Desde que el tiempo es tiempo, la MARVEL ha dedicado sus esfuerzos y la de los muchos artistas que han pasado por ella a sacar el máximo rendimiento económico de todos sus productos y a llenar sus arcas. Nada reprochable en principio, ya que vivimos en un mundo mercantilista, por muy poblado de superhéroes que esté, pero como yo siempre digo: "hay formas y formas de hacerlo"

Antes de que penséis que no me ha gustado EL CAPITÁN AMÉRICA, dejo claro que no sólo me ha gustado, sino que me ha encantado...y ahora permitidme que me siga metiendo con la MARVEL.

Como iba diciendo, la compañía que nació para sumarse al rentabley floreciente carro de los cómics (hacer la competencia a la DC COMICS) desde sus orígenes tuvo un eminente enfoque comercial.

Cuando los superhéroes dieron el paso definitivo a la gran pantalla (primero con Superman y depués con Batman), ellos intentaron hacerlo con alguno de sus personajes sin demasiada fortuna; películas menores sin demasiado entusiasmo ni demasiada fe en sí mismas, que dieron alguna joya incomprendida como ROCKETEER...pero poco más.

Luego llegarían los X-MEN de Bryan Singer, que cambiaron y revitalizaron el cine de este género.
Parecía que la MARVEL por fin jugaba en primerísima división, y aprovecharon el filón, y lo hicieron bien.
Sam Raimi aportó dos estupendos SPIDERMAN, John Favreau un renovado y renovador IRON MAN, Kenneth Branagh le dió personalidad a THOR y Joe Johnston filmó la mejor película de la MARVEL en mucho tiempo: CAPITÁN AMÉRICA: EL PRIMER VENGADOR.

Después, por aquello de rentabilizar, juntaron a estos tres últimos personajes en un despropósito que se llamó LOS VENGADORES. Tras la estela de este engendro sin sentido construído a base de efectos digitales gratuítos, personajes vacíos e historia sin historia, siguieron haciendo películas casi tan malas como ella,(IRON MAN 3, LOS VENGADORES, THOR. EL LADO OSCURO...) prostituyendo a sus personajes, olvidándose de que el cine, además de entretenimiento es cine, que un director no es igual que otro, que no es lo mismo la acción que el exceso, el humor que la gansada.

Vale, a los frikis del mundo "Comic" les dió igual y siguieron acudiendo en masa, porque sólo querían explosiones, rayos de colorines, patadas, personajes mazados y tetonas enfundadas en latex y cuero.
A los gafapastas se les puso super dura viendo cómo en la misma medida que este subgénero iba ganando millonadas, iba perdiendo prestigio, credibilidad y calidad y les daba la razón.
Los que estamos en medio, que somos la mayoría, simplemente nos entristecímos.

Nos entristecímos aún más viendo cómo EL CAPITÁN AMÉRICA: EL PRIMER VENGADOR, pasaba un poco sin pena ni gloria entre las hordas de palomiteros adictos a la acción y era ignorada por la gafapastez, siendo como era una estupenda película.

Una vez perdida la fe y la esperanza por completo, aparece la segunda entrega en solitario de este personaje.¡Terror! Sin ganas y con bastante resignación, acudo al cine a sufrir otra gran decepción, pero , ¡Oh Milagro!! ocurre todo lo contrario.

Lo que he presenciado es un espectáculo visual impecable y equilibrado, en que lo que prima son la historia y los personajes. En el que los efectos (salvo unas perdonables excepciones) son un vehículo para hacer que la trama avance. En el que los diálogos no te hacen sonrojar de vergüenza ajena. En el que los actores actúan ,salvo Robert Redford (alias la momia), a quien sus estiramientos faciales han privado de su escasa expresividad). En el que las fantasmadas se contienen hasta casi no parecer tales. En el que la acción está bien dosificada, planificada y plasmada.

Hoy excesos, evidentemente, pero eso es parte de los códigos del mundo de los superhéroes; en realidad todo su mundo es un exceso por definición, y hemos de otorgarles un margen de credibilidad para que funcione. Lo malo es cuando nos piden demasiado margen...aquí no lo hacen.

Hay peleas (que es lo que más me aburre del mundo mundial) pero son buenas peleas, muy buenas de hecho. De las mejores y menos cargantes que he visto en mucho tiempo.

Por si fuera poco, recupera el cine de espionaje al más puro estilo en su trama y no traiciona la esencia del cómic original. Juega con personajes sólidos y reconocibles, que no precisan presentación porque ya lo han hecho anteriormente.

El mundo gafapasta podría disfrutar de este espectáculo sin salir horrorizado ni escandalizado, aunque seguramente jamás reconociese sus virtudes...si es que alguna vez se molestasen en verla, claro.

El mundo comic-adicto, saldrá diciendo eso de "qué peli más guapa", aunque tampoco verá sus valores cinematográficos.

Los que estamos en medio, saldremos contentos de haber visto una buena película y entretenidos de un gran espectáculo visual.
Pero sobre todo saldremos aliviados de que se haya roto la tendencia y la resignación a la banalización de este tipo de películas (aunque sólo sea por un momento).
Aliviados de que alguien se moleste en tratar al público como seres medianamente inteligentes y pensantes. De que alguien se moleste en demostrar que hacer dinero no está reñido a hacerlo con calidad. Ese alguien fueron primero Joe Johnston y ahora Anthony Russo, Joe Russo

Y es que, como nunca me canso de decir, el cine es bueno, o malo (o mediopensionista como dice Regino) independientemente del género o subgénero o tema que trate, o de lo entretenido que sea, o que no sea. O de lo grande o pequeño.

Ahora que la MARVEL está en manos de la DISNEY, rezaremos para que ésta sepa llevarla por el buen camino. Le perdonaremos que nos inunde de grandes patochadas mientras sea para recaudar el dinero suficiente para brindarnos películas de verdad como ésta.

En este caso, el CAPITÁN AMÉRICA no ha venido para salvar a la humanidad...ha venido para salvar a la MARVEL...de sí misma.

La entrega anual de ese hombrecillo insoportable al mundo del cine para este 2014 que acaba, es casi, casi tan insoportable cono él.

De todos es sabidos que el hombrecillo en cuestión es incapaz de hacer dos películas buenas seguidas...o al menos ha largo tiempo que no lo logra. Pero después de la inspiradísima BLUE JASMINE, duele tener que conformarse con esto que nos ofrece.

MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA es tan insulsa y anodina como su propio título. Es un subproducto de la casa que sólo podría satisfacer a los fanáticos de Allen más acérrimos. A ese grupúsculo que incondicionalmente devora, año tras año, lo que el viejo Woody les quiera cocinar, o servir precocinado...O incluso las sobras de la pizza que pidió el día anterior. Allen vive de ellos, enrocado e incapaz de atraer nuevos públicos, o tan acomodado que ni siquiera lo intenta. No se esfuerza.

MAGIA A LA LUZ DE LA LUNA es una comedia de enredo, sin comedia y sin enredo. Es una sucesión interminable, irritante e insufrible de diálogos y monólogos tan artificiosos, pomposos y pedantes que no dejan margen a los actores para actuar. Actores sin ninguna química entre si, por cierto.
Es un ejercicio de "intelectualoidismo"(que no intelectualismo) fruto de un esnobismo patológico.
Es un acto masturbatorio del señor Allen, realizado de manera compulsiva y mecánica pero sin climax ni placer.
Es un sainete, un entreacto, un entremés... pero no una película.
Es un peñazo, es un tostón, es una farsa, es un suplicio....es un "cagarro" como un guijarro.