Mala, muy mala. Hay cosas que no se pueden perdonar y que más allá del limitado presupuesto podrían salvarse con un poquito de voluntad, como es el caso de muchos títulos de la denominada serie B y de este Gwangi que me acabo de tragar. Porque no siempre se proponen esfuerzo y ganas para contrarrestar el bajo presupuesto, en este Gwangi hay malas ideas una detrás de otra, situaciones ridículas por las que no paso. Esta película se hizo con más prisas que con gracia, la retahíla de estupideces me ha dejado asombrado porque aunque sea de 1969, de eso estoy seguro, había mentes creativas que hacían las cosas mejores y con mayor sentido. Vaqueros cazando un ser prehistórico... Se podría haber hecho mejor, seguro.

No me voy a referir a los efectos especiales, tremendamente malos, podría pasar eso por alto incluso, se trata de la insuperable mala idea de meter en un valle de un desierto un mundo perdido con dinosaurios de todo tipo, algo sugestivo para algunos, para mí estúpido de un principio, pero sobre todo en su desarrollo. No perdono correlaciones tan disparatadas minuto tras minuto. Dentro de la ilógica hay un trabajo malo, muy malo...

Sé que las escasas ocasiones en las que me he puesto ante cualquier producto de animación, recomendado por uno o por otro, mi decepción empieza justo en el principio y todo lo que sigue es complicado de soportar. A menudo no llego ni al final, el desenlace me importa tan poco como lo anterior. "Chicken run" no es ninguna excepción para mí, no soporto estas cosas, que unas cuantas gallinas nos enseñen valores humanos, que pretendan tener gracia, sentimientos, conciencia más allá de cualquier instinto, que los animales no sean animales y que pretendan inspirar ternura, afecto, amistad o cualquier otra cosa relacionada con lo humano. La cuestión no es que la técnica sea buenísima o si los efectos usados son de una profesionalidad puntera, para mí la clave es que son gallinas de plastelina y eso nunca me va a hacer gracia. Al menos son sólo ochenta minutos, un suplicio con el que me he castigado, una pérdida de tiempo, ¿por qué a veces haré cosas así?, ver cosas que no valen la pena!!!! Nunca más.

Ya conocía la sinopsis y sabía que podía encontrarme con lo que he visto. He querido verificarlo. Sabía que podía no interesarme en absoluto y no ha habido sorpresa. Enseñar las cosas malas que existen me repatea: malos hijos a la vera de malos padres, drogas, putas, destrucción, depresiones, lágrimas, incluso muerte... Me molesta que alguien quiera enseñarnos estas cosas, únicamente partes de una realidad que no aporta nada positivo.

No me interesa ni siquiera si la historia está bien contada o si los actores la bordan, de ahí que le ponga un dos, no más. Las risas, el buen rollo, la superación de los problemas y sobre todo, las flores, no dejarán de existir aunque hayan señores como Lumet que se lo intentan cargar.

He podido darme cuenta con esta absoluta estupidez del siglo pasado que como en el cine hay para todos los casos pioneros, Walt Disney y su "Fantasía" suponen para mí los precursores de la variante idiota del cine de animación. Me doy cuenta que con los tres calificativos sinónimos escritos (imbecilidad, estupidez, idiota) defino con exactitud lo que es para mí este lamentable (otro más) ejemplo de cine de animación. No sería justo decir que mi reproductor de música del PC ofrece una serie parecida de imágenes que se mueven al mismo ritmo con cualquier canción, no, eso sería pasarme porque en 1940 ya tenían trabajo haciendo dibujitos, ese es el mérito exclusivo de "Fantasía". Todo lo demás me ha aburrido dolorosamente, por la música clásica en primer lugar, que ni me interesa ni me gusta y aquí es el protagonista paralelo a la animación. Luego están los dibujos que ni hablan ni dicen nada, sugieren mucho contenido claro, aburrimiento y pesadez sobre todo... no sé qué es peor, los seres mitológicos, los dinosaurios, todo me es tan indiferente, es tan malo.

Qué manera de perder el tiempo, enorme tostón, revisionar lo que queda atrás a veces tiene estas cosas, descubrir que antes también habían seres aburridos que hacían cosas muy aburridas.