éxito comercial. Ese no es el problema.

Luck nunca acaba de arrancar del todo, nunca acaba de emocionar, y por más que puse de mi parte se me llegó a hacer aburrida, que obviamente es lo peor que le puede pasar a una serie. Incluso la HBO se dio cuenta, y la primera temporada, de 9 episodios, que se estrenó en diciembre de 2011 y se emitió en los primeros meses de 2012 no obtuvo buenas audiencias. Más bien las obtuvo pésimas.

Y en estas estaban cuando en marzo de 2012, al parecer durante un entrenamiento pues ni siquiera estaban rodando una escena de carrera, uno de los caballos con los que la productora contaba para rodar la serie, tropezó, se calló y se rompió una pata. Parece ser que los veterinarios dijeron que no tenía solución, que no era operable y se hizo lo que se hace en estos casos: se sacrificó al caballo. Pero las asociaciones de defensa de los animales (la PETA entre ellas) se echaron encima de la HBO y la criticaron duramente. A los pocos días HBO anunció que cancelaba la serie, aunque se siguió emitiendo la primera temporada, que estaba completamente rodada.

El motivo oficial fue que, a pesar de mantener todas la medidas de seguridad, no podían garantizar que accidentes como ese no ocurrieran, como de hecho ocurren en los hipódromos. Pero creo que más bien la HBO vio la oportunidad y, dadas las bajas audiencias, decidió quitarse de encima una serie muy poco rentable y una apuesta perdedora.

Si te ha gustado y quires leer más pásate por: http://el-pobre-cito-hablador.blogspot.com.es/2014/12/luck-no-es-el-tema-es-su-tratamiento.html
Seldon
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